Desde hace tiempo tenía anotada en la Agenda Le Tour des Stations, prueba organizada por La Marmotte en el cantón suizo de Valais, y el año pasado, tras la participación en L'etape du Tour, donde incluyeron folletos informativos sobre la prueba en la bolsa del corredor, empecé a plantearme seriamente la idea de visitar Suiza.
Todo hacía indicar que este año no iba a ser,
dadas las circunstancias, pero al final nos animamos a pasar allí unos días de
vacaciones en familia, sí bien a última hora estuvimos a punto de quedarnos en
tierra debido al anuncio del Gobierno Suizo de la aplicación de una cuarentena
de 10 días a los viajeros procedentes de España...nos hemos librado porque
entraba en vigor a partir del Sábado 8, y nuestra llegado al país fue el Jueves
6, confirmándonos desde la Embajada española que no nos afectaba.
Teníamos previsto pasar 5 días, así que aparte
de la carrera, podía preparar cuatro rutas más, siendo posible tocar
diferentes zonas del país.
Tras unos días investigando, y cuadrando
recorridos, sitios de estancia, y excursiones, resultó un menú más que
interesante.
El primer día, llegando en avión a Bérgamo, nos alojamos en
Airolo, pueblo cercano a la frontera, donde casualmente tiene su inicio el Paso
de San Gottardo, famoso por el adoquinado de sus 6 kilómetros finales y su
trazado con numerosas herraduras, que aunque no supusieron mucha dificultad,
hacen que sea una subida muy especial.
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Gotthardpass (desde carretera a Hospental) |
Arriba un bonito panorama, con el lago y el
Museo de San Gottardo como protagonista.
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Museo en Cima de San Gottardo |
Tocaba bajar, encontrándome los tres primeros
kilómetros también de adoquines, pero enseguida pasaron y pronto estaba
encaminado hacia la segunda dificultad del día: el Furkapass, algo ya más
duro, coronando a 2.436 m y que ya te deja cerca de los grandes picos alpinos,
disfrutando en la bajada de unas impresionantes vistas...
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Vista desde el Furkapass |
Para cerrar la ruta, quedaba el Nufenenpass, menos conocido que los anteriores, pero que arrojaba ya unos números muy respetables: 14 km, al 7,5% de media, para coronar a 2.478 m de altitud, y con más de 1.000 m de desnivel.
De camino a Martigny, donde se recogían los dorsales,
hicimos parada en Fiesch, donde se toma el teleférico para subir al Glaciar
Aletsch, el mayor de toda Europa, y a pesar del precio, el espectáculo no
defraudó. Lástima que aquí sea imposible acceder en bicicleta...
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Glaciar Aletsch, desde Eggishorn |
Visto el glaciar, y recogido el dorsal,
llegamos a Villar sur Ollón, donde establecimos el "campamento base":
un coqueto apartamento con vistas a los Alpes y piscina climatizada, donde no
estuvimos nada mal...
La prueba en sí, no fue de lo mejor del viaje,
ya que como me pasó en la Cerdanya cycling Tour, cualquier ánimo competitivo
estaba descartado y el recorrido podría haber sido más atractivo. Sin embargo,
me llevé la sorpresa de que nos metieran por algunos tramos de tierra (mis
incursiones por los carriles de los Toruños me han servido de algo), y sobre
todo, con la ubicación de la meta, en la cima del Col de la Croix de Cuore,
desde donde de repente, tras pasar la última rampa, descubres la vista del Grand
Combin, uno de los cuatromiles de la zona, con gran cantidad de nieve...pareció
que todo el recorrido estaba pensado para esta sorpresa final...
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Vista desde la Croix de Cuore (Verbier) |
En total, 138 km, con unos 3.700 m de desnivel
(aunque Strava marcó más de 4.000), y otra medalla finisher para la colección. La clasificación, lo de menos, pero de la mitad hacia arriba para no perder la costumbre.
CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Le Tour des Stations
El Domingo tenía planeada una
"sorpresa" para mi mujer: ir al Vitra Design Museum en Alemanįa, por
lo que no me podía entretener mucho, así que elegí hacer la llamada “Route du
Tour”, un recorrido que desde Martigny, reproduce el final de la Etapa del Tour
de 2016, con meta en el Lago de Emosson y la subida previa al Col de la Forclaz,
encadenado de unos 30 km, y 1.800 m de desnivel, que se me hizo muy duro, pero
con unas vistas en la parte final sobre el macizo del Mont Blanc
impresionantes...
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Salida desde el Anfiteatro romano de Martigny |
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Cima el Col e la Forclaz |
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Subida a Emosson-Finhaut |
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Emosson Lac |
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Vista del macizo del Mont Blanc |
Para la bajada, creía haber encontrado una vía
de escape para recortar, pero que resultó un camino sin asfaltar en muy malas
condiciones, que me complicó mucho las cosas...no sé cómo salió la wave viva de
allí...a pesar de los años y los miles de kilómetros que lleva se ha portado
estupendamente, por cierto.
CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Martigny-Col de la Forclaz-Finhaut-Emosson (Route du Tour)
El cuarto día estaba reservado para uno de los puertos míticos de los Alpes, el Grand Sant Bernard... Tras muchas dudas sobre cómo plantear la ruta, y viendo que solo tenía sobre 3 h:30 para hacerla, porque tocaba desplazamiento hacia la zona de Interlaken, decidí salir desde donde más o menos comienza la altimetría oficial de la vertiente suiza, y una vez arriba, tras 28 km de subida ininterrumpida, "asomarme" a la vertiente italiana.
Los kilómetros iniciales, un tanto aburriros,
hasta ganar altura y empezar a tener vistas de los picos de la zona, para tras
pasar por Bourg San Pierre, meterse en una galería de más de 4 km, un poco
agobiante por el tráfico y la falta de perspectivas. A la salida de ésta, se
entra en la parte final, lo verdaderamente interesante, muy exigente, con unos
7 km, por encima siempre del 8%, y un trazado que recuerda en cierta forma al
Galibier. Arriba, tras pasar bajo el histórico Hospicio, un entorno idílico, y
la frontera con Italia.
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Tramo final vertiente suiza del Paso de San Bernardo |
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Col du Grand Sant Bernard |
“Solo” llevaba 2 h:30, así que calculé que
tenía un margen de media hora, por lo que me lancé hacia el Valle de Aosta unos
5 kilómetros. A mi pesar tuve que dar media vuelta porque esta otra cara tenía
muy buena pinta…
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Tramo final vertiente italiana Col du St-Gd-Bernard |
Y para el final, me había reservado el plato
fuerte…
Nos habíamos trasladado a Gindelwald, estación
de montaña hasta con nombre de cuento, al pie de algunos de los picos más altos
de los Alpes Berneses, como el Jungfrau o
el Eiger. Y los dos puertos que tenía a mano, el Grosse Sheidegg y sobre todo, Männlichen,
sobre el papel asustaban…
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Desde Hotel Gasthof Panorama de Gindelwald |
Salida justo desde el hotel, que si los
anteriores tenían buenas vistas, las de este eran ya insuperables, para
directamente afrontar las primeras rampas del Grosse Sheidegg, por una
carreterita estrecha, restringida al tráfico rodado, que era una delicia, a
pesar de los altos porcentajes… solo 7,5 km hasta la cima, pero al 11% de media.
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Subida al Grosse Sheidegg |
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Cima del Grosse Sheidegg |
Tras un respiro en la cima, vuelta a la casilla
de salida, para ir en busca del Männlichen, más contundente aún.
La carretera, del estilo de la anterior, con la
inmensa mole del Eiger como referencia.
Los 12 Km, al 10 % de media, se hicieron largos, pero las piernas no respondieron mal, a pesar de todo lo que llevaba hecho los días anteriores y que en apenas 35 km, había acumulado 2.000 m de desnivel. En todo caso, lo incluyo dentro de mi Top 5 de puertos más duros.
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Cima de Männlinchen |
En la cima, últimas fotos para el recuerdo, y descenso rápido hacia Grindelwald, para rematar con dos kilómetros de subida hasta el hotel, donde me esperaba la familia ya con todo recogido para iniciar el viaje de vuelta.
CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Grindelwald-Grosse Sheidegg-Männlichen
El balance más que positivo,
habiendo visitado la mayor parte de las zonas de interés del país, y sumando
sobre 400 km y 12.300 m de desnivel en las cinco rutas.
Sobre el coste de la vida en Suiza mejor ni
hablar, pero que la familia me haya seguido el rollo hasta allí, no tiene
precio…
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