sábado, 23 de junio de 2018

PRIMAVERA 2018



Tras la escapada por Cantabria de Marzo, no tenía marcados eventos importantes ni nuevos grandes retos hasta Julio, pero aún así, la Primavera de 2018 ha resultado muy fructífera, con bastantes buenas rutas por rincones que tenía pendientes o revisitando otros por los que hacía tiempo que no iba, y hasta cuatro pruebas ciclodeportivas (Guadalxenil, Antequera, Costa de Almería y Marvao).


Marvao, meta de la São Mamede Gran Fondo

Uno de los sitios a los que tenía ganas de volver, era el Yelmo, en la Sierra de Segura, y aprovechando el habitual viaje a Linares por Semana Santa, pude hacerlo. 




Castillo de Segura de la Sierra

La salida desde La Puerta de Segura, para hacer una primera parada en el Castillo de Segura de la Sierra, acumulando ya unos buenos metros de desnivel, y desde donde me percaté que la cima del Yelmo estaba nevada. 








Tras bajar por el mismo sitio, tomé un “atajo” hacia El Robledo, sin pasar por Cortijos Nuevos, entrando directamente en faena. Los primeros kilómetros, tal como recordaba, por medio de un pinar, enlazando curvas de herradura, y ganando altura de forma constante, con alguna rampilla a más del 10 %. 


Parte final de El Yelmo

Tras cerca de 10 km, estaba ya en el cruce, desde el que empieza el tramo final, de 3 km, a cerca del 10 % de media. Me animó bastante comprobar, que el estado del firme era perfecto (la última vez que pasé, había mucha gravilla, lo que complicó bastante la bajada), y además, empezaba a aparecer nieve acumulada en las cunetas.





Las vistas desde la cima, todo un espectáculo, reafirmándome una vez más, lo ideal que es Jaén para la práctica del cicloturismo…”Quien no lo conoce, no sabe lo que se pierde”. Con esa sensación especial, de regreso para el coche, bajando por Hornos, y con alguna otra ruta por la zona en mente, para las próximas vacaciones.

Cima de El Yelmo





A mediados de Abril, los amigos del CC Lebrija organizaron una salida para ir a las Antenas de Jimena (Lomas de Cámara), y me decidí a acompañarles, ya que siempre gusta ir con ellos. 



Fijaron el inicio en la Venta de Puerto Galiz, para bajar dirección Jimena y subir el Puerto del Espino por San Pablo de Buceite, desviándonos antes de la cima hacia la Estación de Colmenar, donde había previsto parada para “avituallamiento”. La vuelta, por el mismo camino, hasta Jimena, para enseguida empezar la subida a Las Antenas. 


Subida a las Antenas de Jimena
Por lo que sea,  me resultó más fácil que en las otras ocasiones que había venido, sobre todo, la parte inicial, que es la que concentra la mayor dureza. Después, sucesión de falsos llanos y rampas, hasta alcanzar el mirador del Puerto del Viento, para afrontar la parte final, ya sin mucha dificultades, hasta la rampa de acceso a las antenas.




Tras  recrearnos un poco en la cima con las fotos, vuelta a Jimena, y de nuevo hacia Puerto Galiz, resultando este último tramo, muy largo,  por el  cansancio acumulado. Al final, 141 km y 3.000 m de desnivel, en algo menos de 6:30, números muy considerables.




Lo siguiente era ya la Guadalxenil, en Lecrín (Granada), la primera prueba seria del año, aunque la aplicación de la nueva normativa de la DGT, supuso un recorte considerable del recorrido. 

Un poco decepcionado, me busqué la forma de sacar mayor provecho al viaje, aprovechando para ir el día antes al Puerto de la Ragua, que lo tenía apuntado en la agenda desde hace tiempo (solo lo había subido una vez y hacía 8 años).



Me monté en la bicicleta en La Calahorra, para subir directamente la vertiente Norte del puerto, la más suave, pero equivalente, por ejemplo, al Puerto de las Palomas en Grazalema.







Comparativa La Ragua.La Bonette

Desde la cima, rodeo por Laujar de Andarax, entrando en la provincia de Almería, para volver a entrar en la de Granada, por Cherin, donde da comienzo la subida de la Vertiente Sur, que simplemente es “exagerada”. Con decir que las páginas especializadas, la comparan con el Puerto de la Bonnete, el techo de los Alpes, basta para hacerse una idea…
25 km y 1.500 m de desnivel...




Hicieron falta dos horas de esfuerzo, para coronar y dejarme caer hasta el coche. Llegué a lo justo a Lecrín para recoger el dorsal, y después directamente al hotel que había buscado en Padúl, a recuperar todo lo posible.

Bajada de La Ragua




Pero como me seguía pareciendo un poco “light” el recorrido definitivo de la Prueba, decidí ir en bici hasta la Salida que la tenía a unos 10km, y como tenía tiempo, subir el Alto de la Razuela en Nigüelas que me pillaba por medio, y que precisamente era donde había estado situada la Meta de la Edición anterior de la Guadalxenil, con unas rampas finales bastantes duras, que tuvieron que suponer un suplicio para muchos.

Con una horita de calentamiento, por fin empezaba la “competición”, aunque en realidad fuimos neutralizados, bastantes kilómetros y con más retenciones de las deseables.
Pero al inicio de la primera subida seria, se dio vía libre, y como era de esperar, se impuso un ritmo muy fuerte, con lo que enseguida íbamos todos desperdigados. Pude entrar en un buen grupito, en el que iban algunos de los compañeros del CC Linares, con los que hice la subida del puerto de la Contraviesa, en el que empecé a pagar los esfuerzos extras, resultándome más largo de lo que recordaba. 

Meta de la Gyuadalxenil


La bajada hacia Órgiva, y el terreno llano hasta Velez de Benaudalla, sirvió de recuperación, pero tras tomar el desvío hacia los Guajares, comenzó el segundo puerto de 1ª del día, el de la Cebada, que afortunadamente no presentaba mayor dificultad que la longitud de14 km. pues ya iba con las fuerzas justas.


Conforme subía, iba pensando que el recorrido no era tan suave como había supuesto. Por fin estaba en la cima, e imaginaba que ya hasta la meta era fácil, pero los últimos 5 km., volvían a picar para arriba, así que ya lo que pensaba era que “menos mal que habían recortado el recorrido…”. Para colmo, una vez pasada la meta, todavía me quedaban diez km más para llegar al coche, con lo que al final salieron 152 km y 3.300 m, de desnivel acumulado, todo un “palizón”…














Muy pronto, estaba de nuevo con un dorsal en la espalda. Se trataba de la Marcha “Antequera es Patrimonio”, que debutaba este año en el calendario, por lo que decidí ir a probar. El recorrido contaba solo con 115 km, por lo que iba con la idea de alargarlo, subiendo el Torcal como postre.



Se suponía que la prueba era toda libre, y que estaban establecidos unos puntos de control, a los que había que llegar antes de un límite de tiempo, para poder seguir en carrera.

Se salió a tope y enseguida se formó un grupo cabecero en el que conseguí entrar no sin bastante esfuerzo. Pero nada más empezar a subir, empecé a notar que el freno trasero rozaba en la llanta. Intenté, regularlo, pero algo fallaba, y seguía rozando. Paré un par de veces, pero en cuanto tocaba la maneta se quedaba cogida la herradura. Así que no tuve más remedio que seguir adelante en esas condiciones. Bastante retrasado, llegué a lo que entendía que era un punto de control, pero que resultó ser La Meta del tramo cronometrado…No había interpretado bien el reglamento y en realidad, el formato de la prueba, constaba de un primer tramo competitivo, y el resto libre, pero sin cronometrar. 

Cima de El Torcal
Entre el malentendido, y los problemas mecánicos, me desmotivé bastante, y abandoné la idea de alargar, pero al paso por Villanueva de la Concepción, decidí que la menos me desviaría hacia la cima de El Torcal, y en el fondo, eso fue lo que hizo que el viaje mereciera la pena, aunque los números tampoco es que fueran poca cosa,123 km y 2.500 m.







Entre prueba y prueba, hice un “ensayo” de Vuelta por Etapas, que en próximas ocasiones espero poner en práctica más en serio. Se trata de diseñar recorridos con etapas en línea, que permitan regresar a un mismo punto cada día, con puntos de inicio escalonados, para lo que es necesario disponer de dos vehículos. El primer día fui en el coche 1 a Algodonales, para regresar en bici a Jerez. El segundo, dejé el coche 2 en Torreguadiaro, para hacer el trayecto hasta Algodonales y recoger el coche 1, para volver a Jerez. Finalmente, el tercer día, se trataba de ir a por el coche 2 desde Jerez a Torreguadiaro.


La Etapa Torreguadiaro-Algodonales, resultó espectacular, iniciando el recorrido por la costa hasta Estepona, para subir Peñas Blancas por el Arroyo Parroso, para añadirle “emoción” y llegar a Algatocín, pasando por Jubrique y subiendo el Puerto del Espino. 

Paso por el Desfiladero del Hundidero

Desde ahí, bajada hacia Jimena de Libar, para volver a subir por Benaojan y Montejaque, pasando la Cueva de la Pileta y el bonito desfiladero del Hundidero. 











Había pensado rematar, subiendo las Palomas por Gaidovar, pero al paso por Montecorto, comprobando que ya llevaba 2.500 m de desnivel acumulado, decidí que ya estaba más que bien, siguiendo directamente hacia Algodonales por la carretera de Ronda. 



Para ir a Torreguadiaro a recoger el coche, tenía muchas opciones. Lo más cómodo era por la vía de servicio de la Jerez-Los Barrios, pero opté por “jugar al espectáculo” y lo hice atravesando el Parque de los Alcornocales, por Puerto Gáliz - Mojón de la Víbora – Cortes de la Frontera, para subir el Espino, bajar hacia San Pablo de Buceite y terminar por el Valle del Guadiaro hasta San Martin del Tesorillo. En total, 167 km y 2.200 m de desnivel, a casi 27 km/h…”un bonito Viaje desde Jerez al Mediterráneo”.
Torreguadiaro



El primer Gran Fondo de la temporada propiamente dicho, sería en Almería, pero estuve dudando entre La Indomable, prueba totalmente consolidada y con garantías de éxito seguro, u otra que se presentaba este año, La Gran Fondo Costa de Almería, en Mojácar…

Me decidí por la última, por el hecho de pasar por sitios nuevos, y porque el viaje de ida me permitía hacer una rutilla previa para conocer el Marchal de Enix, puerto de 16 km, con inicio  a nivel del mar desde Aguadulce, y cima a 1.020 m, muy prometedor sobre el papel.


El punto de salida, en pleno Desierto de Tabernas, que a parte del “rollo peliculero”, la verdad es que impresiona. En los primeros kilómetros,  di un rodeíto por Gádor, para después bajar hasta Almería capital y tomar ya la carretera de la Costa hasta Aguadulce.

Desierto de Tabernas

EL Marchal de Enix

Los puertos que arrancan en la costa, como Peñas Blancas, o el Repetidor de Mijas, suelen ser espectaculares, y este de El Marchal no iba a ser menos. No muy duro, salvo alguna rampa al principio, y con bonitas vistas del Mediterraneo en gran parte de la subida, para coronar en plena Sierra de Gádor.




Tras el descenso, nuevo paso por Gádor, y enlace con la vía de servicio de la A-92 para recorrer los últimos 10 km hasta el coche. En este tramo, me dio por echar un vistazo en el móvil a la Etapa del Giro de Italia, enterándome de que Froome había puesto todo patas arriba en el Col de la Finestre…enseguida esto me dio una idea para una próxima “ruta experimental”…


En la recogida de dorsales tuve un mal presagio…tenía el número 82, y lo habían dado por orden de inscripción y yo la había hecho en los últimos día, lo que apuntaba a una escasa participación. En la línea de salida, se confirmó, unos 150 sumando los del recorrido  largo y los del corto, y curiosamente, la mayoría extranjeros, ya que la empresa organizadora era Belga (Kortweg Cycling Travel), y se ve que hicieron más propagando por ahí que aquí en Spain.

Los primeros kilómetros por terreno favorable se hicieron muy rápido, formándose un grupo delantero en el que pude entrar junto al amigo Manuel Martin Barbero, un habitual en este tipo de pruebas, con quien ya coincidí en Antequera. En las dos primeras horas agrupados, hicimos 70 km, pero en cuanto empezó a quebrarse el terreno, algunos empezamos a descolgarnos. 


En el Puerto de la Virgen, todavía había participantes a la vista, pero a partir del km 100, me quedé ya en terreno de nadie, y psicológicamente los kilómetros iban pasando factura. Perdí la cuenta de puertecitos y repechos que pasamos, pero poco a poco, iba quedando menos.




En el Km 180, empezaba la última subida, con lo que ya confiaba en que la cosa estaba hecha. Pero para dificultarlo un poco más, empecé a tener calambres. Menos mal que tengo ya mucha experiencia, y algo de inmunidad al dolor, y puedo continuar en marcha hasta que se van pasando...

Con Mojácar ya a la vista, me alcanzó un grupito de tres, justo además cuando empezaba a soplar aire en contra, por lo que los últimos kilómetros, pudieron ser algo más relajados, aunque el repechito al paso por Mojacar, ya con más de 200 km en las piernas, me dio la puntilla. 

Meta de la Gran Fondo Costa de Almería

Pero por fin, entraba en la carretera que llevaba a la meta, para completar 211 km y 3.300  m de desnivel, sin pasar de las 8 horas (a 26,5 Km/h de media), que creo que no está mal. 









En la clasificación, por la mitad, como es lo habitual últimamente, pero con más sufrimiento de lo normal, que me podría haber ahorrado si la participación hubiera sido mayor y no hubiera hecho gran parte del recorrido en solitario.

Me vine con la sensación de haberme equivocado, al preferir esta prueba a la Indomable, pero trataré de ponerle remedio en 2019.



Como comenté antes, la imagen de Froome subiendo por las rampas de tierra del Col de la Finestre, en el pasado Giro de Italia, me motivó para volver a subir la vertiente no asfaltada del Collado del Alguacil en la primera ocasión que tuve, precisamente como “auto regalo” de cumpleaños.

Subida al Collado del Alguacil por Tocón

Muy temprano y con bastante frío para ser 1 de Junio, ya estaba dirección al Pantano de Quentar, hasta el desvío de Tocón, donde comienza la pista, que sigue estando en bastante buen estado, salvo por algún tramito de grava que obliga a pasar con mayor precaución.







El puerto, no tiene grandes rampas, salvo en el tramito que hay asfaltado poco antes de coronar, pero con 16 km por tierra, se hace largo. La bajada, con mucha precaución acordándome de la caída que tuve la vez anterior, para llegar a Güejar Sierra y dirigirme a Hazallanas, comprobando que los primeros kilómetros siguen siendo igual de duros.

Iba con la idea de subir hasta el Radiotelescopio, ya que quería pasar entre las imponentes paredes de nieve, que había visto que había tras la limpieza de la carretera. Así, superado Hazallanas, seguí por la carreta vieja hacia la Hoya de la Mora, pasando el Collado de las Sabinas, rebasando la barrera desde donde empieza “de lo bueno, lo mejor”.

Llegando a Borreguiles
Pero lo cierto es que iba ya justillo llegando a Borreguiles, con cerca de 3.000 de desnivel acumulado, y además, empezó a formarse niebla notando como bajaba considerablemente la temperatura, así que decidí que ya estaba más que satisfecho, y tras recrearme un poco en la nieve, me tiré para abajo, terminando con 103 km.




Llevaba tiempo con una subida “inédita” localizada, la Ermita de las Tres Cruces, cerca de Cártama (Málaga), donde se disputa anualmente, una Cronoescalada Máster y en un viaje de trabajo a Mijas, pude sacar tiempo para ir a conocerla.



Desfiladero de los Gaitanes (Caminito del Rey)
Para hacer un recorrido lo más atractivo posible, incluí la subida a Carratraca, y el paso por el Caminito del Rey, que volverá a ser final de Etapa de la Edición de este año la Vuelta a España. Desde ahí, terreno más o menos favorable hasta llegar a la Estación de Cártama, donde empieza la subida. 





Los tres primeros km, bastante suaves, pero de repente, del 3 al 4, una rampa continua al 12 %, empezaba a dar entidad al puerto. El resto, una sucesión de tramos suaves y rampas fuertes, para sumar 10 kms, y 600 m de desnivel…un buen puerto de 2ª categoría.

Ermita de las Tres Cruces



Para cerrar este primer bloque de la Temporada, tenía previsto la participación en una nueva Prueba en Portugal, la São Mamede Gran Fondo, en Marvão, comarca del Alentejo, a escasos 100 kms de Cáceres.

Aprovechamos el viaje para ir a visitar a los familiares, lo que me permitió hacer otra salida extra, escogiendo ir al Valle del Jerte, que en esta época es un espectáculo. 
Valle del Jerte

Subida a Cabezabellosa

La vuelta planteada, incluía las subidas a los Puertos de paso de Honduras desde Hervás, con un inicio por medio de un bosque que bien podría parecer propio del Norte, y Cabezabellosa por El Torno, con bonitas vistas sobre el Valle, para completar 93 km y cerca de 1.700 m, en poco más de 4 horas.






Pero sin duda, lo mejor, poder catar a pie de carretera las exquisitas cerezas con denominación de origen cogidas directamente del árbol. Mejor avituallamiento imposible.


CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Villar de Plasencia-Hervás-Pto Honduras-Valle del Jerte-Pto Cabezabellosa

Estaba advertido de lo competitivas que son las pruebas en Portugal, desde el pistoletazo de salida, pero tenía el inconveniente de salir muy retrasado, ya que el pelotón se distribuyó por cajones de salida en función del orden de inscripción, y a mí me tocó el décimo. Se salía en subida dirección Portagem, y a tope pude remontar bastante, hasta encontrar un grupo en el que ya consideraba que iba a buen ritmo, realizando 34 km en la primera hora. 




En la segunda, habiendo pasado el primero de los puertos, la media seguía por encima de 30 Km/h, pero a partir de ahí, por un terreno con continuos sube y bajas, ya era más difícil mantenerla. A parte, en la bifurcación de los recorridos largo y medio, me encontré solo de nuevo, y al paso por el adoquinado de Arronches, noté floja la rueda trasera…había pinchado, algo que nunca me había sucedido en una prueba. 

La parada obligada, sirvió para tomar un poco de aire y que al reanudar la marcha, encontrara compañía, hasta que en el siguiente puerto, volví a padecer calambres…lo cierto es que hacía bastante calor, y en una fuente que me encontré, me dí el primer baño del verano y pude recuperar algo las piernas, para hacer de forma “digna” la parte final de la carrera, en la que se enlazaban tres puertecitos, incluida la subida final a Marvão.

Meta de la Sao Mamede Gran Fondo

El resultado, “discreto”, 169 km, a 25,6 km/h de media. No sé bien cuál es el motivo, pero desde luego, no estoy consiguiendo andar este año, como el pasado, por ejemplo en la QH, que conseguí hacer a 27,3 km/h…Pero tampoco es algo que preocupe en especial, lo importante es hacer cosas interesantes y distintas que poder contar…


CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: São Mamede Gran Fondo-Marvao

Para rematar esta Primevera, tuve una nueva ocasión de visitar Sierra Nevada, aunque como no tenía ni mucho tiempo, ni fuerzas, ya que la São Mamede Gran Fondo me dejó las piernas machacadas, me “conformé” con subir desde el cruce del Dornajo, hasta donde fuera posible…tenía noticias de que estaban limpiando la carretera del Veleta ya a partir de la cota 3.000.  
Subida al Veleta


Por variar, tiré por la carretera nueva hasta Pradollano, atravesando por medio de la Estación, hasta la Hoya de la Mora. Y ya desde la barrera, hacia el Veleta entre paredes de nieve de hasta 6 m…me quedé en la cota 3.100.




Por cierto, los próximos objetivos, la Sierra Nevada Límite y la Indurain.


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