martes, 26 de diciembre de 2017

Últimas “pinceladas” de la temporada 2017


Pasada la Vuelta a España, y la última prueba importante del año en Calar Alto, ya no quedaba mucho por hacer en 2017, que sin duda ha sido para “enmarcar”, así que en los meses de Octubre, Noviembre y Diciembre, el objetivo simplemente ha sido dar las últimas “pinceladas”. 

En el entorno más cercano, van quedando pocos sitios por donde no haya pasado, como puede comprobarse en mi “Mapa de Actividades”, pero “rebuscando” se siguen encontrando cosas interesantes.


Un ejemplo de estos sitios pocos conocidos, pero que para el cicloturismo resultan especiales, es la subida a la Cueva de Los Murciélagos en Zuheros (Córdoba). La tenía desde hace tiempo en la agenda, y por fin en un viaje camino de Jaén, pude ir a verla. No había mucho tiempo, así que me conformé con un recorrido circular de 75 km, saliendo desde Doña Mencía y pasando por Fuente Alhama, Priego de Córdoba, Luque y Zuheros, bordeando el Parque Natural de las Sierras Subbéticas, para terminar subiendo a la Cueva. 


Subida a la Cueva de los Murciélagos.


La única dificultad, el primer kilómetro después de salir de Zuheros, con casi un 12 % de pendiente media, pero las vistas que se van teniendo conforme se gana altura, hacen que compense el esfuerzo.



Vista de Zuheros



También en esta provincia, pero saliendo desde Córdoba capital,  realicé otra ruta que resultó muy interesante. De salida el Puerto de los Villares, con su “famosa” rampa del 14 %, que te mete de forma “brusca” en plena Sierra Morena (en solo 10 km desde la salida de la ciudad, se acumula ya un desnivel de 500 m).



Subida al Puerto de Vacar.
Desde el Alto, terreno rompepiernas hasta enlazar con la Nacional que lleva a Badajoz, por donde recorrí un tramo de falso llano de unos 15 km, que se hizo algo pesado, hasta por fin tomar el desvío hacia Villaharta, volviendo a coger carreteritas de sierra.  Seguidas, estaban las subidas a los “puertecitos” de Obejo, y el Vacar, ambos sin ninguna rampa exigente, pero muy agradables, por no tener apenas tráfico y disfrutar de amplias vistas.






Tras coronar el Vacar, vuelta a la Nacional, aunque ahora con terreno favorable, hasta Cerro Muriano, y ya desde allí, todo bajada hasta Córdoba, para completar 85 km y cerca de 1.800 m de desnivel, lo que indica que en esta zona también se pueden hacer buenas etapas de montaña.



Con Antonio Piedra, y Joaquín Liria.


En Sevilla, también ha habido un par de rutas dignas de mención. La primera, aunque con un recorrido ya conocido (Vuelta a los Melonares), supuso un “reencuentro” con Antonio Piedra, que volvía a montar en bici tras su grave lesión en la Volta a Catalunya (fractura de rótula).









Se trataba de una “ruta oficial” del Club Ciclista El Pedal, que se distingue por su alto nivel “competitivo”, por lo que se hizo a un ritmo increíble. Me salieron 105 kms, a 31 de media, yendo todo el camino a tope.  Solo ya en Sevilla, pude relajarme, dando un paseo por el margen del río…
Junto al Puente del Alamillo

Pero el “descubrimiento” en Sevilla, ha sido la Subida a Cerro Becerro en Estepa, sin duda, la de mayor entidad de la provincia. Fue en otro viaje a la vuelta de Jaén, por lo que la ruta también fue cortita (otros 75 kilometrillos). La salida desde Gilena, atravesando Pedrera, La Roda de Andalucía y Casariche, para llegar a Herrera, donde la carreta empezaba a ganar pendiente, aunque hasta el paso por Estepa (“muy buenos los polvorones”), no empezaban las rampas exigentes. Al llegar a la altura del Castillo, desvío para hacer los dos kilómetros finales, que ya no bajaban del 10 % de media y que son los que hacen que el puerto merezca la pena. 


Tramo final de Cerro Becerro

Vista del Castillo de Estepa


En realidad, ya había tratado de subirlo hace tiempo, pero desistí porque la carretera estaba impracticable. Ahora está perfecta, por si alguien se anima. Lo único es que hay que tener precaución con una cadena que hay al principio, sobre todo en la bajada.










CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Gilena-Pedrera-La Roda-Casariche-Herrera-Estepa-Cerro Becerro


En Huelva, en la Sierra de Aracena, hay una subida similar a la de Cerro Becerro, también la más dura de la provincia, y que se me había resistido en un par de ocasiones, y aunque la última referencia que tenía es que la carretera estaba mal, incluso con tramos de tierra, quise volver a intentarlo. Estoy hablando del Cerro de San Cristóbal.
Mirador de Puerto Alájar



Para hacerla tal y como viene en las páginas de altimetrías, había que pasar por Gil Márquez, así que desde Aracena, salí dirección Linares de la Sierra, subiendo como aperitivo el Puerto de Alájar, 5 kilómetros fáciles, pero que permiten disfrutar de unas bonitas vistas de la Sierra. 









Desde la cima, bajada hacia Fuenteheridos y desvío hacia Jabugo (“muy buen jamón”). De allí, hasta Cortegana, por la carretera de Portugal,  haciendo otros 5 kilómetros de subida, para por fin, entrar en el pueblo, buscando la carretera a Gil Márquez, que por lo que había visto en el Goglee Street, pensaba que estaba bien.

Me equivoqué, comiéndome tramos prácticamente intransitables, lo que me fastidió un poco la ruta. Incluso en un momento, la carretera “desapareció”. Menos mal que fue solo un susto, y tras un ratito campo a través, vi las primeras casa de Gil Márquez, retornando al asfalto.

La subida empieza de forma suave, para ir aumentando paulatinamente la pendiente, hasta llegar a Almonaster la Real. Aquí, la niebla que hasta entonces no había sido un problema, empezó a ser más espesa. Tras atravesar el pueblo, por calles adoquinadas, un descansito y desvío para afrontar los kilómetros finales, los interesantes igual que en el caso de Cerro Becerro. 

Parte final de la Subida al Cerro de San Cristobal.


Lo bueno, que la carretera estaba en perfecto estado, lo que me permitió llegar a la cima sin complicaciones, a parte de las rampas de hasta el 20% que se pasan. Lo malo, que no pude ver absolutamente nada…Habrá que volver, sin duda.












Y en Málaga, para completar la “trilogía”, me marqué el objetivo de subir  el Cerro del Moro, aunque ya lo conocí 3 años atrás, conservando el recuerdo de la gran dureza de la parte final. 



En esta ocasión la idea era hacerlo desde Benalmádena, con salida desde Mijas, pasando por Fuengirola, Alhaurín el Grande y Alhaurín de la Torre, rodeando la Sierra de Mijas y llegando a plena Costa del Sol. Tras unos kilómetros llanos a nivel del mar, atravesando Torremolinos, desvío hacia Benalmádena, empezando a subir de forma brusca para ganar altura rápidamente. 

Subida a Cerro del Moro


Tras llegar a un primer altillo, tramo de falso llano, hasta el desvío hacia Mijas, donde se inicia la subida al Cero del Moro propiamente dicha, y enseguida, entrada al tramo final que hace especial este puerto. Y es que superar 5 kilómetros continuos al 10 % de media, no es fácil, pero la vista que se tiene desde arriba del Mediterráneo, hace que merezca la pena.







En la carretera de Parauta

Hablando de Málaga, llevaba tiempo sin visitar la zona de Júzcar, así que un viaje a Marbella, me permitió ponerle remedio, planeando una ruta que incluía la subida al Puerto del Madroño por dos vertientes. De inicio, la de San Pedro de Alcántara, (de sobra conocida), para terminar por la de Pujerra, pasando previamente por Parauta y Júzcar.









Lo más destacado, la “trampa” que hay pasado el “pueblo Pitufo” dirección Igualeja,  donde encontramos varias rampas cercanas al 20 % y una tramo de 700 metros, al 13,5 % de media, Una vez tomado el desvío hacia Pujerra, se acaban las dificultades, entrando en una carreterita que es una “delicia”, a través de castaños y pinos, y que lleva justo a la cima del Madroño.









En total, 90 km y cerca de 2.100 m de desnivel, en poco más de 4 horas.




Por supuesto, en Jaén también hay cosas que contar.
Del Centenillo, ya he hablado en otras ocasiones, nuestro “Alpe D`Huez” particular de la juventud. Llevaba un par de años sin visitarlo, así que un día en Linares sin plan claro, tiré para allí, por la carretera de la Fernandina, hasta La Carolina, donde empieza la “diversión”. 

Los Guindos


La subida se divide en dos tramos, el primero finalizando al paso por el poblado minero de Los Guindos, para tras un descenso de 2 km, entrar en la parte final, que poco a poco se va endureciendo, hasta llegar al penúltimo kilómetro al 10 % de media (con razón se nos hacía duro entonces, con los desarrollos que llevaríamos).







Pese a ser una de las subidas de referencia en Sierra Morena, no he encontrado perfiles ni nada en las páginas de altimetrías, así que me he animado a sacarlo yo mismo…espero que guste. 


La vuelta por el mismo sitio, hasta La Carolina, desviándome por las “Aldeas” por variar (La Isabela, La Fernandina, El Acebuchar, Carboneros, La Mesa y Martín Malo), y terminando por Guarromán. Salieron 95 km y casi 1.800 m de desnivel, que ya está bien.




Sí sería “novedosa”, otra ruta hecha en Jaén, y que me permitió pasar por una zona que desconocía de la Sierra de Segura, llegando al Alto de Marchena, uno de los últimos puertos de la provincia con un grado de dificultad alto que me quedaba por subir.


Casi más complicado que el recorrido en sí, fue llegar al punto de salida previsto, Pontones, por la cantidad de tractores que había en la carretera al ser época de la recogida de aceituna, y por recorrer cerca de 50 km por plena sierra (llegué tan mareado, que dude si montarme en la bici).
La sorpresa al inicio fue encontrarme nieve en las cunetas, camino de Santiago de la Espada, ya que no había escuchado nada de que hubiera nevado por la zona.




Superado el puerto de Pontones, ya terreno “inédito” y favorable, con algún repecho, hasta encontrar el desvío a Marchena, empezando a subir remontando el espectacular desfiladero del río Zumeta.




Al puerto en sí, pese a contar con rampas importantes, un par de kilómetros a más del 10 % de media, y un entorno idílico, le faltó ese “no sé qué, que no sé lo que es”, para que me entusiasmara.

Subiendo Despiernacaballos



En cambio, Despiernacaballos (el nombre lo dice todo), ya de vuelta, habiendo pasado por las Juntas de Miller y La Toba, me volvió a sorprender, quizá al volver a encontrar nieve, pareciendo por momentos que andaba por Los Pirineos.










De vuelta en Pontones, quedaba el viaje de regreso en coche. Esta vez lo hice por Cortijos Nuevos, algo más largo, pero con menos curvas, pasando al pie de El Yelmo,  por lo que me planteé ir a revisitarlo en cuanto sea posible.



De forma inesperada, también tuve ocasión en Granada de ir a ver la Subida a La Alfaguara, también de los pocos puertos importantes que me quedaban aquí, y que suena como final de Etapa en la Vuelta 2018. 

Moclín

La salida desde El Chaparral, donde se inicia la altimetría del Puerto, dando un rodeo previo para  subir a Moclin (por recomendación hace tiempo del amigo Javi Quesada). Se trata de un puertecito de unos 6 km, sin grandes dificultades, pero con unas increíbles vistas sobre Sierra Nevada con mucha nieve…costó reprimir las ganas de cambiar de plan y llegar al menos a El Duque…






Tras bajar de Moclín y pasar por Puerto Lope, tramo favorable hasta Pinos Puente, para buscar de nuevo el Chaparral por carreteras secundarias, picando ya hacia arriba, con lo que la aproximación al puerto se hizo bastante incómoda. 



Mirador de Alfacar

El inicio, bastante irregular, y poco atractivo, salvo por alguna nueva vista de Sierra Nevada, atravesando varias localidades o cruces (Calicasas, Güevéjar, y Nivar), hasta llegar al Mirador de Alfacar, de nuevo con vistas a la Sierra, desde donde se inicia el tramo final de la subida, ya en pleno  Parque Natural Sierra de Huetor. 











Como en Cerro Becerro, Cerro del Moro y Cerro de San Cristóbal, los kilómetros finales, lo mejor, encontrando tramos duros y algún kilómetro al 10 % de media…Habrá que ver como resulta como final de etapa, aunque no creo que marque muchas diferencias. 




En Cádiz, ya casi no hay lugar a las sorpresas, pero por ser algo “excepcional”, sobre todo hacerlo en grupo, hay que destacar la Ruta Jerez-Cádiz-Jerez, que hicimos con el Club, con la excusa del día de la Constitución. La gestión que tenemos de las carreteras en la zona, hace que la única forma de ir en bici a la Capital sea a través de San Fernando, atravesando un tramo de autovía bastante peligroso en días laborables…que no se previera un carril bici en el Puente Nuevo (El Puente de La Constitución de 1812, precisamente), que tuvo un coste de 500 millones de euros, indica lo en serio que se toman lo de la movilidad sostenible nuestros dirigentes…



El recorrido en sí, sin ninguna incidencia, pasando el tramo de autovía muy cómodamente gracias al escaso tráfico, y disfrutando bastante la gente en el paso por la ciudad, con parada frente al Puente, y paso por la playa de Cortadura.


Con el CC Jerez en Cádiz






La única provincia que no he tenido ocasión de tocar en estos meses ha sido Almería, pero a cambio, en Octubre participé en la Gran Fondo Tejo e Serras, en Santarem (Portugal), con la novedad de tratarse de un prueba ciclodeportiva de dos etapas.


La primera, con las dificultades montañosas de las Serras D’Aire e Candeeiros, y la Serra de Montejunto, para hacer  un total de 171 km y 2.300 m de desnivel, que se hizo bastante dura.






Serra de Montejunto



Al día siguiente, tocaba recorrer las “planicies” del Río Tajo, por lo que el terreno iba a ser más fácil. Lo que no contaba tanto era con la velocidad, ya que se hizo a un ritmo de competición, aguantando en cabeza los primeros 60 km. (de hecho conseguí un KOM en Strava en un tramo de 41 km, a 35,8 de media). 





Me corté en la única subida exigente que tuvimos, pero enseguida formamos un grupo en el que mantuvimos un buen ritmo, llegando a la meta en Almerim con una media de 33 Km/h.









La experiencia en conjunto no estuvo mal, pero faltó algo más de atractivo en los recorridos, y un poco de mejor trato a los participantes, pues ni hubo obsequios de recuerdo, ni tan siquiera, comida al finalizar las pruebas. A Portugal seguro que volveré, ya que afortunadamente hay muchas más pruebas.




Y para terminar, a modo de “bonus track”, la tradicional Subida al Boyar que se realiza el día 24, con salida desde El Bosque y paso por Benamahoma, para brindar por la Navidad en la cima. 


Los de la “grupeta de los Pirineos 2015”, junto a otros amigos, decidimos alargar y subir también las Palomas, echando el resto para cerrar el 2017. De todo realizó su habitual reportaje Javi Quesada, resumido en este vídeo:




Los datos de esta temporada serán difícil de repetir:
Distancia
22.640,6 km
Tiempo
 869h 7min
Desnivel positivo
270.898 m
Recorridos en bicicleta
    233
   Velocidad media                        26,05 Km/h

Igualarla en calidad, habiendo hecho en un mismo año, Volta ao Algarve, Paris-Roubaix, Quebrantahuesos, La Perico o Marcha Juan Martínez Oliver, parece imposible, pero seguro que en 2018 lo haremos lo mejor posible.