miércoles, 9 de julio de 2025

Pirineos 2025 (2). Rutas.

 



Como de costumbre en este tipo de viajes organizados anteriormente, el plan de rutas previsto era súper ambicioso, y además, tras ver qué el Tour este año, además de la etapa con final en Hautacam, hacía una cronoescalada en Peyragudes, y tenía otro final en Superbagneres, vi la opción de añadir una ruta más, para pasar por estos dos sitios, adelantando el inicio del viaje un día. 

Así, el miércoles 3 de Julio, tras recoger la furgoneta ,  cargar las bicis y los trastos de los cinco, nos pusimos en marcha dirección a Sabiñanigo, donde pasaríamos la primera noche, por cierto, no sé por qué, entrándonos ganas a algunos de hacer la QH el año que viene, je je.

"Monumento Cicloturista Quebrantahuesos". Sabiñánigo.

El Jueves muy temprano nos desplazamos hacia Loudenvielle, punto de inicio de nuestra primera ruta, recorriendo de inicio los 10 km de la cronoescalada del Tour hasta Peyragudes, para conectar después en la cima del Peyresurde con lo que sería la parte final de la etapa siguiente,  con paso por Bagneres de Luchon, ya engalanada para la ocasión, y final en Superbagneres.


Cima del Peyresourde.

Bagneres de Luchon

Aquí empezamos a comprobar la dureza de los puertos de los Pirineos, que sín rampas extremas, pero por la longitud y la pendiente constante siempre en torno al 8%, te van desgastando enormemente.




Subida a Superbagneres.

Se me hizo más largo que en 2016, cuando lo subimos después del Port de Bales, pero es que por aquel entonces no andaba yo mal.


Tras la bajada, de nuevo en Bagneres de Luchon, para subir de vuelta el Peyresurde, que pronto empezó a atragantarseme al surgirme de nuevo el dolor en el menisco de la rodilla derecha que me ha pasado factura en otras ocasiones.


Bajada de Superbagneres.


Esto lo había achacado al cambio de postura, al ir alternado gravel y carretera, pera está vez llevaba dos meses cogiendo exclusivamente la Terra y haciendo entrenamientos bastante duros sin molestia alguna, así que no entendía que me pasaba.

Lo pasé realmente mal para llegar a la cima, sobre todo a nivel mental, pensando en lo que me podía condicionar este problema el resto del viaje.

En la bajada nos cogió además una pequeña tormenta, y ya en el coche, un momento de nervios tras haber soltado las llaves y luego no recordar dónde...al final estaban dentro del casco y pudimos continuar hacia nuestro "campo base", el camping Le..., que nos sorprendió para bien.

Por la tarde, momento de relax en la piscina y de cuidar la rodilla a base de hielo e ibuprofeno.

CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Peyragudes + Superbagneres + Peyresurde

El viernes tocaba visitar el primer gran puerto mítico, el Aubisque, saliendo dirección Lourdes para echar un vistazo al Santuario, y  llegar hasta la zona de Laruns por carreteras secundarias, con algún repecho que otro, que ya hicieron que me volviera el dolor. 

Santuario de Lourdes.

Conectamos con la carretera del Aubisque en el km 2, y ya desde las primeras rampas, lo iba pasando regular. Pero sorprendentemente, poco a poco, el dolor fue remitiendo y en la parte final, animado además por las impresionantes vistas que se van teniendo, empecé a encontrarme mejor.



Subida del Aubisque

En la cima, foto obligatoria con las bicicletas del Tour, comentando con los compañeros, que posiblemente el Aubisque sea el Puerto más bonito que haya...

Cima del Aubisque

Tras continuar hasta el Soulor y gastarnos 15 € en agua en el bar de la cima, bajada por la vertiente de Arthez-d'Asson donde tiene su inicio el col de Spandelles, la principal novedad del viaje para mí y que tenía ganas de conocer al hacerse célebre por los ataques entre Vingegard y Pogacar en el Tour de 2022, y la caída de este último en la bajada.

Subida del Soulor

Cima del Soulor

Inicio Col de Spandelles

Resultó verdaderamente duro, con más de 800 m en 10 km, y con una carreterita estrecha de las que se agarran.

En el descenso, pendiente de ver si reconocía la curva de Pogacar, que debió ser la única complicada a izquierda que pasamos, para llegar al camping con 130 km y 2.800 m+...etapón considerable.

CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Aubisque + Spandelles

Nos habíamos propuesto volver a Lourdes por la tarde en plan turístico y así lo hicimos, encontrando que había una procesión mariana, resultándonos llamativo la gran cantidad de voluntarias participantes, aunque también sufrimos lo peor del viaje: la cena en un restaurante "regulero" donde literalmente nos comieron los mosquitos.

Para el tercer día teníamos previsto otra buena ruta, saliendo desde el Camping, pero finalmente decidimos recortarla, por reservar algo para el día siguiente, desplazándonos hasta Luz Saint Sauveur.  La salida,  dirección Gedre, iniciando directamente  la larguísima subida del Col de Tentes desde el Puente de Napoleón, sobre la espectacular garganta del rio Gavarnie.


Puente de Napoleón. 

Tenía especial interés en volver a subir este puerto, porque fue mi primer ontacto con los Pirineos  en 2012, pero pese a ya conocerlo, volvió a sorprenderme cada vez más conforme íbamos ganando altura.





Subida  Col de Tentes

Pese a que en la parte final, encontramos niebla y agua, los compañeros no dudaron en continuar hasta el final, y conseguimos coronar justo cuando un claro nos permitió ver las enormes moles de los "Hautes Pirineos" aún con restos de nieve. 



Cima Col de Tentes.

La bajada con la carretera mojada y bastante frío, y un pinchazo de Jesús, hizo que al paso por la furgoneta, ya decidieran dejarlo allí. Yo estuve dudando si seguir hasta Luz Ardiden como estaba previsto, y al acordarme de que en 2012 desistí, pensé que me iba a arrepentir si no lo hacía, por lo que para no fastidiarles mucho, les dije que yo seguía pero que me esperaran el camping.



Ya que estaba solo, en vez de subir por la vertiente clásica, decidí probar la de Vicos, que sobre el papel tenía buena pinta, pero una vez allí no merecía tanto la pena. De todas formas, conectaba con la principal a 4 km de la cima, que justo es la parte más espectacular del puerto, por su trazado en zig zag, y que pese a que en 2016, sí que lo subí, no lo recordaba para nada. (Puede ser que hubiera niebla?).De hecho, la tarde anterior vimos en Lourdes una imagen supuestamente de este tramo que no identificaba, pero finalmente pude encontrar el punto de vista desde donde se tomó.



Subida tramo final Luz Ardiden.


Cima de Luz Ardiden.

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Una última foto en el cartel de la estación, que tampoco estaba en 2016, y de vuelta al camping, quedándome unos 20 km después de terminar el descenso. Paré en un puesto a comprar una coca cola, coincidiendo justo con el grupo que nos hizo la foto en la cima del Aubisque. Estaban comentando lo chula que estaba la subida a Pont d`Spagne, que justo había programado para hacer el jueves por la tarde, pero que tuve que renunciar, por los dolores. Así que se me pusieron los dientes largos, y aunque pensar en hacerlo en bici era ya demasiado, propuse acercarnos a verlo en la furgoneta, pero el personal estaba pesando más en descansar y solo Juan se animó.

Y la verdad es que fue un acierto subir motorizado, y que aunque efectivamente la subida tenía su interés, como todas las de esta zona, el acceso a  Pont d`Spagne  propiamente dicho, estaba restringido, pudiendo acceder solo a pie. Así que aparcamos y nos pusimos de camino, quedando alucinados con la impresionante cascada que nos encontramos.


De vuelta al camping, dejamos todo preparado para la prueba y nos fuimos a dormir prontito. A las 6:30 estábamos listos en la línea de salida, y a las 7:00 en punto, nos poníamos en marcha, rodando rápido los primeros kilómetros hasta Luz Saint Sauveur, para empezar a subir el Tourmalet. 

Salida de La Pyreennene

Como  no tenía molestias, subía relativamente cómodo, aunque tampoco podía apretar mucho más. Eché cerca de dos horas y  a parte de volver a repetir lo de que no es el  puerto más duro, ni el más largo, ni el más alto, ni el más bonito, es simplemente el Tourmalet, además en esta ocasión, la niebla nos regaló unas impresionantes vistas sobre el valle.


Parte final del Tourmalet

Tras la foto en el monumento, donde pude coincidir con Jesús Reyes, iniciamos el vertiginoso descenso hacia Sainte Marie de Campan, llevándome un pequeño susto en una de las galerías al pensar que podría estar húmedo el asfalto y no querer frenar en la curva con lo que casi me voy contra el muro.

Ya en el valle, giro a la derecha en el punto de bifurcación entre la corta y la larga, para iniciar la subida del Aspin, en la que solo supone cierta dificultad los tres últimos kilómetros. Jesús paró en el avituallamiento de la cima algo más de tiempo, y le dije que iba tirando para abajo. Tras el descenso, camino a Saint Lary metido en un grupito, cogimos a Jesús Caro que iba solo, justo lo que le había advertido que no tenía que hacer. En el siguiente avituallamiento volví a parar, mientras que  Jesús siguió, y aunque llegué a verle en las primeras rampas del Hourquette d’Ancizan, ya se me despegó definitivamente. Tampoco llegaban por detrás Jesús Reyes, lo que me extrañaba porque andaba muy fuerte los días previos, ni Juan, que suponía que estaba tratando de ahorrar batería todo lo posible. Sergio se había ido para adelante desde el principio y no pude verle el pelo en todo el camino.

En la cima, otra parada en el avituallamiento, y descenso dejándome caer hasta llegar de nuevo al valle, haciendo un buen tramo esperando a que llegara algún grupo, pero cuando lo hizo me pilló de nuevo avituallando, y como ellos no pararon, tocó darme un calentóncito para coger rueda.  Lo conseguí y ya me llevaron hasta el inicio del muro de Neulich, que aunque no era tan duro como se suponía, se hizo algo largo. Me quedaba aún 20 km para Argeles Gazost, y como habíamos recibido un comunicado de la organización de que allí se tomaría el tiempo, y que sería válido para la clasificación en la 4 Valles, independientemente de estar inscrito en la 4 Valles Xtrem, empecé a pensar que ya estaba bien lo hecho, pues saldrían 170 km y 3.800 m+. Pero por otro lado, si subía Hautacan, poder volver a decir que había terminado una prueba tan extrema, me motivaba…así que con este dilema, me planté en los km finales, pero el repechito ya en Argeles Gazost, poco antes de meta, me costó bastante, lo que indicaba que iba muy al limite….

Y finalmente, no hubo nada que decidir, resulta que no me había enterado de que había un corte horario, y que si se sobrepasaba, ya no se podía continuar en carrera, y hay que reconocer, que cuando me pararon, la primera reacción fue de alivio. Seguro que a mi ritmo, con el 46 x 44, hubiera llegado al final, pero me habría supuesto dos horas más de sufrimiento, y como Hautacam sí pude subirlo en 2016, tampoco había tanta necesidad.


En meta me encontré con Juan, que había decidido hacer la corta, y visto lo visto, puede que hubiera sido lo más acertado, y poco después llegó Jesús Reyes. Jesús Caro, y por supuesto, Sergio, habían pasado el corte, así que nos fuimos a comer mientras los esperábamos.

Allí empecé a cuestionarme  si ya tenía que empezar a pensar en renunciar a hacer este tipo de pruebas tan exigentes, o por el contrario, volver a insistir, hasta que me enteré mejor de lo que había pasado. El corte estaba fijado a las 15:15, lo que implicaba un tiempo de 8:15, y según strava, mi tiempo en movimiento fue de 8:02 y el total de 8.14, por lo que tuvieron que cerrarme el paso por cuestión de segundos…

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A modo de despedida, tenía reservada la subida a Cap de Long, que tanto me impresionó en 2016, y aunque había incluido también el paso por Val Louron, teniendo en cuenta el cansancio y que tras terminar nos íbamos directos para Jerez, optamos por recortar y no subir este último.

Salida desde Saint Lary Soulan

La salida desde Saint Lary, dirección España siempre picando hacia arriba, hasta tomar el desvío hacia la reserva natural de Nèuvielle, donde comienza verdaderamente el puerto, que conforme subíamos, me resultaba bastante más duro de lo que recordaba. Le dije  a Juan que se adelantara para hacernos fotos en la serie de curvas que había a unos 5 km de coronar, pero tras pasarlas, nos encontramos la carretera cortada por obras justo en el cruce hacia el Lac d’Aumar.

Inicio subida a Cap de Long

"Lacets" de Cap de Long

Como en realidad había estado barajando hacerlo también ya que esta otra subida no la conocía, cogimos el desvío y aunque se alargó algo, y se había formado algo de niebla, al superar la cota de los 2.200 m, se despejó todo con lo que pudimos contemplar la mágnífica vista del lago, que aunque un puntito menos que la de Cap de Long, nos permitió cerrar de muy buena forma la expedición.


Subida a Lac d’Aumar.


Lac d’Aumar.

Bajamos con algo de prisa, volvimos a recoger todo, y nos pusimos en marcha con unas 12 horas de carrera por delante.

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En definitiva, muy buena experiencia en general, consiguiendo cumplir buena parte de los objetivos marcados, y contento por ver la ilusión que les hizo a los compañeros subir estos puertos míticos y conocer estos impresionantes parajes.

En cuanto a los números, un disparate total: 556 km y  13.800 m+…

Durante el viaje de vuelta, tuvimos mucho tiempo para hablar de posibles retos para el 2026, que ya se irán concretando, pero todavía queda bastante  2025 para hacer algunas cosillas más, que seguiré contando por aquí.





martes, 1 de julio de 2025

Pirineos 2025 (1). Preparación.

Tras hacer el año pasado la Quebrantahuesos, y escaparme el día después a Francia para revisitar el Tourmalet, me vino el impulso durante la ascensión, de volver a organizar una “expedición” a los Pirineos, como la de 2016, incluyendo la participación en la Pyrénéenne y de vuelta por Jerez, tras comentarlo con los del grupo “Ciclismo Jerezano”, enseguida Jesús Caro y Jesús Reyes se subieron al carro. Tampoco queríamos ser muchos más para no complicar la logística, pero finalmente también se apuntaron Juan Sánchez, con la condición de ir con la eléctrica, ya que no se veía para sufrir tanto, y el “último fichaje”, Sergio Prado, compañero de El Puerto, con el que habíamos coincidido un par de veces por la carretera, pero que le pareció un plan estupendo. 

Para este 2025, la Pyrénéenne preparaba una edición especial en homenaje a Luc Leblanc coincidiendo que el Tour tenía previsto un final de etapa en Hautacam, y que éste resultó ganador allí en 1994, por delante de Miguel Induráin. Así, al recorrido clásico, con los pasos por el Tourmalet, col de Aspin y Hourquette d’Ancizan, se añadía una versión xtreme, con final en Hautacam, resultando unos números de miedo: 185 km y +4.800 m. de desnivel. 

Evidentemente había que hacer una preparación adecuada, si queríamos tener opción de terminar, por lo que programamos una serie de rutas durante los meses de mayo y junio, aumentando paulatinamente su dureza.


Comenzamos con un buen fondito, saliendo de Jerez para subir Puerto Gáliz desde Alcalá de los Gazules, en el que nos juntamos los cinco del equipo, más otros compañeros que quisieron unirse como “Abrahansem”, “Bernardo Hinault” o “Dani van der Poel”, que a mí en particular  me exprimieron bastante, completando 150 km y cerca de 1.800 m a casi 28 km/h de media.

Grupo "Ciclismo Jerezano" en Puerto Gáliz.

Destacar el paso por el "Puente PIcao" a la vuelta, donde pudimos comprobar los efectos de las lluvias de Abril y Mayo, que han hecho posible que el embalse de Guadalcacín recuperara un nivel, que ya creíamos que nunca volveríamos a ver.

Paso por el Puente del Picao.

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Para la siguiente, lo previsto era llegar a Medina Sidonia, y hacer allí siete subidas por las diferentes vertientes que podemos encontrar, incluyendo “emboscadas”,  como la subida del Picaero, con un tramo inicial de tierra y luego rampas de hormigón de hasta el 20% de pendiente. Se hizo bastante duro, superando los 2.000 m de desnivel acumulado, en 123km.  

Además de los dos Jesús, se unieron otros compañeros, como Rocío que estaba preparando la QH y le venía bien compartir estas rutas.

Subida a Medina por "Santana".


Iglesia Mayor de Medina Sidonia

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El primer contacto con la sierra, quisimos hacerlo por la zona de las Buitreras, ya que la última vez que estuvimos allí, nos encontramos la carretera en obras y pasamos en modo gravel, por lo que tras tener confirmación de que ya habían terminado de arreglarla, había que volver para ver cómo había quedado.

Salimos desde Ubrique, dirección a Cortes, subiendo de inicio el Mojón de la Víbora y a continuación, El puerto del Espino, para desviarnos hacia Gaucín y bajar a la Estación de Colmenar. Tras paradita para avituallar, afrontamos el exigente primer tramo de la subida a las Buitreras, encontrando ya el asfalto recién echado en el tramito de bajada, y en la subida final hasta el cruce de la ctra de Cortes, resultando simplemente deliciosa.



Carretera de las Buitreras.

En cuanto a números, subimos el listón hasta los 2.200 m de desnivel acumulado, en algo menos de 100 km.

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Aunque habíamos planteado aprovechar el festivo del 1 de Mayo para desplazarnos a Granada y hacer una rutilla por Sierra Nevada, lo tuvimos que ir aplazando por diversos motivos, hasta el 18 de mayo y aunque finalmente solo podíamos ir Jesús Reyes y yo, decidimos no retrasarlo más, sirviéndome además para probar en alta montaña mi nueva adquisición: la Orbea Terra, tuneada para carretera con cubiertas de 25 mm y monoplato de 46 dientes.

El resultado, un día excepcional realizando un duro recorrido con cerca de 3.000 m de desnivel acumulado, subiendo para "calentar" el Collado del Alguacil y tras la bajada, siguiendo por el Duque hasta El Dornajo, y de allí hasta Borreguiles, aún con bastante nieve.


Sierra Nevada desde el Collado del Alguacil.


Borreguiles.

Y lo mejor al final…habíamos parado a tomar una cocacola en la Hoya de la Mora, y al iniciar el descenso, vi a lo lejos un coche del UAE aparcado. Conforme nos acercábamos,  distinguí a un ciclista parado al lado y empecé a intuir quién era…y efectivamente, se trataba del maestro Tadej Pogačar, que a pesar de estar en pleno avituallamiento, no le importó que nos hiciéramos una foto con él, por lo que la experiencia fue  de las que nunca se olvidan…Por cierto, también nos cruzamos en el descenso con Renco Evenepoel



Sí que pudimos estar los cuatro “jerezanos” del grupo, en la ruta  por la Sierra de Grazalema, en la subimos  de inicio el Boyar, para dar después dos vueltas al circuito “Grazalema-Gaidovar-Ribera-Zahara-Las Palomas”.

La segunda subida a Las Palomas, se hizo larga, pero resultó un buen entrenamiento, con cerca de 3.000 m de desbivel acumulado.


CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Boyar + 2 Palomas


El siguiente fin de semana tuve que ir a Linares por temas familiares, y aunque pude aprovechar para hacer algo, tuvo que ser en solitario. La idea, ascender la Pandera para hacer la prueba definitiva con el monoplato.

La salida desde Jaén capital, hacia el embalse del Quiebrajano  para subir las Coberteras, encontrando la carretera mucho peor que la última vez que lo pasé, con tramos más propios de gravel, que me iban recordando el etapón de La Finestre del Giro, que se disputó el día antes.

Tras coronar, descenso hacia Valdepeñas de Jaén, y giro en el cruce hacia Los Villares, iniciando la primera parte del ascenso, ya bastante exigente, hasta encontrar la entrada al “infierno”… pero la verdad es que sorprendentemente, en la parte más dura, con el 46 x 44, iba bastante cómodo, y pude llegar a la cima con relativa facilidad.

La Pandera.

Quedaba volver a Jaén, y aunque casi todo era ya terreno favorable, en el repecho de Los Villares, acusé el esfuerzo anterior, terminando algo apajarado, pero con la decisión tomada de ir a los Pirineos con la Terra.

CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: La Pandera


Tocaba a continuación una de las rutas que más me apetecía, la de la Serranía de Ronda, y aunque tuvimos que recortarla bastante, debido al sofocante calor que nos hizo, no defraudó, tal como se deduce de la crónica hecha por Juan Sánchez, y que con su permiso, comparto por aquí:

Extraordinaria ruta a la que solo le ha sobrado el calor, el encuentro con los pueblos y rincones de la Serranía de Ronda descubriendo como los bandoleros pendientes que en cualquier momento se pueden convertir en una emboscada, pueblos con sus vecinos encerrados en sus casas y comercios que recuerdan los almacenes de siempre. El paso por Ronda entrando por la Puerta de Almocábar, visitando su Tajo y saludando a los turistas que desafiaban el sol del mediodía en la Real Maestranza, nos ha gratificado el esfuerzo realizado. Hoy todos nos hemos vuelto a encontrar con las sensaciones que los esfuerzo prolongados y el calor extremo ponen al descubierto y permite evaluar y prevenir las consecuencias que las mismas nos han producido. Ha sido un placer compartir ruta y almuerzo con Rocío, Jesús Caro, Jesús Reyes y Antonio. Por la próxima

Nacimiento del río Genal. Igualeja.

En el Tajo de Ronda.

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Intercalada entre estas rutas de preparación, teníamos la Gran Fondo Sierra Morena, que celebraba este año su primera edición, a la que me inscribí junto a Jesús Reyes y Sergio, por la novedad.

El terreno ya lo concocía de otras ocasiones y sabía lo que esperaba, sobre todo si hacía calor, pero lo que no me imaginaba era como iba a ser el desarrollo de la prueba, y es que los primeros 60 km fueron neutralizados, tras el coche de la organización, con continuos acelerones y frenazos, lo que unido a una larga parada obligatoria en el avituallamiento de Palma del Río, hizo que cundiera el desánimo, llegando incluso a pensar en quitarme el dorsal y seguir por mi cuenta. Al menos el parón sirvió para encontrarme con Alejandro Valverde que andaba por allí como invitado, y hacerme una foto con él.

Con Valverde.

Cuando se reanudó la marcha, ya sí se lanzó a velocidad libre, pero ya la falta de motivación, impedía dar el máximo. Además, el retraso acumulado hizo que el tramo cronometrado lo empezáramos tarde,  con el calor apretando, y con poca agua, al no haber algún punto de avituallamiento intermedio. Todo esto me ocasionó pasarlo realmente mal en el puerto de Artafí, el más exigente del recorrido, estando a punto de echar pie a tierra en varias ocasiones…llegué como pude a Trassierra, donde en el avituallamiento nos regaron a los que llegábamos con una manguera, a lo que no me resistí.





El último despropósito fue que a la llegada a Córdoba, no había señalización hasta la llegada a meta, teniendo que improvisar cómo terminar el recorrido.




En definitiva, un pequeño chasco, aunque incomprensiblemente me clasifiqué entre los 350 a los que tomaron tiempo en el tramo cronometrado, de los supuestos 1.500 participantes, cuando mi sensación fue de haberlo hecho de pena.

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El último entrenamiento serio, como ya he comentado en otras ocasiones, sería en mi lugar favorito; la Sierra Bermeja, donde aprovechando sus particulares características, es posible simular un recorrido tan extremo como el de la Pyreenenne:  Sallida desde Bahía de Casares, hacia Estepona para subir directo a Los Reales por Peñas Blancas (Tourmalet), luego bajada a Genalguacil y ascenso del Puerto de Jubrique (Aspin), bajada hasta el Genal y subida del Espino (Hourquette d'Ancizan), para terminar bajando por Gaucin con el repecho de Casares (muro de Neullh) por medio. Nos quedaría volver a subir Peñas Blancas (Hautacam), para llegar a la meta, pero eso ni se planteaba. Ya se verá si lo conseguimos en Francia.



Comparativa altimetrias Tourmalet/Peñas Balncas-Los Reales.

La subida a Los Reales, no se hizo tan larga como cabía esperar, al sumar 20 km de continua ascensión, en cambio, la de Jubrique, de solo 6 km, sí que resultó más complicada de lo que esperaba, al encontrar numerosas rampas de doble dígito, al igual que el repecho final antes de Casares, más largo de lo que recordaba.

Mirador de los Reales.

De las espectaculares vistas sobre la costa desde los Reales, los paisajes increíbles y  pueblos con encanto que atravesamos (Genalguacil, Jubrique, Algatocín, Gaucín y Casares) y las paronámicas desde algunos miradores de la carretera de Ronda, divisando hasta África, no hace falta decir mucho más.

Para rematar como de costumbre, bañito y almuerzo en la playa, ultimando los detalles del viaje a los Pirineos, con la tarea ya hecha. Agradecer la compañía a los amigos que se han unido en algunas de estas rutas, especialmente a Alberto Sánchez, por ser el  que lo ha hecho con más asiduidad.


Ya conteremos…

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