lunes, 23 de septiembre de 2024

Gran Fondo Alberto Contador 2024

 

A la vuelta de Italia, y pese a que en general el viaje fue muy bueno, me quedó  la espinita clavada del fiasco en la prueba de gravel, así que para tratar de sacármela empecé a darle vueltas a hacer algún Granfondo de los organizados en Septiembre, para tratar de cerrar la temporada 2024 de mejor forma. Las opciones barajadas fueron La Alpujarra Magna, con el aliciente de la paletilla de regalo pero con el hándicap del recorrido más que conocido, La 4 Cimas, que sería ya mi  cuarta participación, y la GF Alberto Contador, que ya hice en 2017 y de la que guardaba buen recuerdo por el entorno y su carácter más competitivo.



La que más me motivaba era la de Contador, aunque volver a hacer un desplazamiento tan largo, me echaba para atrás. Pero aprovechando una salida por la sierra con Jesús Caro, para realizar el recorrido de la Grazalema Bike Challenge, que Jesús estaba preparando, hice mi apuesta: si conseguía bajar de la hora en los dos puertos, tiraría para La Oliva.

Lo cierto es que era algo que no conseguía hace años, pero del viaje llegué con el menor peso que he marcado en la báscula desde la pandemia, así que era cuestión de probarme.

Salimos desde Algodonales, para hacer el recorrido lo más parecido pero sin subir con el coche a Grazalema, así que Las Palomas lo empezábamos con apenas 7 km de calentamiento, lo cual no me suele ir bien.

Desde la primera rampa puse el ritmo más alto que podía sin llegar al límite, siguiendo a Jesús que parecía ir sin forzar, hasta que antes de la "Huesera" empecé a descolgarme. Había dado al Lap, pero no quería ni mirar el tiempo, continuando a mi ritmo hasta arriba, parando el crono en 59:20, con lo que por escasos 40 segundos, el primer match point estaba salvado.


Paso por Puerto de las Palomas



Según lo previsto bajamos a Grazalema e hicimos la vuelta por Villaluenga hasta El Bosque, para afrontar el Boyar, que como es el tramo cronometrado en la GBC, Jesús queria hacerlo apretando.

Empecé la subida a plato, pero enseguida Jesús se me fue, aunque volví a alcanzarle en el descansito. Al comenzar lo más duro, de nuevo me  descolgué empezando a costarme mantener el ritmo. Pero llegando a la parte final, volví a ver a Jesús no muy lejos, sirviéndome de referencia y motivándome para hacer un ultimo esfuerzo. Se me había hecho largo y estaba convencido de que había sobrepasado la hora, pero al pulsar el Lap en la cima, sorpresón: 58;30, mi mejor registro en mucho tiempo. Y lo primero que pensé fue mierda, me tengo que poner a planificar el viaje a Valencia...

Faltaba llegar al coche bajando Gaidovar para seguir por la ribera, completando 110 km y 2300 m+, a una buena media de 23 km/h.

CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Recorrido Grazalema Challenge


Y lo dicho, tenía dos semanas para organizarlo todo. Lo más importante para mí, era ver que podía hacer más por allí, a parte de la prueba, ya que una de mis máximas, es que para que un viaje  compense, hay que hacer al menos las mismas horas en bici, que con el coche, en este caso unas 14, con el condicionante de salir el viernes después de dejar a los niños en el colegio y volver el Domingo.

Viendo el trayecto de ida, se me ocurrió que podía revisitar la Sierra de Espuña, territorio de Alejandro Valverde, ya que me pillaba de paso a una hora razonable. La idea era llegar al Morrón de Espuña  donde se ubica la EVA 13, gemela de nuestra EVA 11, saliendo desde Totana, dirección Alhama de Murcia. Tras varios desvíos, me metí por el camino de servicio del canal del trasvase Tajo-Segura, ya por la fada de la sierra, llegando al cruce con la ctra de Fuente Alta, a la altura del km 5 según la altimetría de la vertiente de Alhama, quedando 21 hasta la cima.


Canal Trasvase Tajo-Segura


Tras unos 7 km muy constantes entorno al 7%, tramo de descanso al paso por el área recreativa de la Fuente del Hilo, donde la frondosidad del pinar, hace olvidarte de que estás en Murcia, para seguidamente iniciar un tramo con una sucesión de hasta 18 curvas de herradura, que resultó entretenido, llegando a Collado Bermejo tras 16 km de subida y cerca de 1.000 m de desnivel. Desde este punto desvío hacia la EVA 13, endureciéndose cada vez más la subida, así que cuando a falta de 1 km para coronar me encontré la cancela con el cartel de No pasar Zona Militar, tampoco me disgustò mucho, aunque ni llegase a ver la bola.

Fuente del Hilo. Sierra Espuña


Subida a Collado Bermejo por El Perdigón.


Media vuelta y bajada hasta Collado Bermejo, continuando la bajada directamente hacia Totana, disfrutando de buenas vistas, para terminar con 57 km en tres horas justas. quedándome aún dos más de camino hasta La Oliva, pero llegando con tiempo de recoger el dorsal.


Subida a Collado Bermejo por El Perdigón.


Por territorio de Alejandro Valverde.





Curioseando después en Strava, comprobé que hice prácticamente el mismo recorrido que en 2012, pero en sentido inverso, incluido el tramo final hasta la EVA, aunque no recordaba haber hecho el intento.

También estuve echando un vistazo a lo hecho en 2017, aunque no servía mucho de referencia porque siendo igual la distancia, hubo menos subida, 1,800 m+ frente a los casi 2,500 m+ de este año, por lo que los 30,5 km/h de media que hice, era complicado igualar.

Además daban agua por la mañana, y aunque amaneció seco, comprobé en el rain alarm que por como se iban moviendo las lluvias era más que probable que nos cayera algo, así que salí prevenido, pero como siempre, a tope los primeros kilómetros buscando una buena posición, recorriendo 35 km en la primera hora.

Empezaron a sucederse las subidas, manteniendo muy buen ritmo y sintiendo muy buenas piernas en el Col de Rates, la principal dificultad del día, Superado este, quedaban aún hasta 11 subidas más según el Garmin, aunque ninguna excesivamente complicada.




Subida al Col de Rates



Pero a mitad de recorrido, cuando llevaba ascendidos ya cerca de 2.000 m, manteniendo una media de 26 km/h y ya siendo ya prácticamente todo favorable, la lluvia hizo aparición, complicando mucho las bajadas. Empecé a encontrar bastante gente caída, por lo que hubo que extremar la precaución, con lo que fue imposible mejorar mucho la media.


Bajada hacia Pego


Solo en los 15 km finales llanos, pude coger buen ritmo metido en un grupito, llegando a meta con 27 km/h y consiguiendo una clasificación bastante decente, el 480 de los 1.673 que terminaron, habiendo unos 150 abandonos.




Llegada a Meta




Contento por haber terminado bien, había que seguir con el plan previsto, que incluía aprovechar la tarde para trasladarme a Baza, pues llevaba varios años con la idea de hacer una ruta por la Sierra de los Filabres incluyendo el Puerto de Escullar, que creo que era el último dosmil de la península que me quedaba por subir, y había decidido que esta sería la ocasión.




Pero el recorrido no lo tenía claro, ya que el track que tenía sacado, era haciendo la ida por Escullar y la vuelta subiendo Vanta Luisa desde Gergal, y se iba a 135 km, y 3.000 m+ lo que iba a ser demasiado exigente. La segunda opción era ir a Escullar y volver por el mismo sitio, que salian 100 km y 2.000 m+, pero en el último momento, volviendo a trazar el primer recorrido en Google Maps, con la opción en bici, vi que me metía por un carril que conectaba con la subida a Calar Alto desde Aulago, por el que de recortaba 30 km y casi 1.000 m de desnivel.

Tuve dudas porque no tenía ninguna referencia de cómo estaría el carril, pero decidí arriesgarme ya que sobre el papel el trazado así resultaba más atractivo.

La salida la hice desde Canales, iniciando la subida al Puerto a balón parado, que tampoco supuso mucho problema porque los primeros kilómetros eran muy suaves. Y tampoco hubo mucha complicación en el resto, salvo la longitud, pues la subida completa se fue a 26 km, con una media siempre en torno al 5 %, completándola en 1:45, lo que indica la magnitud del puerto.  Arriba, ni cartelito ni nada, y además nada más cruzar a Almería, el asfalto se encontraba en muy mal estado, por lo al empezar a bajar estaba deseando coger el desvío por el carril hacia Calar Alto, pensando que iba a ser menos malo.


Cima Puerto de Escúllar


Y no me equivoqué, pese a ir con las cubiertas de 25 mm, rodaba sin problema, pero cuidando mucho en las bajadas de pillar piedras para evitar posibles pinchazos. Tras varios repechos, empezó a hacerse un poco largo el tramo de tierra, pero al fin vi la carretera, incorporándome a falta de 6 km para la cima. Conforme me acercaba, me  venían recuerdos da la brutal edición de la 4 Cimas de 2019, que incluyó doble paso por Calar Alto, para sumar 160 km y 4.000 m+.


Carril hacia Calar Alto


Pronto tenía frente a mi las enormes cúpulas de los observatorios, y las espectaculares vistas sobre el entorno, destacando el contraste entre la vertiente norte, con abundante vegetación, y la sur, prácticamente desértica por momentos.





Observatorio de Calar Alto


Me quedaba bajar hasta Serón, y los 20 km finales hasta el coche, con algún repecho por medio de zonas de badlands característicos de la zona. que aumentaron el desnivel acumulado hasta 2.300 m en 110 km. En definitiva, otra gran ruta  para el recuerdo.

“Badlands” de la zona de Serón.


CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Sierra de los Filabres


Con esto, 2024 casi que está finiquitado, aunque alguna cosilla más se hará.

Y lo que sí tengo ya es el primer objetivo de 2025, que volverá a ser en la Comunidad Valenciana: The Millars UCI Gran Fondo World Series, prueba clasificatoria para el Campeonato del mundo…por insistir que no quede, je je.




viernes, 6 de septiembre de 2024

Italia 2024

 

La verdad es que este 2024 no teníamos claro el plan para las vacaciones de Verano, y de bici, después de la participación en la QH y el Bikepaking Zaragoza-Sevilla, tampoco había ningún objetivo fijado. La primera idea fue ir a Londres, donde localicé una prueba que podría tener su interés, y había planteado algunas buenas rutillas más, pero a la niña, lo de que tuviera que conducir yo por la izquierda  no le convencía, y finalmente se descartó, al plantear una alternativa infalible: volver por Italia...había visto en Facebook publicidad de una prueba de gravel cerca de Milán, clasificatoria para el mundial UCI  y con un nombre muy sugerente: La Monsterrato, y fue nada más insinuar la opción de ir por allí y en casa todos dijeron que de acuerdo.



La prueba era el 31 de Agosto, así que mientras tanto y para prepararla, la ocurrencia fue plantear con el CC Jerez durante el mes de Julio varias rutas de fondo con la idea de hacer el 15 de Agosto el recorrido clásico Jerez-Boyar-Jerez y posteriormente ya a nivel individual, el recorrido de la Etapa Jerez-Junquera de la Vuelta a España 2024 que se disputaría una semana después.

Pese que en el grupo del Club, hay mucha reticencia a hacer recorridos largos y "recortar" es una práctica habitual, en estas rutas hubo bastante participación, destacando la visita que hicimos a Vejer, pasando por el tramo del Eurovelo que va de Conil a Los Caños, para hacer la subida por la Breña y terminar en el Parque de los Molinos. 


Parque de los Molinos de Vejer



Para la ruta del Boyar, introduje la variante de hacer la ida por Tempul, con lo que se endurecía algo al incluir la subida a Algar, pero se hacía más amena al ir y volver por carreteras diferentes.

A pie de Boyar llegamos un grupito de 11, subiendo cada uno a su ritmo, y coronando todos, con especial mención a Juan Sánchez, el más veterano del grupo, y que tras unos años en los que se había pasado a la eléctrica, este año a vuelto por sus fueros volviendo a alcanzar una muy buena forma, y a Rocío de Sanlúcar, un último fichaje realizado por Jesús Caro, y que se nos unió en esta y otras dos rutas serranas, en las que demostró andar como el que más.



La vuelta se nos hizo larga, soportando temperaturas bastante altas a partir de Arcos, pero bastante bien salió la cosa para completar 160 km y 2.400 m+ en pleno mes de Agosto.


CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Jerez-Boyar-Jerez


Y a continuación, mi reto personal de hacer la etapa Jerez-Yunquera, aunque trate de "engañar" a algunos compañeros para que me acompañarán, pero no picó ninguno, je je.

 


Para organizarlo, había que tirar de logística y dejar un coche en la zona de Yunquera para el regreso a Jerez, habiendo dejado otro antes en Coripe, con lo que me salieron dos rutillas previas interesantes. La primera, Coripe-Jerez, pasando por el tramo de la vía verde de la Sierra hasta Puerto Serrano, y después por carriles de la zona de Villamartin y Bornos, ya que había decidido coger ya la gravel de cara a lo que me esperaba en Milán. La segunda, El Burgo-Coripe, pasando por Setenil y de nuevo por la vía verde de la Sierra desde Olvera, con subida incluida al Castillo. 

Tras esto llegó el día de la etapa de la Vuelta. Serían 185 km y 3.500 m de desnivel y había calculado que los ciclistas a sobre 40 km/h de media, harían 4 horas y media, así que decidí salir a las 9:00, cuatro horas antes que ellos, pensando que sería suficiente.

Me recreé un poco al principio, bajando al Carrefour para ver la zona de la salida y hacer todo el recorrido neutralizado por Jerez hasta Estella, donde se daba la salida lanzada, con lo que el recorrido se incrementó en unos 10 km.

Salida desde Carrefour Sur. Jerez

El tramo hasta Arcos y posteriormente desde la Escalera a El Bosque, pude hacerlo a buen ritmo, y el Boyar, a pesar de ir con la gravel, tampoco se dio mal, animado ya por bastante gente, incluidas algunas caras conocidas, que esperaban ya allí a los corredores, aunque cuando coroné, aún les faltaba a ellos unos minutos para salir.

 


Paso Puerto del Boyar

Paré a comer algo en Grazalema, con decoración especial por motivo de su feria, y empecé la segunda parte del recorrido, que se caracterizaba por un continuo sube y baja, pasando por Montejaque, Benaojan y Ronda, donde volví a parar, enterándome que los pro habían hecho en la primera hora 50 km,

Plaza del Ayuntamiento de Grazalema

Después de la subida del Puerto del Viento y el paso por el Burgo, vi que ya habían pasado Montejaque, así que empecé a pensar que me alcanzarían antes de meta.

 

Paso por Puerto del Viento

Tiré todo lo que pude, pero la parte final, era muy exigente, y con la exhibición que estaba dando Ben O'Connor, estaba claro que no llegaba. Conseguí coronar Puerto Martínez, y ya en la bajada empezaron a pasarme las motos de la Guardia Civil, parándome a la entrada de Casarrabonela, a algo menos de 20 km para meta. Me acomodé en una sombrita y esperé pacientemente a que pasara todo el pelotón que iba ya en mil pedazos, pasando mas media hora hasta el último, y siendo testigo de la caída de Pelayo Sánchez, que no vi, pero oí y sentí por la vibración del guardarraíl en el que estaba sentado.



                              Clic para ver video Paso de Ben O´Connor

                                        Clic para ver video  Paso del Pelotón


Resignado, retomé la marcha tras el paso de la bandera verde, ya que de todas formas había que completar el recorrido porque el coche lo tenía en El Burgo y obligatoriamente había que pasar por la meta. Pero ocurrió, algo que no esperaba, cortaron la carretera de subida a Yunquera tras finalizar la etapa para que bajarán los autobuses de los equipos y del personal de la vuelta, teniéndome parado cerca de dos horas.

Cuando abrieron el paso, ya iba totalmente desganado, y con toda la parafernalia de la vuelta en proceso de desmontado, así que el final no fue para nada el que había imaginado, por lo que a pesar del enorme esfuerzo realizado, acabando el recorrido de 195 km y 3.700 m+ con un tiempo en movimiento de 8h:40 min,  resultó algo frustrante.

Pero bueno, esperaba resarcirme en Italia, donde lo planeado, si salía todo bien, era realmente espectacular.

CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Recorrido Etapa Jerez-Yunquera Vuelta 2024



Después del viaje un poco complicado hasta Milán por un retraso de 3 horas del vuelo, el primer día, para abrir boca, lo previsto era hacer parte del recorrido del Giro de Lombardía, con el paso del Muro de Sormano, lo más emblemático de esta Clásica.

Perfil Il Lombardia 2023

No podía entretenerme mucho porque teníamos entradas para los entrenamientos del Gran Premio de F1 en el circuito de Monza, que casualmente coincidía con que estábamos allí, ya que la niña se ha aficionado enormemente a las carrera de coches (o más bien a los pilotos).

Así, me limité a realizar el recorrido circular mínimo,  para hacer la subida completa de Sormano por Erba saliendo desde Como, encontrando por el camino una singular Iglesia Románica.

Chiesa di San Pietro. Albese con Cassano

Tras el paso por Erba, comienzo de la subida, con unos 8 primeros kilómetros bastante cómodos. Pero todo cambia tras tomar el desvío hacia el Muro, pasando a una carreterita de apenas 2 m de anchura, salpicada de rótulos pintados que me pareció que eran de los mejores tiempos marcados, y que en seguida empieza a aumentar la pendiente, para mantenerse en torno al 15% durante unos 2 km. También estaban rotulados cada metro ganado de altura y la verdad es que estaban muy juntos.


Muro de Sormano

Estaba siendo algo agónico superarlo, hasta que por fin vi el enlace con la carretera que traía al principio ya prácticamente en la cima.

 


La bajada por la vertiente opuesta, muy rápida hasta justo la orilla del Lago, para realizar la parte final bordeándolo, disfrutando de las espectaculares vistas que ofrece.




Lago de Como

Terminé sin ninguna complicación, para volver a Milan y seguir con el plan de ir a Monza, que resultó casi más duro que la ruta, por el tiempo que estuvimos allí y el calor que hizo, pero la niña se fue contenta por haber visto pasar los coches en vivo casi a pie de pista.

CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Muro di Sormano (Il Lombardía)


           Clic para ver video Entrenamiento GP de F1 de Monza

Ya por la tarde, estuve repasando la información de la prueba, que sería el día siguiente, y vi que habían colgado un rutómetro que me hizo empezar a sospechar que me había metido donde no me llamaban, ya que fijaban la media más baja en 30 km/h. Vale que era una prueba de la UCI World Series de Gravel, pero el año pasado la Indomable o la Ranxo Gravel, también lo eran, y había participantes de todos los niveles.



Y efectivamente, nada más tomar la salida,  corroboré que aquello no era para mí, ya que empecé en la parte delantera y empezaron a adelantarme todos disparados, llevándome un par de sustos en el primer tramo de tierra. Decidí levantar el pie para no arriesgarme a que me tirarán y me pasó todo el que me tenía que pasar.

Cuando la cosa se despejó un poco, cogí mi ritmo aunque ya con poca motivación, pero intentando al menos de disfrutar del recorrido, que desde luego tenía algunos tramitos interesantes y alguna subidita exigente.

Pero empecé pensar en que tampoco merecía la pena alargarlo mucho, y que con hacer el recorrido corto ya sería suficiente, terminando de decidir que así lo haría, cuando paré en el primer avituallamiento y lo único que me ofrecieron fue agua caliente y un plátano.

Pero ni tan siquiera completé el recorrido corto, porque a los que íbamos por detrás pronto nos pasó el coche de cierre de la carrera, y en el primer paso por meta la organización nos indicò que no podíamos continuar, lo que tampoco me supuso mucho disgusto, aunque menos mal que lo de participar, era solo la excusa para hacer el viaje, porque si no, sí que el chasco hubiese sido grande. Ni siquiera dieron un simple obsequio de recuerdo. Lo único bueno fue la Focaccia que me comí en la Pasta Party, que era auténtica italiana.

La pena es que por la noche había estado barajando la posibilidad, de pasar de participar, y a cambio irme a Bormio y subir el Stelvio, lo que hubiera hecho que el viaje hubiera sido redondo del todo...

Al menos estuve pronto de vuelta en Milán, y después de comer volví con la familia al Lago de Como, escogiendo el pueblo de Varenna, entre los otros muchos que hay a la orilla,  para disfrutar de un romántico paseo por sus calles.

CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Monsterrando gravel UCI


Lo que más me interesaba era lo previsto para los siguientes dias, comenzando con un recorrido por el entorno de Milán, antes de desplazarnos hacia los Dolomitas, pues estaba programado visitar Venecia y casualmente, esta zona está en un punto intermedio...

Muy temprano, estaba frente al Duomo y la Galería Vittorio Emanuele II, para tras callejear un poco, coger un carril bici paralelo a un canal, que facilitó mucho la salida de la ciudad.

 

Duomo de Milán

Galería Vittorio Emanuele II




Carril salida de Milan.


El destino era la localidad de Vigevano que había visto en TripAdvisor que tenía una de las plazas ducales más bonitas de Italia, de lo cual puedo dar fe.

Piazza Ducale de Vigevano

La parte intermedia del recorrido, por el valle del río Tesino enlazando una serie de caminos asfaltados muy agradables, y cruzándolo por un puente flotante. El tramo final, de nuevo por carril bici, en paralelo a otro canal, ofreciendo imágenes pintorescas de antiguas maquinarias de mantenimiento.




Carril de acceso a Milán


La llegada a Milán, también fácil, pasando por un centro universitario  muy espectacular por su arquitectura a base de formas curvas y cerramientos de chapa perforada ondulados.


SDA Bocconi School of Management. Milán

Lo único que quedaba era subir al apartamento, que tenía la pega de estar en un sexto sin ascensor, de lo que no había advertido Booking y que nos pesó un poco estos primeros días cada vez que había que salir.




Tras recoger todo, tres horitas de viaje hasta Cavalese, donde teníamos el campo base, no sin antes visitar la zona más moderna de Milán, donde han construido recientemente varios rascacielos como la Torre Hadid o el "Bosque Vertical", que verdaderamente aún viéndolo allí, parece más un 3D que algo real.


Bosco Verticale. Millan,

Tenía pensado salir a dar una vuelta también por la tarde si llegábamos pronto, pero un amago de tormenta me hizo resistir, quedándonos relajadamente en la piscina climatizada del complejo donde nos alojamos, que tampoco me venía mal ya que mi principal objetivo sería el día siguiente: hacer parte del recorrido de la Maratona de los Dolomitas, a la que había intentado inscribirme este año, pero sin suerte en el sorteo.

Le di muchas vueltas a que tramo hacer y finalmente opté por el del Passo Giau, que aseguraban que era el más interesante.


La salida, la fijé en Alleghe, uno de los pueblos más bonitos de los Dolomitas por su ubicación al borde de un lago, y la idea era subir por la vertiente de Cortina d'Ampezzo, pasando previamente por el Passo Falzarego, otro Dos mil con cerca de 20 km de longitud. Se hizo un poco largo, pero en la tramo final, ya se empezaban a ver las moles rocosas características de la zona.

Lago de Alleghe.


Zona de acceso a Funiciular “Cinque Torri”

Tras coronar, descenso hacia Cortina d'Ampezzo, enlazando con la subida del Passo Giau, a 9 km de la cima.

La pendiente era muy constante en torno al 8%, pero se subía bien, haciéndose incluso corta. Y arriba, las vistas simplemente impresionantes.

Parte final Passo Giau desde Cortina d'Ampezzo
 


Cima Passo Giau


Vista desde cima del Passo Giau

 

En el descenso, me di cuenta de que me había equivocado al elegir el sentido, ya que esta vertiente, de Selva di Cadore, resulta más interesante, con hasta 20 curvas de herradura numeradas...ya lo sé para otra ocasión.

 

Parrocchiale di San Lorenzo Martire. Selva di Cadore.

CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Passo Giau (Dolomitas)


Y por la tarde, visita a Venecia, con una mala jugada del Google Maps, que nos metió por el Passo Manghen, y que en el coche resultó una auténtica tortura, por la estrechez de la carretera y las numerosas curvas...lo tenía planificado para subirlo el última día, pero incluso llegué a plantearme no hacerlo por las dificultades que habíamos pasado.

 

Para el penúltimo día tenía previsto un Puerto poco conocido pero que sobre el papel tenía una pinta increible, el Timmelsjoch, o Passo Rombo, con 28 km de subida y un desnivel de 1700 m, para coronar a 2500 m, justo en la frontera con Austria. Pero la salida era desde cerca de Merano, desde donde a 30 km más está Pratto allo Stelvio, por lo que hasta el último momento estuve dudando que hacer ya que solo tenía una bala, porque el último día tenía el tiempo limitado al tener que viajar de vuelta al aeropuerto de Bérgamo. 

 

Finalmente, opté por lo desconocido y no me arrepiento, porque el Timmelsjoch resulta impresionante por las vistas que se van teniendo de las cimas alpinas más altas de la zona con nieves perpetuas y de los valles intercalados.

Inicié el recorrido pasado Merano, dirección San Leonardo in Passiria, donde la altimetría marca el comienzo del puerto, pero tomando una via alternativa hasta Moso in Passiria, que me ofreció las primeras vistas interesantes, recordándome la arquitectura que estaba en la región del Tirol del Sur.

 




Carretera de Moso in Passiria

Chiesa di Moso in Passiria

Superado esta primera fase del ascenso, se inicia un segundo tramo, con una pendiente bastante exigente, hasta alcanzar una zona de descanso, desde la que ya se divisa completo el trazado serpenteante del último tramo, que asustaba un poco.

 

Vista del trazado de último tramo de la subida al Timmesjolch

Pero lo cierto, es que resultaba bastante ameno, por las numerosas curvas de herradura que se superan y las vistas que se iban teniendo desde cada una de ellas, destacando una muy pronunciada decorada con  antiguos maillots.




“Tornates” del Timmelsjoch

Tras tres horas de esfuerzo, logré alcanzar la cima, donde se ubica un museo y un coqueto mirador,  y asomarme a la vertiente austríaca, para poder decir que he estado en otro país, que también se veía espectacular.

 



Cima del Timmelsjoch


Vertiente austriaca del Timmelsjoch

La bajada, para irse recreando con las vistas, sin dar abasto para hacer fotos, destacando varios miradores escultóricos...


Vertiente austriaca del Timmelsjoch

La única pega es que se trata de una carretera frecuentada por flipados de los coches deportivos y moteros, que aunque respetaban bastante a los ciclistas, resultaba molesto su continuo paso

 CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Timmelsjoch (Frontera Italia-Austria)

Por la tarde, ya que estábamos cerca, vista más detenida a Austria, aunque con un tortuoso viaje por el intensísimo tráfico sobre todo de camiones.

Llegamos hasta Innsbruck, que sorprende por su ubicación que ofrece una amplísima.panoramica de los Alpes austríacos que en invierno debe ser un espectáculo. Habrá que investigar, porque aquello promete.

 

Panorámica de Innsbruck

Y llegó el momento de la despedida. Estuve viendo alguna alternativa a subir el Passo Manghen, pero finalmente lo hice y me alegré, porque para nada fue tan complicado como con el coche, aunque los últimos 8 km, siempre entorno al 10%, resultaron durillos. 


La salida desde Cavalese muy temprano ya que a las 9:30 teníamos que hacer el check out y me había fijado las 8:30 para darme la vuelta desde donde estuviera, pero conseguí coronar a tiempo.

 

Chiesa di San Sebastiano. Cavalese.



Cima del Passo Manghen

La bajada, tampoco supuso ninguna complicación, para terminar el recorrido por una idílica ciclovía en paralelo a la Strade de los Dolomitas con un último vistazo al Val di Fiemme,

 

Descenso Passo Manghen

Ciclovía Val di Fiemme


Val di Fiemme, Dolomitas



En global el viaje muy bien, salvo por el fiasco de la prueba, pero detalles como lo complicado de los desplazamientos por el traficazo que había por cualquier sitio a donde íbamos, teniendo que pagar peajes continuamente, el precio de la gasolina o las coca-colas, o los horarios, pues era difícil encontrar restaurantes con la cocina abierta después de las 14:00, hacen que valores que en España y concretamente en Jerez, se vive muy bien. En cuanto a la comida italiana, que allí, es simplemente comida, la verdad es que en cualquier establecimiento hacían buenas pizzas, aunque tampoco hemos encontrado alguna mejor que las de dÉnrico en la Avenida de la Universidad…

Pero bueno, aunque las cinco ocasiones con esta que he estado en Italia me han permitido cococer los sitios ciclistas más emblemáticos, volver nunca se puede descartar, porque siempre habrá motivos para hacerlo. Ya se verá.