martes, 24 de julio de 2018

NAVARRA “XTREM” 2018.



Con la “excusa” de la participación en La Indurain, el objetivo del viaje a Navarra era tener “mi dosis de Pirineos” este año. De ahí el guiño en el título de la entrada a otra de las grandes pruebas que se celebran en la Región, La Irati Xtrem”, cuyo recorrido pretendía conocer, resultando en conjunto una experiencia verdaderamente extrema...en 48 horas, 4 rutas, para un total de 440 km y 8.500 m. de desnivel.






El plan, era este:

Ruta 1: Estella -Monte Urbasa-Alsasua-Pto de Lizárraga

             92 km   + 1.600 m

Ruta 2: Lekumberri-Irurzun-San Miguel de Aralar

            55 km  + 1.200 m


Ruta 3: Aribe-Ochagavia-Pto Larrau-Col Bagargui-Col Azpegi

            120 km  + 3.400 m


Ruta 4: La Indurain 2018. 

180 km  +2.400 m.



Pero antes, me esperaba otro fin de semana intenso en Granada, que supondría mi vuelta 4 años después a la “Sierra Nevada Límite”, motivado en parte por el cambio de recorrido propuesto, que con salida desde Cenes de la Vega, y con un recorte por la zona de la Peza, me resultaba más equilibrado.

Sierra Nevada Límite 2018. 135 km  +3.600 m


Paso por el Alto de El Purche


Los primeros kilómetros hasta Monachil, sirvieron de calentamiento, para afrontar enseguida la subida al Purche, que como siempre se hizo dura resultándome más larga que otras veces.













La Bajada hacia Pino Genil, con cuidado, hasta entrar en la carretera del Pantano de Quentar, esperando para tratar de formar un grupito, para hacer esta parte del recorrido de la forma más cómoda posible. Antes de llegar a la Peza, empezamos a cruzarnos con los grupos cabeceros, muy numerosos, lo que me dejó algo desanimado, pensando que iba muy atrás.















 Las primeras rampas, se atragantaron más de la cuenta, empezando a tener síntomas de calambres, por lo que hasta el cruce de Hazallanas, tuve que ir “lo más despacio posible”. Aquí empecé a alcanzar a algunos, lo que siempre anima, y ya por fin en el Dornajo, solo faltaba terminar lo mejor posible, entrando en meta con un tiempo de poco más de 6:30 h. Quedaba volver a bajar a Cenes hasta el coche, lo que sirvió para “maquillar” algo la media...





Quizá fui algo peor de lo habitual, pero tenía la excusa de haberme metido la tarde anterior toda la Subida al Veleta, desde Pinos, siguiendo el mismo trayecto de la Prueba (para poder comparar los tiempos después en Strava). Evidentemente, tenía que forzar lo mínimo posible, pero 3 horas y media de subida ininterrumpida, supone un enorme castigo sí o sí. Pero pasar de la barrera de la Hoya de la Mora, siempre merece la pena, y más quedando aún bastante nieve.


Zona de meta Subida al Veleta 2018

Aprovechando que estaban ya los arreglillos realizados por la Organización en el tramo final, puede llegar sin mayor dificultad hasta donde estaba previsto instalar la meta, a 3.290 m de altitud, entre dos paredes de nieve.





Es la primera vez que hago la subida completa tal cual, y alguna vez habrá que participar en la Prueba, para comprobar cuánto tiempo se puede rebajar, con la motivación de la competición.

CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Subida al Veleta


Para afinar, tenía que pasar obligatoriamente por la Sierra Bermeja, como ya he comentado en otras ocasiones, el terreno más cercano que tenemos equiparable en dureza a los Pirineos.


En esta ocasión, la idea era pasar por Casares para subir el Espino por Gaucín, con la carretera recién arreglada, para después bajar a Benarrabá y volver a subir el Espino por esta vertiente, la más dura de las cuatro que tenemos, con rampas de hasta el 18 % en la parte inicial.



Paso por Genalhuacil


El final de etapa, el ya habitual, bajando desde Algatocín al Río Genal y enlazando las subidas de Genalguacil, Peñas Blancas y Los Reales.










Sin contar el descenso hasta Estepona, salieron 3.200 m, de desnivel acumulado,  en 82 km, números propios solo de la alta montaña…

CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Casares-Gaucín-El Espino por Benarrabá-Los Reales por Genalguacil


Quien no conozca el “Pirineo del Sur”, tiene una magnífica oportunidad de hacerlo en la “Gran Fondo Costa del Sol”, que tiene previsto un recorrido espectacular por esta zona. Si la organización está a la altura, puede convertirse en otra de las pruebas de referencia.



La última ruta de preparación antes de salir para Navarra, fue en Linares, donde coincidí con dos compañeros (Javi Visiedo y Pedro Serrano), que estaban inscritos para la Indurain, y aunque se formó una buena grupeta, precisamente los tres fuimos los únicos en completar el recorrido previsto por nuestra Sierra Mágina.


Fuenmayor (Torres)

Se salió hacia Torreblascopedro, para llegar al Puente del Obispo por Lupión y Begijar, subiendo hacia Jimena por las Escuelas, y de ahí a Torres a través del puerto de Albanchez. El destino final era Fuenmayor, donde fuimos a buscar agua fresca y de paso, “recolectamos” cerezas, que por cierto, nada tenían que envidiar a las del Valle del Jerte.



La vuelta a Linares, la improvisamos desde Mancha Real por Torrequebradilla, Campillo del Río y Torreblascopedro, para sumar 138 km, y 2.550 m de desnivel…el terrenito de Jaén, también tiene su dificultad.

CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Fuenmayor por Pto de Albanchez (con CC Linares)




La primera ruta de las programadas en Navarra tenía previsto recorrer las Sierras de Urbasa y Andia, saliendo desde Estella, que pillaba de paso ante de llegar a Pamplona.

Tras unos 15 primeros  km de aproximación, inicio de la subida al Monte Urbasa, sin presentar grandes dificultades, y permitiendo empezar a disfrutar del paisaje “prepirenaico”. 




Bajada de Urbasa

En la cima, cambio drástico de la meteorología, encontrando niebla, y algo de lluvia, pero que no impidió terminar la ruta según lo previsto. La bajada de Urbasa, resultó muy llamativa, por el trazado de la carretera, y el Puerto de Lizárraga, muy agradable, con porcentajes siempre suaves. En resumen, una buena toma de contacto, teniendo en cuenta todo lo que quedaba por hacer.









Terminada la ruta, había que ir a recoger el dorsal a Villaba, donde casualmente me encontré con Edmundo Toro, amigo jerezano que también hacía la Prueba. En el stand preparado para la ocasión, Miguel Indurain” in person” estaba firmando y haciéndose fotos con todo el que quería acercarse...le encontré bastante más fino que en “la Oscar Freire”, debe haber estado preparándose bien estos meses…


Kilómetros iniciales de la Indurain
A la mañana siguiente, paseíto desde Pamplona para estar listo esperando la salida. La intención en los primeros kilómetros, tomar posición lo más adelante, apretando todo lo posible, siempre con la cabeza de carrera a la vista, hasta que empezaron a producirse los primeros cortes, conformándome con estar en el tercero de los grupos, con el linarense Pedro Serrano.





Las sensaciones eran buenas, y los kilómetros pasaban con rápidez. Se subieron los dos primeros puertos sin ninguna dificultad, aunque la lluvia aparecía por momentos, manteniendo una media de 32 km/h.


Pero nada más iniciar el tercer puerto, malas noticias…la rueda trasera que ya me había dado problemas por roturas de radios, volvió a jugarme una mala pasada, obligándome a parar y haciendo imposible continuar la marcha. La única esperanza, que los coches de asistencia llevaran ruedas de repuesto, pero hubo que esperar media hora, hasta que por fin llegara el coche de shimano. Evidentemente, no tenían ruedas Campagnolo, y eran reticentes a dejarme una, porque el mecánico insistía en que no iba a ir bien. Finalmente, me la montaron, y afortunadamente  funcionaba. 
Reanudación de la Marcha tras la avería.


Empecé a remontar rápidamente, hasta encontrar un nuevo grupo con el que llegar al menos hasta el inicio del último puerto, aunque aquí el ritmo ya era bastante inferior.










La subida a Artesiaga, era cronometrada, así que pensé hacerla lo mejor posible, para poder comprobar el nivel real al que había estado, y lo cierto, es que supuso una inyección de moral ver la cantidad de gente a la que iba superando.








Después del descenso, de nuevo me metí en un grupo que iba rapidito, para llegar ya hasta la meta, mejorando algo la media, que subió a 29 km/h, que en 180 km con 2.500 m de desnivel, no está mal del todo.


Analizando después los datos, comprobé que descontando el tiempo parado por la avería, habría marcado 6:10 h, quedando unos 200 puestos por encima. De hecho, en el tramo cronometrado, quedé el 292 de 773, algo más acorde a como había andado.
Casi seguro habría bajado de 6 horas de no haber tenido el problema.


Pero independientemente de las clasificaciones, había venido a Navarra a lo que había venido, así que tras descansar un poquito, y gracias a que me había traído otras ruedas, tocaba “sector de tarde”, con otro de los objetivos prioritarios, la subida al Santuario de San Miguel de Aralar, realizada en una etapa de la vuelta a España de 2014, disputada por Contador, Froome, Fabio Aru o Valverde, entre otros.

Subida a San Miguel de Aralar

La salida desde Lekumberri, dirección Irurzun, con un primer tramo de subida suave, en el que las piernas parecían responder. Después bajada hasta tomar la vía de servicio de la autovía a Vitoria-Gasteiz, con la cara norte de las sierras de Urbasa y Andía de telón de fondo. Tras 15 km de falso llano, por fin el desvío para iniciar la subida, aunque un cartel de Prohibido bicicletas, me extrañó e hizo que fuera con la mosca toda el tiempo.





San Miguel de Aralar





La subida, por pista de cemento, se inicia de forma brusca, y la tónica general es la alternancia de tramos muy duros con pequeños descansitos.



Sinceramente, debido al cansancio, me resultó bastante agónico, pero la llegada al Santuario, y las vistas desde arriba, merecieron la pena. Lo que no esperaba es el frío que pasé en la bajada…



CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Lekumberri-Irurzun-San Miguel de Aralar



Quedaba ya solo el último esfuerzo, para cumplir todo lo previsto, pero era el más exigente…

Como he comentado, se trataba de reconocer el recorrido de la Irati Xtrem, aunque decidí hacerlo en sentido inverso, ya que la vertiente francesa de Larrau ya la subí el año pasado, después de la participación en la QUEBRANTAHUESOS 2017

Ezcaroz



La salida, en vez desde Ochagavia, la fije desde Aribe, subiendo en primer lugar el alto de Aubarreá, que al ser fácil, permitía ir preparando el cuerpo para lo que esperaba. (118 km y 3.400 m de desnivel).

Al hacer una parada en Ezcaroz, uno de los bonitos pueblos por los que pasé, me di cuenta de que había perdido uno de los botes, con lo que buscar agua comenzó a ser prioritario.












Pasado Ochagabia, por la carretera de los Valles Orientales, terreno de aproximación al Port de Larrau, hasta llegar al cruce de Isaba, donde empieza realmente la subida, afortunadamente, nada que ver con la que ya conocía, y que califican como la más dura de los Pirineos. En la parte final, paisaje de alta montaña y viento molesto, hasta llegar al túnel que sirve de paso de una vertiente a otra.

La bajada, entre la niebla, hasta la localidad de Larrau, para de forma inmediata, comenzar el Col de Bagargui, la mayor dificultad del día, aunque como la mayoría de los puertos de los Pirineos comenzaba de forma amable remontando el valle de un río.


A partir del 4ª kilómetro, la cruda realidad...el típico cartel con los datos, indicaba un 12 % de media, comenzando una auténtica tortura. El 5ª un 12,5 %...el 6ª un 13%...el 7ª un 11,5 %...aquí se cumple lo que suelo decir, de que un puerto es muy duro, cuando las rampas del 10 % resultan descansitos…

Tras una hora de subida (para 9,5 km), por fin estaba en la cima, donde pude tomar un respiro y coger agua.




Col de Errozate


Desde aquí, se sucedieron varios tramos de subidas y bajadas, hasta llegar a la cima del col de Errozate, comenzando un vertiginoso descenso, que pensando en que esto es por donde se subía en la Irati, me impresionó bastante.










Me sentí aliviado al terminar la bajada, y de forma inmediata empezaba el último escollo, el Col de Azpegi, ya bastante más cómodo que los anteriores, aunque debido al cansancio ya acumulado, también costó lo suyo.

Cima Col de Azpegi 
Desde la cima, ya terreno favorable hasta el coche, aunque cualquier repechito ya dolía mucho, llegando al límite, pero con la sensación de haber hecho algo extraordinario.




En Agosto, no hay planes claros, aunque algo se inventará, y para septiembre, otra cita importante, la GFNY Portugal…