jueves, 9 de agosto de 2018

VUELTA “RANDONNÉE” A CÁDIZ

Una randonnée, para el que no esté puesto en el argot del ciclismo de ultrafondo, hace referencia a un “paseo o viaje” de larga distancia, realizado sin ayudas externas, en unos tiempos máximos prefijados. De este tipo de pruebas, tenemos en Linares a una de las personas  que más información al respecto puede facilitar: Manuel Vállez. (blog ultrafondoenlinares).

Aunque en mi caso, no había intención de que fuera nada oficial ni homologado, he incluido en el título este término porque se ajusta bastante a la experiencia que me he empeñado en realizar. También hay que decir, que este año,  los amigos Juan Velarde y Alejandro García, ya hicieron algo similar, pero en unas fechas que para mí era imposible. De hecho ha habido que esperar a Agosto, para poder disponer del suficiente tiempo libre, y tampoco ha sido fácil, agradeciendo sobre todo  a mi mujer que me permitiera invertir cinco mañanas de las vacaciones en esto.

En definitiva, la idea era realizar un recorrido por etapas por Cádiz y dado que las alternativas son numerosísimas, ha habido que pensar bastante, optando para esta primera ocasión por un diseño de etapas que permitieran pasar por el máximo puntos de interés posible, para tener una visión global de la provincia.

El trazado final, ha estado condicionado por la meteorología, ya que ha coincidido con plena ola de calor, y ha habido que recortar algo los recorridos, e incluso improvisar en ocasiones sobre la marcha en función de la dirección del viento.

Este  ha sido el resultado final.


Por cuestiones de logística, el orden de las Etapas ha sido el inverso al del sentido del recorrido:

Etapa 5 Jerez-Villamartin

 140 km   + 1.050 m.


Etapa 4 Villamartín-El Bosque
  121 Km  + 2.550 m


Etapa 3  El Bosque-Castillo de Castellar
126 km + 1.800 m





 Etapa 2 Castellar de la Fra.-Benalup
131 km  + 1.650 m



Etapa 1 Benalup-Jerez
159 Km   +1.400  m


Por tanto, el primer día el plan era ir desde Benalup-Casas Viejas a Jerez, con la intención inicial de coger la Carretera del Castaño hasta el cruce con la vía de servicio de la Jerez-Los Barrios, dirección a Alcalá de los Gazules.

Pero nada más salir, comprobé que el Levante pegaba fuerte, y conforme avanzaba, empecé a barajar otra de las opciones que estuve viendo, consistente en ir desde Medina dirección Conil y volver por la Costa…

Embalse de Barbate, en Benalup-Casas Viejas

Estuve dudando, pero a la altura del cruce del embalse de Barbate, donde el viento arreciaba más, tome la decisión de desviarme. En la presa, soplaba de costado, y era hasta complicado mantener el equilibrio, pero una vez en la carretera de Benalup a Alcalá, ya  se iba más resguardado..


Panorámica de Alcalá de los Gazules

Pronto tenía las casas blancas de Alcalá en las estribaciones de la sierra a la vista, y aún fresco, la subida se hizo muy cómoda. Tras el descenso, dirección Paterna, el viento era ya favorable, realizando ese tramo bastante rápido.











El siguiente punto de paso, era Medina, subiendo tal como llegaba, por la Venta El Jilguero. Tras la foto de rigor en el precioso Arco de la Pastora, ya que no quise complicarme para llegar al Castillo o la Iglesia Mayor, bajada por la Viuda, y desvío hacia Naveros.

Arco de la Pastora. Medina Sidonia.


Cabo de Roche
El viento seguía ayudando, llegando enseguida al cruce de la Carretera del Pago del Humo,  donde seguí recto hacia Conil, “carrileando” un poco hasta aparecer  en el Faro de Roche, pasando por las Calas, hasta el Novo Sancti Petri, para asomarme a la impresionante Playa de La Barrosa.

 Muchos critican este Resort, pero a mi entender, es un ejemplo en cuanto a compatibilidad entre respeto la Naturaleza y desarrollo turístico.


Playa de la Barrosa. Urbanización Novo Sancti Petri
 Bahía de Cádiz, desde Puerto Real
Desde aquí ya tocaba poner rumbo a Jerez, atravesando Chiclana y llegando a Puerto Real, aunque quise hacer un último rodeo, para tener contacto con la Bahía, desviándome hacia Río San Pedro pasando justo al pie del Puente Nuevo.



Río San Pedro

Aquí, al haberse hecho un poco tarde,  el calor era sofocante,  superando los 40º, pero ya solo quedaba el paso por El Puerto, donde hice la última parada para repostar y menos mal, porque en esos últimos 10 km, necesité hasta la última gota.

Por fin estaba en casa, habiendo salvado el primer día, y aunque no había seguido estrictamente el plan previsto, la Etapa resultó bastante atractiva, llegando a 159 km en 5:50 h.



El segundo día tocaba la etapa que quizá más ganas tenía de hacer, al discurrir por mi zona menos habitual de paso, con salida desde Castellar de la Frontera, bordeando el Campo de Gibraltar hasta los Barrios, y de ahí, circunvalando Algeciras dirección al Estrecho.

Se preveía Levante y calor, pero lo cierto es que por la mañana temprano hacía bastante fresco, y el viento apenas se notaba, encontrándome incluso con niebla al empezar a subir el Puerto del Bujeo, tan espesa por momentos, que pensé que me impediría hacer fotos en condiciones del Paso del Estrecho, uno de los “objetivos” de la jornada. Llegando a la cima, me animó ver lucir el sol, y ya en el Mirador, me sorprendió el espectáculo de la niebla cubriendo por completo la franja de mar, asomando África al fondo. 

Mirador del Estrecho

Bolonia
Después del rápido descenso hasta Tarifa, el siguiente destino era Bolonia, pasando junto a las Playas de Valdevaqueros y Punta Palomas, muy apetecibles, y llegando a través de una pista de uso militar, alternativa a la carretera convencional, y que resultó durilla, con unas cuantas rampas a más del 10 % de pendiente.









No hace falta insistir mucho en lo especial que resulta este enclave, por la espectacular duna que caracteriza a la playa, y por la integración de las ruinas de Baelo Claudia, ejemplo paradigmático del urbanismo del Imperio Romano en la Península, pero si además, lo enlazas directamente con la Punta del Faro Camarinal, a través del carrilito de tierra que permite el tránsito hacia la “Playa de los Alemanes”, la impresión resulta aún mayor, y es que sin duda, el Parque Natural del Estrecho, es de lo más singular de la Provincia.



Playa de los Alemanes desde Punta Camarinal

Tras atravesar Atlanterra y echar un vistazo a las nuevas construcciones que se han realizado en los últimos años, comprobando que definitivamente aquí se ha impuesto la arquitectura contemporánea, y lo más importante, que han arreglado al menos la vía principal, el siguiente objetivo era Vejer, continuando por la costa, desde Zahara de los Atunes a Barbate.


Parque de los Molinos. Vejer de la Frontera

De las posibles subidas, elegí la menos habitual, la que se coge desde la zona del Palomar de la Breña, que tiene sus buenas rampas, y obliga a pasar algún otro tramito de “sterrato”, para entrar por la zona más alta, donde se ubican los tradicionales Molinos. 















De Vejer poco más que decir, más que reconocido como  pueblo “con encanto” y que fue final de etapa en la Vuelta 2016, llevándose la victoria Alejandro Valverde.

Panorámica de Vejer


Tras el descenso, y tomar el desvío hacia Benalup, un último vistazo a Vejer, y ya solo 20 km por delante hasta la “meta”. Iba preocupado pensando, en que al cambiar de dirección, el viento podría complicarme este tramo final, pero al ir resguardado entre los pinares, y dado que finalmente, no me lo encontré de cara del todo, pude mantener bien el ritmo. El calor tampoco hizo mella como el día anterior, acabando bastante bien, para sumar 132 km y 1.600 m de desnivel.



Castillo de Castellar
El final de la tercera Etapa, en cierto modo,  ha condicionado bastante el planteamiento de todos los recorridos, pero llegar al Castillo de Castellar, Fortaleza del siglo XIII que encierra el núcleo de Castellar el Viejo perfectamente conservado, era algo que consideraba esencial, porque pocos sitios con tanto valor patrimonial y medio ambiental, podemos encontrar.


Ubrique
El inicio desde El Bosque, punto habitual de salida de nuestras rutas por la Sierra, aunque en esta ocasión, el protagonismo lo tendría el Parque de los Alcornocales, por donde discurriría todo el trayecto una vez atravesado Ubrique y subido el Mojón de la Víbora.









Camino de Jimena, con Alberto Martino
Este día pudo acompañarme Alberto Martino, que andaba por Villaluenga preparando un trail nocturno, así que todo se hizo más ameno. Pronto llegábamos a Puerto Gáliz para desviarnos hacia Jimena de la Frontera, pasando una de las zonas más bonitas del Parque.




El tramo final hasta Castellar, no lo tenía decidido al 100%, pues en función del tiempo que lleváramos en Jimena,  iríamos directos, o por San Martin del Tesorillo, lo que implicaba hacer unos 20 km más, . (Subir a las Antenas no entraba en los planes, más que nada, por no distorsionar el concepto de “etapa en línea”).

Panorámica de Jimena

Llegada al Castillo de Castellar

Tras comprobar que íbamos bien,  decidimos alargar, teniendo en cuenta que teníamos por delante mucho terreno llano a través del valle del Guadiaro, y que a relevos se podría ir rápido. Así fue, pero por confusión, llegamos hasta Guadiaro pueblo, lo que supuso unos 5 km extra, pero que hizo el final aún más entretenido, pasando junto a Sotogrande.


Por fin estábamos a pie de puerto, y lo cierto es que la subida final al Castillo la recordaba más dura, pero salvo los dos kilómetros finales, ninguna dificultad. En total 126 km y 1.800 m de desnivel, en 5 horas justas.




CLICK AQUÍ PARA VER RUTA: Etapa 3. El Bosque-Castillo de Castellar


La 4ª, era la “Etapa Reina”, con “Su Majestad”, Las Palomas como colofón. Se podría haber planteado más centrada en la Sierra de Grazalema, pero había otros sitios que consideraba importante visitar. La salida desde Villamartin, dirección Algodonales, pasando los toboganes de la carretera de Campillo.


Panorámica de Olvera

El primer punto de interés, Olvera, aunque con todo lo que quedaba por delante, no incluí la subida a la Iglesia Mayor, con su vista panorámica tenía suficiente.





Y tampoco podía faltar Setenil de las Bodegas, considerado como otro de los Pueblos más singulares de España…en una visita familiar, el chico me dijo “Papá, quienes inventaron este pueblo, eran unos genios”…ahí lo dejo.

Me lo encontré en Fiestas,  con decoración especial...

Setenil de las Bodegas

La aproximación a la sierra, la tenía prevista por Montecorto, a través de los Villalones, pero improvisé hacerlo por la carretera que lleva a Acinipo (Ronda la Vieja), montándose una subida curiosa, de unos 8 km.

El calor apretaba, así que aproveché la fuente de Montecorto, para llenar los botes,  teniendo en cuenta que me tenía que llegar el agua para hacer toda la subida.

El paso por la Ribera, dirección Zahara de la Sierra, se hizo rápido, tomando el desvío pasado Arroyo Molinos, comenzando el puerto.

Con todo lo que llevaba acumulado ya y los días anteriores, unido a que el termómetro marcaba ya 40º, pensaba que la ascensión de Las Palomas iba a ser una tortura, pero en las primeras rampas vi que las piernas no respondían mal, y que la ligera brisa que corría, hacía que la sensación térmica fuera mecho menor, con lo que finalmente, fui relativamente cómodo, bajando incluso de la hora.

Puerto de las Palomas. Sierra de Grazalema.

Lo único negativo, es que algo falló en el móvil, y la foto en el cartel no salió, así que la que va aquí es de archivo…

Mirador del Boyar
Por cierto, que podrían haber corregido ya la altura que marca, que todos sabemos que es de 1.183 m, y de paso, rotular los kilómetros con los datos de altitud y pendiente, como están en muchas otras zonas de montaña…es algo que supone una inversión mínima, pero que hace los puertos más atractivos aún para el cicloturismo.




Desde la Cima, ya todo bajada, salvo el repechito del Boyarin, y el de Benamahoma, por lo que ya estaba todo hecho.










Los datos finales, 121 km, y 2.500 m de desnivel, como dije al principio, la Etapa Reina.





El último día, había que alcanzar los últimos objetivos para complementar la visión global de la Provincia. Al  salir desde casa, tuve algún tiempo más de descanso, lo que me vino muy bien.


Pinar de La Algaida. Sanlúcar de Barrameda

El itinerario fijado, recorría la parte Norte, comenzando por Sanlúcar, a donde llegué por la carretera del Calvario, para girar hacia Bonanza y atravesar el Pinar de la Algaida, perteneciente al Espacio Natural de Doñana, pisando así todos los Parque Naturales.









Río Guadalquivir
Al final del carril bici, me esperaba el tramito paralelo a la desembocadura del Guadalquivir, y que supone una mini Paris-Roubeaix, por el mal estado del asfalto…sería un sitio ideal para pasear en bici si lo arreglaran un poquito. 





Afortunadamente, lo malo son solo 5 km, estando en buenas condiciones el resto de la carretera, hasta Trebujena, con final en subida por parte del “circuito de las Viñas”.


Panorámica de Espera
Lo previsto era seguir hasta Lebrija y tomar el desvío hacia el Cuervo, para llegar a Arcos por Gibalbin, pero como el viento había cambiado a Poniente, para “trabajar a mi favor”, decidí pasar por Espera, aunque se alargaba algo el recorrido, en gran parte por la provincia de Sevilla. 






Una vez en Arcos, tras disfrutar de la vista desde la presa, tan espectacular como la de la Peña, decidí volver a improvisar: en lugar de llegar a Villamartín por la carretera de Regantio tal como estaba previsto, tomé el desvío hacia El Santiscal, para añadir Bornos y su embalse a la lista de puntos interesantes de paso.

Estas fueron las últimas fotos tomadas…

Arcos de la Frontera

Bornos
En los kilómetros finales, de nuevo beneficiado por el aire, pude permitirme apretar para terminar cuanto antes y de paso, mejorar algo la media. Por fin estaba en la rotonda de entrada en Villamartín, con la sensación de satisfacción al haber salido todo a la perfección…en un plan tan complejo,  no tener percances de consideración, y ni siquiera un simple pinchazo, es poco probable.

Esta última etapa se fue a los 140 km, a 27,8 km/h de media, para completar en total 650 Km y 8.400 m de desnivel acumulado, en 26:45 h, a casi 25,5 Km/h de media, lo que creo que no está mal para haberlo hecho casi íntegramente en solitario. 


De todas formas, lo más importante, a parte de la “foto fija” realizada de Cádiz en su conjunto, comprobando el enorme potencial que tiene desde el punto de vista turístico, y en particular, para el cicloturismo, ha sido la puesta en práctica del plan en sí, que me servirá de referencia para repetir experiencia en otras provincias, Jaén seguro que la próxima, posiblemente con la base del recorrido de la Super Randonée jiennense.

Y por supuesto, podrá haber más ”Vueltas a Cádiz”, limando detalles, y buscando otros objetivos, ya que por todos sitios no se podía pasar, y de hecho, iban surgiendo ideas sobre la marcha, como por ejemplo, organizar un final en el Peñón de Gibraltar, o dar prioridad a la Sierra, para superar los 8.800 m de desnivel, que se fijan en los “Everesting”, pruebas que últimamente se están poniendo de moda.

Ya se irá viendo…