Con todo organizado con bastante antelación, tocó esperar
pacientemente a que llegara el momento, sin sospechar las dificultades que me encontraría...
Lo previsto, a parte de la prueba, era hacer otras tres
rutas, que me permitirían tener un conocimiento bastante profundo de Tenerife,
pero el día de la llegada, nos encontramos con lluvia, y aunque podría haber
tratado de hacer algo, me limité a acercarme a Los Realejos para recoger el
dorsal.
Ya no llovió más por la tarde, pero cuando me levanté de
madrugada para ir a tomar la salida, sí que lo hacía y con fuerza, y aunque
minutos antes de arrancar, paró, con la carretera empapada, y con la
advertencia de la organización de que no sabían si sería posible subir al
Teide, empecé la marcha bastante desmotivado.
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Vista de Los Realejos |
Nada más salir de Los Realejos, me sorprendió ver nieve a
una cota que parecía bastante baja, aunque no hacía mucho frío. De hecho, al
vestirme con prisas, se me olvidó coger guantes, detalle que después tendría su
importancia…
Tras el paso de un túnel pasado Icod de los Vinos, encontré mi primera visión en vivo de El Teide, que me impresionó bastante. Esto, unido a que en este momento lucía el sol, me animó pensando en que ya no habría problema para subir.
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Vista de Garachico |
La cosa mejoraba aún más bajando hacia Garachico, donde las vistas sobre
la Costa eran espléndidas, llegando pronto a Buenavista, donde la carretera
empezaba a ponerse cuesta arriba, buscando la primera dificultad seria del día,
el Puerto de Masca, lo más duro de la Isla, según uno de los participantes
locales.
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Mirador en Monte del Águila
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Puerto de Masca
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Pero una vez superado el Puerto, llegó el “jarro de agua
fría”…paré en el avituallamiento y oí el comentario de que la carrera se
terminaba en Santiago del Teide, y efectivamente, al llegar a esta localidad,
me encontré a todos los participantes parados. No me podía creer lo que estaba pasando,
y fui a preguntar a la Guardia Civil. El problema era que había nevado en el
Teide y precisamente estaba cortada la carretera por donde teníamos previsto
bajar.
El plan que había era volver todos reagrupados al punto
de salida, así que tras pensarlo un poco, me decidí a continuar por mi cuenta.
Hice unos 10 km más, pero al ver en un cartel, “El Teide a 46 km”, eché cuentas,
y calculé que si tenía que volverme por donde había venido, me saldrían más de
200 km. Como tampoco tenía claro el recorrido, muy a mi pesar, di media vuelta,
encontrándome todavía al grupo en Santiago del Teide, esperando a que llegaran
los últimos para salir.
El resto, mejor no comentarlo…la organización entendió
que la forma de volver era todos detrás del coche a 15 Km/h, independientemente
de si se subía o se bajaba, por lo que simplemente fue desesperante, terminando
de cargarse la prueba. Para colmo, después pude comprobar en la web de la DGT,
que las carreteras se habían abierto a las 12:30, por lo que de haber continuado
con lo previsto, habríamos podido pasar sin problemas, por lo que el cabreo fue
importante.
A pesar de todo, la Media Vuelta hecha, concluyó con 128
km y más de 3.500 m de desnivel, aunque al faltar la guinda, el pastel supo a
poco…
Menos mal que tenía una segunda oportunidad y al día
siguiente pude alargar la ruta que tenía prevista para llegar a la base del
Teide, porque volverse de Tenerife sin hacerlo, hubiera sido desastroso.
Saliendo desde el Puerto de la Cruz, donde estábamos
alojados, la idea era ir dirección Santa Cruz, para hacer la subida por la
Esperanza, la vertiente más larga de las 4 o 5 que tiene el Teide, encontrando
tras la subida a Cuesta de la Villa, una espectacular vista de la costa Norte,
con el Teide nevado de fondo.
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Mirador de Igueque
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Adentrado ya en lo que llaman la “Corona forestal”, zona
de frondosa vegetación alrededor de la Base del Teide, pasaron 14 largos
kilómetros, hasta encontrar un descansillo pasada ”las Lagunetas”, y según los
carteles, aún me quedaban 30 km para llegar. El gps perdía la señal por
momentos, hasta que tras otros 10 km, en los que hizo aparición la niebla, salía
del bosque, encontrando ya un paisaje más abierto.
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A la altura del Observatorio
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Aproximación al Teide
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En este tramo final, ya no había rampas de consideración,
e incluso el viento parecía ayudar, por lo que rápidamente me iba acercando al
destino, pasando por las Cañadas del Teide, hasta por fin alcanzar Tabonal
Negro, el punto de la carretera más elevado, a 2.330 m, tras 70 km. de ascenso
continuado, salvo unos cuantos descansillos (salieron 2.950 m de desnivel en
total).
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Mirador de Tabonal Negro
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En la Base del Teide
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Ya que había llegado hasta allí, bajé hasta el punto que se considera como “Base del Teide”, por hacerme allí la foto, aunque hubiera sido más bonito llegar a los “Roques de García”, donde se tiene una de las imágenes más icónicas y habríamos pasado en la Prueba. Pero era alargar 3 km más de ida y otros 3 de vuelta, por lo que decidí que ya estaba más que bien.
Sólo quedaba bajar de allí por la vertiente de La Orotava,
que cuenta con 43 km, con una pendiente muy constante. Pero pasado el Portillo,
de nuevo en la Corona Forestal, volví a meterme entre la niebla, aumentando
considerablemente la sensación de frío. Menos mal que iba más abrigado que el
día anterior, cuando no llevaba ni guantes como dije antes, porque aún así lo
pasé regular, lo que me hizo pensar que al final, no fue tan mala decisión la
de desistir de hacer el recorrido previsto en la prueba, ya que habría tenido
que bajar por el mismo sitio, con peor tiempo y sin ropa de abrigo...
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Vista desde el Hotel Semiramis |
Tengo que reconocer que me alegré bastante al llegar al hotel, por cierto, enclavado en un lugar privilegiado, con unas vistas difícil de superar...
El último día, antes de coger el avión, tenía tiempo para
otra rutita, optando por ir al extremo Noreste de la Isla, saliendo desde San
Cristóbal de la Laguna dirección Santa Cruz, donde puede recrearme un poco
viendo su Auditorio, obra de Santiago Calatrava.
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Auditorio de Santa Cruz de Tenerife. |
Pero el principal objetivo era hacer la subida al Pico
del Inglés, en pleno Parque Natural de la Anaga, declarado Reserva de la
Biosfera.
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Subida a La Anaga |
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Mirador del pico el inglés |

Pasado el desvío de “El Bailadero”, donde ya llevaba 14 km
de ascensión (prácticamente “un Boyar”), me sorprendió un primer vistazo sobre
la costa por la vertiente opuesta a la que llevaba, aunque ya adentrado en plano
Parque, la vegetación dificultó encontrar buenos puntos de vista hasta llegar al
Propio Mirador del Pico del Inglés, uno de los hitos de la Anaga.
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Mirador de la Jardina |
Y ya en el descenso de vuelta, otro mirador, el de la
Jardina, me reservaba la vista que me serviría de despedida, con La Orotava en
primer plano y el Teide, que lo domina todo, al fondo…
Resumiendo, no pude cumplir todos los objetivos
planeados, y con la Prueba me llevé un buen chasco, pero finalmente, salieron
tres buenas rutas, que sumaron cerca de 300 km y 7.700 m de desnivel, y lo más
importante, me permitieron conocer gran parte de los puntos de referencia más
significativos de la Isla. Solo me quedó pendiente la zona Sur, que la hubiera
recorrido el segundo día, de no ser por la “obligación” de subir al Teide al no
poder haberlo el día señalado, aunque sí que pasamos por allí en coche, y la
sensación fue de que era la parte menos atractiva.
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Trayectos realizados |
De vuelta a casa, ya pensando en el siguiente gran reto:
la “Etapa del Tour”, pero antes, ya están hechas las inscripciones para unas
cuantas Ciclodeportivas, más otras que hay en mente, así que próximamente: