Tras
el paso por Tenerife, lo más destacado en los meses de Abril, Mayo y Junio han
sido las cuatro grandes pruebas de Gran Fondo en las que ha cuadrado
participar, gracias a que se celebraban relativamente cerca de casa: en Lecrín
(Granada) La Guadalxenil, en Hervás (Cáceres) La Nor3xtrem, en Gérgal (Almería)
La 4 Cimas, y en Berja (Almería) La Indomable, y que han permitido comprobar el
avance o, el retroceso en el rendimiento respecto a años anteriores.

Y
es que esta primavera, he estado renqueante la mayor parte del tiempo, debido a
problemas con la alergia…solo parecía ir mejor cuando me alejaba de Jerez, como
fue el caso del “entrenamiento en altura” que realizamos con los amigos de
Ciclismo desde el Pelotón en Granada, subiendo de inicio el Collado del
Alguacil con RP según Strava.
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Collado
del Alguacil
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Después de recrearnos un poco con las visitas de Sierra Nevada con gran cantidad de nieve acumulada, en la bajada, pude comprobar la mayor seguridad que me transmitían los frenos de disco, ya que tenía en mente la vez anterior cuando acabé rompiendo la llanta y con caída…
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Subida
por El Duque
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Collado
de Las Sabinas
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Salieron
97 km y 3.200 m de desnivel, pero sobre todo, pasamos un buen día con los
compañeros, aprovechando para estrenar la nueva ropa del CC Jerez, en versión
naranja, por aquello de ser más visible en la nieve, je je.
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Con Alberto, en la salida de la Guadalxenil 2019
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La
primera de las “Pruebas de Primavera”, fue la Guadalxenil, en la que ya había
estado el año pasado, y que mantenía el mismo el recorrido, salvo un “bucle”
inédito antes del inicio del Puerto de la Contraviesa, que resultó una buena
“trampa”. Pero el principal incentivo es que venían la gente de Lebrija, alguno
de Jerez (“El Espartano” y Alberto Sánchez), y bastantes de Linares.

De la prueba en sí, poco que destacar. Empecé bien, manteniendo el “tipo” hasta mitad de la Contraviesa, donde ya no pude seguir el ritmo de los Lebrijanos y Alberto.
Los llegué a ver a lo lejos poco antes de pasar por Haza de Lino, pero ya fue imposible cogerles, limitándome a mantenerme en el grupo que me tocó hasta el inicio de la subida a Los Guájares.
El Puerto se me hizo más largo de lo que recordaba, e incluso tuve amagos de calambres, pero tras coronar, al paso por el último avituallamiento, vi de refilón los maillots de Ciclismo desde el Pelotón, lo que me animó para el tramo final, entrando en meta con Javi Quesada y “Crispi”.
Las
sensaciones no fueron buenas, pero el resultado no estuvo mal del todo, algo
por encima de la mitad de la tabla (el 175 de los 368 que terminaron).
CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Guadalxenil 2019
Tras
la Guadalxenil, había que seguir con la preparación para los siguientes retos, haciendo
varias rutas de fondo, entre las que puede destacarse una “Vuelta a Ubrique” con
el CC Jerez, con la subida al Mojón de la Víbora como principal dificultad.
El
perfil quebrado, no impidió que la grupeta que se formó, caminara siempre a
buen ritmo, completando 170 km y cerca de 2.000 m de desnivel, en poco más de 6
horas, llegando todos con la sensación de haber hecho un “pedazo de ruta”.
Seguro que repetiremos.
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La
grupeta en el Mojón de la Víbora
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El
siguiente destino, Extremadura, para hacer la Nor3xtrem por tercera vez, y ya
que estaba por allí, me apeteció dar una vuelta saliendo desde Cáceres capital,
para atravesar la Sierra de San Pedro y terminar acercándome a Los Barruecos, espectacular
sitio declarado Monumento Natural y que últimamente ha cobrado mucho interés al
servir de escenario de algunos capítulos de Juegos de Tronos (eso dicen, porque
yo nunca he visto la serie).
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Los
Barruecos. Malpartida de Cáceres.
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CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Cáceres-Sierra San Pedro-Aliseda-Los Barruecos
La Prueba presentaba cambios significativos en el recorrido, que fue precisamente lo que me había animado a venir. De salida, se subía La Garganta, al igual que la vez anterior, para hacer un primer paso por Hervás, tomando dirección hacia Casas del Monte. Todo este trayecto se suponía que era neutralizado, pero el ritmo en realidad era bastante alto, hasta que en efecto, en uno de los repechos, me encontré el grupo delantero agrupado, rodando varios kilómetros despacio, hasta llegar al primer avituallamiento donde hubo parada obligatoria.
Subida
a la Garganta
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Tras
casi 15 minutos de parón, se volvió a reanudar la marcha, habiendo aprovechado
para colocarme en primera línea, empezando la subida a Cabezabellosa en el
primer grupo. Tras el descenso, entrabamos en la parte nueva del recorrido; la
subida a Piornal por Barrado, que pudo
resultar más duro que la subida tradicional por Garganta de la Olla, pero menos
interesante para mi gusto. Y además, la bajada hacia el Valle del Jerte se hizo
por otra carretera “nueva”, que ya advertía la organización que era muy
peligrosa (unos 2 km de hormigón, con fuertes rampas y sucesivas curvas de 180
º), y que de no llevar los frenos de disco, no sé como la hubiera pasado…fueron
numerosos los mensajes en las redes sociales quejándose de reventones y roturas
de llantas…

Tras llegar por fin a la N-110, enseguida desvío para iniciar la subida a Honduras, el “juez”, tal y como lo denominan. No me parecía ir mal, pero me mosqueaba que bastante gente me pasara, se ve que al ser este el tramo cronometrado, muchos habían ido reservándose.
En
la parte final, costó mantener el ritmo, pero por fin llegué a la parte final,
donde ya suaviza y tras pasar el cartel del puerto, solo quedaba dejarse caer
hasta Hervás, para concluir los 160 km +3.500 m, en algo menso de 7 horas.
La
clasificación, mejor que en la Guadalxenil, (203, de 586, superando
prácticamente a 2/3 de los
participantes)
CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Nor3xtrem 2019.
Seguidamente, tocaba la 4 Cimas, de nuevo con Alberto Sánchez y “Ciclismo desde el Pelotón”, con el precedente de la participación en 2017, en la que se estrenó el recorrido actual con las ascensiones a Calar Alto por Aulago, Alto de los Filabres, Velefique y de nuevo Calar Alto por Bacares.
Tras los 5 km iniciales neutralizados, se daba el banderazo de salida, cogiendo muy pronto ya cada uno su sitio, en las primeras rampas camino a Aulago. A los que no conocían la subida, seguro que les sorprendió ver el cartel de Cima a 25 km…Todo esta parte del recorrido la hice con Javi, Espartano y Migue a un ritmo que parecía cómodo, hasta que a 3 km de coronar, nos alcanzó Alberto, que había empezado un poco más conservador.
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Inicio
Calar Alto por Aulago.
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Bajada
de Calar Alto
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A
partir de ahí, más sufrimiento de lo que esperaba, teniendo en cuenta los buenos
recuerdos que tenía de cómo lo había hecho en 2017. El collado del ramal,
supuso un auténtico martirio, y ni siquiera, una vez superado, podía mantener
un buen ritmo en el tramo hasta el cruce de Calar Alto, mucho más suave. En la
parte final, de nuevo con rampas de consideración, volvieron a darme calambres,
por lo que hubo que arrastrarse un poco
hasta terminar la subida.
En la bajada, me dejé caer, hasta que llegó gente por detrás para formar un grupo y hacer la parte final acompañado, llegando a meta con un tiempo de 7:30, media hora más que en 2017 (justo lo que me sacó Alberto de diferencia). Mi cara al llegar, lo dice todo…
Y viendo la clasificación, casi 100 puestos peor, estaba claro que algo fue mal…pudiera ser que en aquella ocasión, al hacerse en Septiembre, no tuve problemas de alergia, o en el peor de los casos, que había que empezar a asumir que con 45 años, ya no hay mucho margen de mejora
CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: La 4 Cimas 2019.
Y
finalmente, la más exigente de todas, la Indomable, que tras aquella primera
edición de 2015 a la que acudimos un buen grupo desde Jerez, ha ido creciendo
hasta hacerse un hueco en el calendario internacional, atrayendo este año a
Berja a más de 1.500 participantes.
No iba con muchas expectativas, así que aprovechando que el viaje de ida lo hacía pasando por Granada, me permití acercarme a Sierra Nevada con la idea de subir al Veleta desde el cruce del Dornajo. Y así fue, aunque a los 3.100 m de altura decidí que ya estaba bien…
Echando un vistazo al resultado de 2015, 8:34 era el tiempo a batir.
Salí con mucha precaución ya que los primeros 35 km eran neutralizados, y con tanta gente, las bajadas eran muy peligrosas, produciéndose numerosos frenazos. Así que cuando por fin, se dio vía libre, me encontraba bastante retrasado y había que remontar.
En las primeras rampas de Haza de Lino, vi que no me costaba mucho ir a buen ritmo, pasando a bastante gente, hasta que más o menos a la mitad, alcancé a “Los Lebrijanos”, que también estaban por allí. Estuve un rato con ellos, pero se ve que iban más relajados, y en un par de kilómetros les dejé atrás.
Más pronto de lo que esperaba, estaba en la cima, lo que me motivó para seguir igual.
Tras
el rápido descenso, desvío hacia Órgiva, encontrando un cartel que indicaba “Puerto
de Trevélez, 38 km a la cima”. Menos mal que ya lo conocía, y sabía que había
muchos descansos, porque pensar en 38 km seguidos de subida, da un poco miedo.
Iban pasando los kilómetros manteniendo la misma tónica, y comprobando el tiempo que llevaba, empecé a pensar que mejorar lo de 2015 estaba hecho, y que cabía la posibilidad de bajar de las 8 horas, aunque en la parte final de la subida a Trevélez, empezaron a resistírseme las rampas más duras. Tras el Avituallamiento, posiblemente el único de todas las Gran Fondo del mundo donde te ponen tostadas de Jamón, vi que llevaba 5 horas, por lo que tenía 3 horas para recorrer los últimos 80 km, pero con el recuerdo que tenía de 2015 de que era un auténtico rompepiernas, la conclusión es que iba a estar muy justo, dándose además la circunstancia de encontrarme solo durante mucho tiempo en el tramo hasta Ugijar, donde empezaba el último repecho serio, y en el que las piernas dijeron hasta aquí…, quedaban 35 km, y pensé que tendría que conformarme con terminar como fuera.
Paré en el último avituallamiento, y pude recuperar algo, aunque en cualquier repecho, me costaba seguir a la gente que iba encontrando. El tramo final, era algo más favorable de lo que esperaba, y al entrar en los 10 km, el garmin marcaba 7:35, con el repecho a la llegada a Berja por medio. Hice todo lo posible para no ceder del último grupo que cogí, entrando en la línea de meta, parando el crono en 7:59:44… media hora menos que en 2015.
La
satisfacción fue aún mayor al ver la clasificación: 47 de 347 en mi categoría (234
de 1167 en la general), de las mejores de siempre.
CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: La Indomable 2019
Hasta
la siguiente prueba, tenía por delante más de un mes, por lo que era el momento
oportuno para tomarse un descanso, pero por cerrar de alguna forma este primer
bloque de la temporada, teníamos pendiente una visita a la Sierra Bermeja, “territorio
Luis Ángel Maté”. Y de hecho viendo en Strava que en una de sus rutas había
pasado por el camino de Farajan a Jubrique, no dude a ir a ver su estado,
comprobando que está arreglado casi en su totalidad, salvo un tramo de unos 4
km, que desde Farajan, es en subida, por lo que no es excesivamente complicado
pasar.
Lo
que sí está perfectamente asfaltado es el descenso desde la cima hacia
Jubrique, así que al pensar en la ruta por la zona, busqué la forma de
incluirlo pero en sentido inverso, que considerando el inicio desde el río
Genal, resulta un Puerto de cerca de 10 km, y unos 600 m de desnivel. El
Colmenar, se llama.
Teniendo
esto en cuenta, la idea era salir desde Estepona, para subir Peñas Blancas, bajando
hacia Genalguacil para hacer la subida al Colmenar completa, volviendo por
Jubrique y rematando en Los Reales.
A
los fijos de Ciclismo desde el Pelotón, se unieron algunos lebrijanos más, Piki
y David de Benalup, y por fin Aberto Martino, que hacía tiempo que no me
acompañaba en una de éstas.
De
inicio, les preparé una encerrona, metiéndoles por el Arroyo Parroso para
iniciar la subida a Peñas Blancas…nadie conocía esta variante, por lo que se
acordaron de mí en el kilómetro al 18 % de media…
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Peñas Blancas
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Desde
el cruce, el resto de la subida, a un ritmo tranquilo, parando a reagrupar en
el cartel de Peñas Blancas, donde se planteó subir directamente a Los Reales,
para “asegurar”, teniendo en cuenta que si se dejaba al final como estaba
previsto, algunos tendrían la tentación de ahorrárselo.
Dicho y hecho, retomamos el recorrido previsto atravesando Genalguacil, y comenzando la subida al Colmenar, poco antes del desvío hacia Jubrique. Tras 4 km, desvío siguiendo las indicaciones de Farajan, encontrando enseguida fuertes rampas de hasta el 20%, hasta llegar al Barrio Alto. Tras 1,5 km aproximadamente, donde seguía habiendo altos porcentajes, llegamos a una zona de falso llano, para terminar la subida en una última rampa, donde tuvimos sesión fotográfica mientras iban llegando los compañeros.
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Rampa final Puerto El Colmenar
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"Cerezos del Valle del Genal"
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Antes de bajar, parada en unos cerezos que tenía controlados, para tomar un exquisito avituallamiento…quienes cataron las cerezas lo pueden confirmar. Para mi gusto, al mismo nivel que las del Valle del Jerte.
El resto de la ruta, ya poca historia, tan solo quedaba la subida desde Jubrique a Peñas Blancas, la menos exigente del día a pesar de sus 14 km, y la bajada a Estepona.
No
sé si arrastrando aún el enorme esfuerzo de la Indomable, no puedo decir que
haya ido al 100% en ningún momento, pero lo que importaba era pasar un buen día
y enseñar “cosas nuevas” a los compañeros menos asiduos a esta zona tan
privilegiada.
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En el Monumento al Ciclista de Peñas Blancas
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