Como en años
anteriores, y teniendo en cuenta que en la Vuelta 2017, tendrían especial
protagonismo las etapas disputadas en Andalucía, 5 en total, tres de ellas de
alta montaña (Calar Alto, La Pandera, y Sierra Nevada), me marqué como objetivo
hacer un seguimiento lo más amplio posible.
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Meta de la Etapa de Antequera-Los Dólmenes
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Después de
barajar muchas opciones, el plan previsto era el siguiente:
- Jueves 31 de
Agosto: Final de Etapa de Antequera (120 Km. 3.000 m de desnivel).
Sábado 2 de Septiembre:
Final de Etapa de La Pandera. (130 Km. 3.100 m de desnivel)
Domingo 3 de Septiembre:
Final de Etapa de Sierra Nevada. (107 km. 2.900 m de desnivel)
Descarté ir a
la Etapa de Calar Alto, porque prefería hacer la Marcha Juan Martínez Oliver
(Las 4 Cimas), que recorría igualmente los kilómetros finales, aunque se
disputaba unos días después de finalizar la Vuelta. También dejé pasar la Etapa
de Tomares, aunque era la más cercana, pero pensé que por las complicaciones
del tráfico en el entorno de Sevilla, me iba a ser complicado recorrer los kilómetros
finales.
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Rutas "Vuelta a Andalucía"
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Y como de
costumbre, había que hacer rutas previas, que “casualmente”, han dado casi para
una Vuelta a Andalucía, pasando por las Provincias de Málaga, Córdoba, Huelva,
Cádiz y por supuesto, Jaén.
Con la idea
de visitar la parte de la Sierra de las Nieves (Málaga) que no conocía,
concretamente el Puerto de las Abejas, me desplacé hasta Almargen, para salir
dirección Ardales, y bajar casi hasta la costa, para volver a subir dirección Alozaina.
El Puerto en sí, sin apenas dificultades, pero bastante interesante por la
longitud (14 km), el tipo de carretera y los paisajes…ideal para el
cicloturismo.
Después del
descenso hacia El Burgo, subida por la “cara B” del Puerto del Aire, más
irregular aún que la vertiente de Serrato, combinando fuertes rampas, con
tramos llanos o en bajada.
Tras el paso
por Serrato, llegaba la otra novedad del día: La Sierra del Padrastro, con un
inicio fácil hasta Cañete la Real, pero con un tramo final de unos 2 kilómetros
durísimos (casi al 13 % de media), y por una carreterita en muy malas
condiciones, que hizo muy desagradable la bajada.
Sobró este
tramito, porque tampoco encontré nada especial arriba, pero en general, fue una
buena ruta (125 km, y 2.400 m de desnivel, en poco más de 5 horas).
La siguiente ruta la tenía planeada en Córdoba, con salida desde Villafranca, y pese a que el día que tocaba (17 de Agosto), estábamos en plena ola de calor, con alerta naranja en la campiña cordobesa, y que hasta las 12:00 no podría empezar a pedalear, no fui sensato y persistí en el empeño…el resultado, uno de los peores días (si no el peor) encima de la bici. El calor extremo (siempre por encima de 40º), unido al desconocimiento del terreno, hizo que fuera sin agua gran parte del recorrido (tanto a la ida, como a la vuelta), experimentando la mayor sensación de deshidratación que he tenido nunca…Las Fuentes de Obejo y Adamuz, me “salvaron la vida”.
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Mirador de Aracena
Después,
desvío hacia Cañaveral de León, bonito pueblo, que me recordó la cercanía del
país vecino (que pronto volveremos a visitar si salen bien los planes…).
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Calle de Cañaveral de León
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Desde aquí
hacia Arroyo Molinos, la parte más interesante del recorrido, incluyendo la subida
más destacada (Sierra del Viento), con unos 6 km, al 5 % de media, para
terminar pasando por Cala. En total 95 km, en 3:40.
En Cádiz van
quedando pocos rincones por visitar, pero uno era la subidita que hay desde la
Carretera de Campillos hacia Alcalá del Valle (Cruz de Zambonia). Así que
diseñé un recorrido “alternativo” por la Sierra, para pasar por allí, saliendo desde Algodonales,
hacia Olvera, buscando el Puerto del Zamorano, que tampoco había subido por la
vertiente de Pruna, y bajando hacia Algámitas. Un error de orientación nos
llevó casi hasta Almargen (me acompañaba Alberto Martino), donde hubo que dar
media vuelta y retroceder hasta encontrar el desvío hacia Alcalá del Valle,
para de inmediato hacer la subida, cortita (4 kilómetros), pero entretenida,
por el curveo y la pendiente respetable.
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Subida "Cruz de Zambonia"
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En Setenil
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Tras llegar a Alcalá del Valle, el final ya más habitual, pasando por
Setenil, que siempre es un gusto.
En total, 107
km y cerca de 2.000 m. de desnivel, que no está mal para no incluir ni Boyar,
ni Palomas.
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Puerto de Tiscar
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En Jaén
también hay que rebuscar sitios por donde no haya pasado ya, pero haberlos,
“haylos”…así, en la última visita, organicé junto a los amigos de Úbeda, una
ruta para hacer la subida del Puerto de Tiscar por Belerda, que no conocía.
Con terreno favorable desde Úbeda, enseguida estábamos llegando a Huesa, subiendo las primeras rampas, y justo a la salida, las de mayor dureza, con hasta el 18 %. Tras una bajadita, Belerda, donde empezaba el tramo final, ya más suave y constante.
Con todo lo acumulado, se monta un puerto de 20 km y 740 m de
desnivel, que tardamos en ascender 1:15
(Top 10 en el Strava)…números muy a tener en cuenta.
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“El equipo
para la Vuelta”
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Tras coronar,
rápido descenso hacia Quesada, y ya de vuelta a Úbeda, a muy buen ritmo (ya he
comentado en varias ocasiones como andan esta gente), terminando con 128 km, y
1.900 m, a casi 27 Km/h de media.
Pero lo mejor
es que “convencí” a Alberto para que viniera a las Etapas de La Pandera y
Sierra Nevada, donde también nos juntaríamos con Eduardo padre e hijo, así que
el plan sería perfecto.
Pero a parte
de mi particular “Vuelta a Andalucía”, el reto más importante en Agosto, y ya
con “sabor” a Vuelta a España, fue la participación en la Perico, a la que iba
con el objetivo de conseguir el “Oro”, aunque justo el fin de semana antes, un
virus o algo, me dejó listo. De hecho tuve dudas de si ir, ya que a tres días
de la prueba seguía sin fuerzas. Pero me empecé a encontrar mejor, y decidí que
había que intentarlo. La prueba de fuego
sería una ruta alrededor de Ávila que tenía preparada hace tiempo (me quedé con
las ganas a principios de años cuando estuvimos en Gredos).
Después de
seis horas de coche, lo menos apropiado es montarse directamente en la bici,
teniendo en cuenta sobre todo, que al día siguiente hay que apretar a tope,
pero aprovechar al máximo los viajes es algo que siempre procuro.
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Cerca de Gredos
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Me encontré
relativamente bien, y el entorno, con Gredos muy cerca, y pasar por sitios míticos para el ciclismo
español, como el Barraco (el pueblo del Chava Jiménez y Carlos Sastre),
motivaba.
La subida de Navalmoral sí que se hizo un poco larga (son 15 km), aunque
llevaba en mente la etapa del 99, en la que Fran Vandenbroucke puso un ritmo
bestial, descolgando uno a uno a todo el pelotón (lástima que sería fruto de ir
hasta las cejas de “algo”).
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Subida a Nvalmoral
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Monumento al Ciclista Abulense
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Ya desde la
cima todo era favorable. Hasta llegar a las Murallas, donde en el adoquinado recreé los clásicos finales
de Etapa de la Vuelta, visitando además el curioso Monumento al Ciclismo
Abulense. En total 98 km, y 1.600 m de desnivel, en 4 horas justas,
que vinieron bien para “recomponer el cuerpo”.
Terminada la
ruta por Ávila, sin apenas descansar, camino a Segovia para recoger el dorsal,
a donde llegué por casualidad justo
cuando Perico se iba del Pabellón, así que pude saludarle y echarnos una
fotillo.
Tenía dudas de cómo iba a responder en la Prueba, y de hecho, desde el primer momento, las sensaciones eran extrañas. Iba bien, pero en las subidas parecía tener activado “un limitador de velocidad”…las pulsaciones no subían, aún estar apretando todo lo que podía. Y así todo el día, con la sensación de no poder ir al 100%, pero haciendo buenos tiempos en los pasos parciales (2:06 en Morcuera), que me hacían seguir con la esperanza de conseguir el Oro. Solo acusé un poco el esfuerzo en la parte final de Navafría, donde tuve amagos de calambres. Pero una vez coronado, y terminado el descenso, ya con el grupo en el que caí hasta la meta sin muchas complicaciones, incluso tirando de vez en cuando. Al final, objetivo cumplido, aunque por escaso margen (5 minutillos). En la clasificación, 481 de 2127, con una media de casi 28 Km/h. Me ha quedado la duda de ver el tiempo que hubiera hecho de no haber estado enfermo hasta días antes. A ver si encontramos la motivación suficiente para volver, y comprobarlo…
Tras estas
“etapas prólogos”, la primera etapa de la Vuelta a la que tenía previsto acudir
sería la de Antequera, con la compañía de Alberto Martino, que tenía la ilusión
de ver a Contador en acción.
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Mirador de Almogía
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Salimos desde la zona de Meta, para “descender” hasta la Costa pasando por Almogía y volver a subir, para enlazar ya con el recorrido oficial. El tramo inicial, escondía varias trampas, como el rampón al 20% que nos encontramos pasado Almogía, y es que curiosamente, a la llegada a Málaga, hasta donde teóricamente lo que habíamos hecho era bajar, llevábamos ya 1.000 m. positivos de desnivel acumulado…
La vuelta,
hasta el último momento, había estado pensando hacerla por el Puerto del León,
pero suponía alargar mucho el recorrido (y además ya lo conocía), pero al final
optamos por hacerlo por Casabermeja, por donde también había una buena subida,
prácticamente equivalente a la que hacían los Pro.
Tras más de una hora de
ascenso, por fin pasábamos por la pancarta de 30 km Meta, y enseguida nos
acercábamos a Villanueva de la Concepción, afrontando las primeras rampas del
Puerto del Torcal, que nos sorprendieron por su dureza tal como comentarían en
TV posteriormente, sobre todo, en el paso por el pueblo, donde se encontraba el
sprint intermedio. (Por aquí ya iría escapado Contador después).
En la cima
del Puerto, me despedí de Alberto, que se quedaba en EL Torcal a ver pasar la
carrera, y en solitario recorrí los kilómetros finales, hasta la misma Meta, a
donde pude acceder, aunque parece que saltándome algún control, según me
reprochó un Policía Nacional muy simpático… “solo” quedaban 2 horas para la
llegada de los ciclistas, y ya no podía haber nadie allí...Me dio tiempo
incluso de volver a Jerez y ver en la tele el ataque de Contador.
Para la segunda Etapa, el compañero sería Alberto Sánchez, y el punto de
salida, Fuensanta de Martos. La idea era enlazar con el recorrido a 50 km de
meta, pasando antes por el Puerto de Ahíllos y Alcaudete, encontrando ya tramos
duros, antes de llegar a Alcalá la Real (Sprint intermedio). Siguiendo “las
flechas” llegamos a Castillo de Locubín, comenzando a subir el Alto de
Valdepeñas, catalogado de 2ª categoría. (10 km, al 6 %)
Tras el
descenso, paso por el pueblo, topándonos contra el ya célebre Muro al 20% que
ha sido final de etapa en dos ocasiones (con victorias de Purito e Igor Antón).
Nada más
tomar el desvío a la parte final, pasando la “verja”, el primer tramo por
encima del 15 %, donde el público ya se concentraba esperando al pelotón. Tras
el tramo “suave”, justo cuando iniciábamos la parte más difícil, llegó la
caravana de furgones de Policía, lo que unido a los ánimos de la gente, nos
hizo acelerar instintivamente, llegando al límite.
Con mucho esfuerzo, llegamos
al descansito antes de meta, llegando a acercarnos hasta los 300 últimos
metros, quedándonos en una posición privilegiada, con la posibilidad de seguir
la etapa en la pantalla gigante que tenía instalada la organización.
Por fin
apereció a lo lejos Rafal Majka, que venía escapado desde lejos, pero con
fuerza para mantener la distancia con los mejores, y en seguida el grupito
encabezado por Nibali, que pasó tan rápido que no conseguí hacerle fotos.
Quedaba
volver a Fuensanta, pero hasta que no pasó el último corredor, no pudimos
irnos, estando complicada la bajada por la acumulación de coches, bicis y
espectadores. En total, 138 km y 3.185 m de desnivel, en 6:15.
Tras el
“traslado” a Granada, el día siguiente nos esperaba nuestra “Etapa reina” en
Sierra Nevada. Nos juntamos con los Eduardos en Cenes de la Vega, dispuestos a
recorrer los últimos 90 km. de la etapa, empezando por Hazallanas. Pero ya
camino de Güejar, ví que las piernas no respondían, debido al esfuerzo de los
días anteriores (no llevábamos masajista y el único recuperador fue el plato de
espaguetis de la cena, je je).
Retorciéndome
en las primeras rampas, me venía el recuerdo de la Etapa de la Vuelta a
Andalucía de 2015, en la que Contador atacó desde abajo, consiguiendo la
victoria por delante de Froome, y que
también pudimos disfrutar en primera línea.
Me costó mucho llegar al cruce del Dornajo, donde los compañeros
llevaban un buen rato esperándome, pero hacía
lo que podía. Nos tiramos para abajo hacia Cenes, para atravesar Granada por la
carretera de la Sierra, dirección Monachil, para afrontar el Purche, que se
hizo muy duro también.
Una vez que
coronamos y enlazamos con la Subida a Pradollano, empecé a ir mejor, al ser mucho
más suave que las anteriores, y aunque quedaban 20 kilómetros aún por delante,
ya no tuve ninguna dificultad. Los 3 últimos kilómetros, a través de la
Estación de Esquí, se agarraban algo más, pero por fin estábamos en la zona de
meta, donde improvise un “particular homenaje a Alberto Contador”, aprovechando
que llevaba puesto el maillot de su Marcha, a la que procuraré volver el año
que viene, en agradecimiento al espectáculo que nos ha brindado en esta Vuelta.
Faltaba
esperar la llegada de los Pro (iban aún por Hazallanas cuando llegamos), pero
el ritmo que llevan es exagerado: desde Monachil a meta nosotros tardamos 2:07,
mientras que ellos marcaron, 1:03, justo la mitad, así que tampoco se hizo muy
larga la espera.
Contador lo
volvió a intentar, pero ni pudo ganar, ni yo echarle una foto, al menos aFroome sí que pude cogerle.
Con esto nos
despedíamos de la Vuelta en vivo y en directo, pero aún me quedaba el plato
fuerte: La “Juan Martínez Oliver”, que como comenté antes, compartía el
recorrido de la Etapa de Calar Alto.
De nuevo
tendría la compañía de Alberto Martino, que por fin se había animado a
participar en una Marcha de las “grandes” y estaba muy ilusionado.
Nos dimos un buen madrugón, pero puntuales estábamos en la línea de
salida. Tampoco había necesidad de coger un buen sitio, porque de inicio,
teníamos por delante la subida de Calar Alto por Aulago, la novedad de este
año, y que yo tampoco había hecho aún, lo que nos colocaría a cada uno en
nuestro lugar.
El perfil lo
explica por sí solo, 30 km de subida, solo interrumpida por un pequeño descanso
a los 13 km, con un desnivel total de 1.400 m. Al estar fresco y metido en un
grupito, se hizo cómoda, pero me llevó hora y media para completarla.
Tras el
rápido descenso, se enlazaba con el recorrido de ediciones anteriores (y el de
la vuelta de este año), empezando por el Alto de los Filabres, para enseguida
bajar, y llegar a Velefique Pueblo. Era mi cuarta subida, y tenía la sensación
de estar haciéndola mejor que nunca. Empecé a ir superando gente, y eso me
animaba. (Después comprobaría que hice RP según el Strava).
Desde la
cima, iba pensando que ya solo quedaba complicado el tramito del Collado del
Ramal, y que la cosa estaba hecha. .Así, superado esos 5 kilómetros, sin duda
lo más duro de la prueba, con rampas de hasta el 16 %, entraba en la carretera
de Venta Luisa, donde ya suavizaba bastante, y empecé a echar el resto. (La
gente que me iba encontrando no podía seguir el ritmo que marcaba, je je).
Después de un buen rato tirando, llegó el cruce a Calar Alto, donde ya solo
quedaban 3 kilómetros para la cima.
Me había
fijado como objetivo bajar de las 7 horas, y en la cima llevaba 5:55, así que
en la bajada no me podía relajar mucho. Conseguimos formar un grupito con 4 o 5
más, y el tramo final se hizo bastante bien, marcando 6:49.
La media de
23.4 Km/h, comparado con los 27 Km/h que hice en la QH, refleja la dureza de
esta Prueba, con 4.150 m de desnivel, en 160 km.
En la zona de
meta, donde Alberto me llevaba esperando un buen rato, coincidimos con Perico,
que había participado y que en esta ocasión “sólo” me sacó 15 minutos. El que
se salió fue Alberto, con un tiempo de 5:59, para hacer 28 en la general (10º
de su categoría), lo que le augura actuaciones espectaculares en futuras
Pruebas.
Agradecer en
particular a Laura los ánimos en Calar Alto, las fotos y hacernos de chófer en
el regreso y en general, a “los Albertos” y “Eduardos” por la compañía en estas
Etapas de la Vuelta, que se han hecho más amenas aún. Ya se ha anunciado que La
Vuelta empezará en Málaga en 2018, así que de nuevo tendremos varias etapas por
Andalucía, que no habrá que perderse.
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