sábado, 9 de julio de 2016

PIRINEOS 2016



6 Actividades, 656 km, 16.156 m. de desnivel acumulado, 32:39 horas montado en la bicicleta, 13 puertos de categoría, es el resumen de una excepcional experiencia en los Pirineos, en la que los números son lo de menos.


La grupeta en el Tourmalet
La “expedición”, con la baja a última hora de Juan Velarde, quedó compuesta por Alberto Sánchez, Pepe Velarde, Jose Manuel Moreno “Espartano”, Clemente Guerrero, Jose Miguel Guerrero “Piki”, Javi Quesada, Antonio García "Crispi", Jose Luis Ramirez y un servidor, un “nueve” de lujo.
Por motivos familiares, me uní al grupo un día después, con lo que me perdí la salida, que supuso la primera toma de contacto de la mayoría con los Pirineos, y de que forma: coronando el Tourmalet, por la vertiente de la Mongie.
 
 
 

Yo empecé directamente con el plato fuerte, la participación en la Pyréneénne, la excusa para organizar el viaje, y que por su décima edición, y con la coincidencia del Tour por la zona, ofrecía un recorrido especial con salida desde Bagneres de Bigorre y final en el Lac de Payolle (al igual que en la 7ª etapa), pasando previamente por Tourmalet, Hourqutte d’Ancizan y Aspin (casi na).


 


 
 


En la línea de salida
El día amaneció feo, con la carretera mojada y niebla, por lo que al principio, la prudencia fue máxima para evitar cualquier percance que pudiera fastidiar los planes. Pero a medida que nos acercábamos a Luz ST Saveaur, empezó a abrir, apereciendo el sol en las primeras rampas del Tourmalet, lo que me animó a empezar a apretar, y ya metido en faena, se me ocurrió subirlo “A Tope”, a ver qué tiempo marcaba. Al empezar bastante atrás, no hacía nada más que pasar gente, por lo que merecía la pena persistir en el esfuerzo.
 
 

Tras coronar Tourmalet
 
Pero el Tourmalet es el Tourmalet, y a dos kilómetros de la cima empezaron los avisos de calambres, aunque ya no podía aflojar…Justo en la última rampa, viendo ya el monumento, los cuádriceps dijeron “basta”. Conseguí bajar de 1:30, pero ya fui lastrado todo el resto del recorrido. Sobre todo, se me atragantó la “trampa” que nos prepararon nada más terminar la bajada hasta Ste Marie de Campan: Sarrat de Bon, que no sé si es un puerto en sí, pero que tenía las rampas más duras del día.

Pese a los problemas musculares que se repetían en cada puerto, pude acabar la prueba de forma aceptable dentro de los que cabe (198 de 507). Salvo “Espartano”, que fue el primero del grupo en llegar, el resto de compañeros se lo tomaron con más tranquilidad
 
 
 
 
 
El siguiente día, nos tocaba una ruta de “recuperación, de solo” 100 km, con salida desde Argeles Gazost y con la subida al Cirque de Troumousse, por medio, y final en Luz Ardiden. Llegando a Gedre, donde comenzaba el primer puerto, empezábamos a sospechar que la ruta  no sería de recuperación para nada.

En el Puente de Napoleón (carretera hacia Gedre)
 
 
El Cirque de Troumousse, ya lo había visitado en 2011, por lo que me impresionó menos que a los demás, aunque no recordaba que los últimos kilómetros fueran tan duros (sería por el dolor de piernas que llevaba del día antes).
 
 

Subiendo al Cirque de Troumousse


Con Alberto, en el Cirque de Troumousse,


Luz Ardiden, siendo bastante duro (14 km al 8 % de media), resultó un poco por debajo de las expectativas, quizá por el estado de la carretera, pero venía bien concerlo ya que aquí tendrá la meta la  “Marmotte de los Pirineos”, reto que ya tengo en mente para el futuro, aunque subirlo después de hacer el Tourmalet por las dos caras, el Aspin y el Hourquette d’Ancizan, resulta inhumano a priori.



El grupo en Luz Ardiden


Bajada hacia Luz Saint Sauveur


CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Argeles - Cirque Trumousse-Luz Ardiden



El tercer día ameneció con lluvia, por lo que hubo dudas en qué hacer. Javi, Crispi y Luis preferían no salir, Alberto proponía dejarlo para la tarde, Piki y Clemente, querían subir solo Hautacam, porque tenían que volverse ya para España, y Pepe y Espartano, tenían claro salir, pero acortando la ruta prevista.

Subiendo Hautacam
 
Cuando llegamos al punto de salida (de nuevo en Argeles), la cosa había mejorado bastante, y aunque la subida a Hautacam la hicimos entre la niebla, llegamos arriba casi despejado, con la carretera prácticamente seca. Salvando las distancias, la subida de 14 km me recordaba por momentos a la del Boyar (sobre todo cuando la hacemos en invierno fuera de forma).



 
 
 

 
 
Tras las fotos de rigor en la cima, en un curioso cartel donde se puede reflejar el tiempo empleado en subir y la fecha, nos despedimos de los amigos de Benalup, e iniciamos el descenso, donde encontramos varios rincones preciosos.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
En el descenso de Hautacam
 
 
Haciendo caso al gps, que nos dio un pequeño rodeo hacia Lourdes, fuimos en busca del Col de Couraduque, desconocido para nosotros hasta verlo en la pasada “Route du Sud”. El inicio es el mismo que el del col de Soulor, desde Argeles, hasta llegar a Aucun, donde se toma un desvío a la derecha iniciándose los últimos 7 kilómetros, que son los más atractivos y exigentes. (En este caso me venía a la mente Gaidovar…).
 

 
 
Coronando Couraduque
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 



La nota negativa de la jornada fue el “abandono” por problemas de salud de Luis, que había decidido volverse con Piki y Clemente, con lo que el grupo quedó reducido a seis.


 

De vuelta a Argeles, tocaba traslado a Arreau, donde nos esperaban los compañeros que no habían hecho la ruta, y como Alberto seguía con la idea de salir, y me había “sabido a poco” lo de la mañana, insistí en acompañarle, haciendo “doblete”.
 
Con Alberto, en la cima de Val Louron-Azet
Fuimos a subir el Col de Azet por la vertiente de Val Louron, para bajar por la de Saint Lary-Soulam, por donde también pasará el Tour este año. (A falta de una semana, ya había caravanas esperando).
El puerto en sí, no presenta mucha dificultad, pero debido al cansancio acumulando, el ritmo no podía ser muy bueno que digamos.
 


 
 
El cuarto día tocaba la “etapa reina”, pero como el personal andaba ya algo tocado (salvo Javi Quesada que juega en otra liga), decidimos en principio recortarla, optando por ir a subir directamente Port de Bales (teníamos previsto hacerlo después de Peyresourde y Portillón), aunque teníamos unos 50 km de llano hasta el inicio del puerto. Se hicieron muy rápidos, a 30 Km/h de media (lo nuestro es llanear), llegando pronto a Mauleon Barousse, donde tiene su inicio, y ya desde las primeras rampas, tuvimos la sensación de que se trataba de un puerto especial: carretera estrecha, desniveles constantes, curvas, agua por todos sitios, y abundante vegetación hasta los kilómetros finales donde se pasaba a paisaje de alta montaña.

Tal como indicaba la pancarta que encontramos al inicio, “19 km de bonheur” (19 km de felicidad).


 
 
 
Inicio del Port de Bales
Coronando Bales
 
 

 
Conforme iba subiendo y quedando más asombrado por el puerto, me fueron entrando más ganas de bici, así que propuse a los compañeros bajar a Luchon, y alargar la ruta subiendo a Superbagneres, conocido por haber sido final de etapa en alguna edición del Tour. Pepe y Espartano decidieron volverse ya, y los que decidimos continuar no nos arrepentimos.
 
 
Otro superpuerto, con 18 km de subida, y aunque más aburrido que Bales, por el tipo de carretera, propio del acceso a una estación de esquí, conforme se va ganando altura, se van teniendo unas impresionantes vistas sobre la zona del Aneto, que lo hacen igualmente especial.


Subida a Superbageneres

 
Tras deshacer el camino hasta Luchon, se iniciaba la última dificultad del día: el Peyresourde, que se trata de uno de los puertos históricos, si bien, con todo lo que habíamos visto antes, no nos resultó muy especial.
 




En la cima de Peyresourde
 
Aquí Javi se permitió el lujo de subir a su ritmo, y en los 14 km, nos metió 18 minutos…tenemos que agradecerle que prefiera dedicarse a realizar espectaculares reportajes fotográficos y videos de las rutas, a demostrar más aún que es un fenómeno.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 CLIC AQUÍ PARA VER VIDEO: 6 de Julio de 2016: Port de Bales , Superbagneres y Peyresourde



El último día, como despedida, lo previsto era subir Cap de Long, Pla d’Adet, y col de Azet, pero tenía que recortar la tuta, porque tenía que coger el AVE en Zaragoza a las 5:30, así que como Azet ya lo había visto con Alberto, con los dos primeros tenía bastante.
 

Cap de Long
 
 
 
Me delante a Saint Lary donde esperé a los comapñeros, para dirigirnos dirección al Tunel de Bielsa, hasta tomar el desvío hacia la reserva natural de Neouvielle, donde empieza realmente la subida a Cap de Long, que como se podía prever, resultó todo un espectáculo. De nuevo, agua siempre presente, destacando varias series de “lacets”, para tras 24 km de subida, descubrir al final el premio gordo: el lago de Cap de Long, un lugar verdaderamente paradisíaco.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 



Subida a Cap de Long

 
 
 
Tras bajar por el mismo sitio y regresar a Saint Lary encaramos  Pla d’Adet. De nuevo, carretera de estación de esquí, pero con un trazado más rectilíneo, con lo que las rampas presentaban mayores pendientes, con varios kilómetros por encima del 10 % de media, tal y como se refleja en los carteles indicadores que tienen instalados en las principales subidas de los Pirineos, y que resultan muy útiles para ir viendo como afrontar la subida. (Creo que sería muy interesante hacer algo similar por aquí…no ceo que 12 carteles en las Palomas y 14 en el Boyar, sea algo muy costoso).
 
 
 
Subida a Pla d'Adet
 
 
Coronando Pla d'Adet
Como sería mi último puerto, decidí echar el resto, lo que me permitió llegar no muy lejos de Alberto y Espartano, los más fuertes del grupo, aparte de Javi.
Desde la cima, se divisaba una subida con muy buena pinta, pero de la que he encontrado pocas referencias, por lo que sospecho que no será ciclable a día de hoy. Se trata del Col de Portet, de 2200 m de altura…otro posible Tourmalet que habrá que investigar.


En la bajada, paramos en una bonita fuente en Soulam, donde ya me despedí de los compañeros, que seguirían hacia el col de Azet.
 
En Soulam
 
Saint Lary, última foto.
 
 
En definitiva, han sido 5 días intensísimos de ciclismo, que nos han permitido disfrutar de algunos de los rincones más atractivos de los pirineos, y subir la mayoría de sus puertos míticos. De la zona donde nos hemos movido, solo nos ha quedado pendiente el Aubisque, así que en el futuro habrá qu pensar en visitar la zona de los “Pyrenées Arigeoises”, donde se encuentran Paiheres o Plateau de Beille, o el Pirineo Navarro, donde tenemos Larrau o Pierre Saint Martin. Pero para eso habrá que esperar, ya que el año que viene creo que va a tocar “descanso” de grandes viajes.
Y ahora, a pensar en que hacer hasta el final de la temporada. Una pista…