martes, 5 de octubre de 2021

CASTELLÓN 2021.

 

Cuando se dio a conocer en las redes sociales la “Epic Mediterranean Gran Fondo”, en Oropesa, tenía tan buena pinta que el mismo día que abrieron inscripciones muy rápidamente se fueron agotando las 2.500 plazas disponibles. Menos mal que estuve atento, y tras una búsqueda rápida de sitios de interés en la provincia de Castellón, vi enseguida que ofrecía muchas posibilidades, y decidí inscribirme…esa misma noche anunciaron que se habían cubierto todas las plazas.

Pero debido a las visicitudes provocadas por la Covid, han tenido que pasar más de dos años para que por fin pudiera celebrarse el evento y puedo decir que la espera a merecido la pena.


La Provincia de Castellón, una vez que te alejas unos pocos kilómetros de la costa, toda es pura montaña, y aunque a falta de grandes puertos, la “oferta” de rutas con importante acumulación de desnivel es muy variada.

Al celebrarse la prueba en Domingo, me permitía la posibilidad de tener un par de días previos de “aclimatación”,  aunque en esta ocasión he querido ser prudente, y no pasarme planificando las rutas, pero por supuesto, sin dejar de visitar los sitios más reconocidos en el mundillo ciclista.

Así, este era el programa:

Ruta 1: Marina D'Or-Cabanes-Desierto de las Palmas-Benicassim-Marina D'Or

            71 km.   + 865 m.


Ruta 2: Lucena del Cid-Mas del Moro-Pto Remolcadores-Mas de la Costa

             84 km.   + 2.050 m.


Ruta 3: Marina D’Or-Peñíscola-Parc Natural Serra d'Irta (gravel) -Ermita de Sta Llúcia- Marina D’Or

             101 km.   + 810 m.


Ruta 4: Mediterranean Epic Gran Fondo

             203 km.   + 3.450 m.




Nada más llegar a Marina D’Or, para “soltar piernas” tras las 7 horas de viaje, me puse manos a la obra en busca del Desierto de las Palmas, puerto subido en varias ocasiones en la Vuelta a España, saliendo dirección Cabanes, y entrando enseguida en el “Parc Natural del Desert de les Palmes” a través de una agradable y suave subida, hasta tomar el desvío por el carril bici paralelo a la Autovía de La Plana,  volviendo a bajar por la urbanización del Campo de Golf de Castellón apareciendo prácticamente a pie de puerto.

La subida, tal como anunciaba el cartel indicador, larga pero suave (7,8 km al 4,7%), por lo que se hizo sin mayores dificultades, manteniendo un buen ritmo. Por lo rápido que bajé hasta Benicasim, me pareció que esta otra vertiente debe tener algo más de dificultad.


Cima del Desierto de las Palmas

Y para finalizar, paseíto por la vía verde que une Benicasim con Oropesa, atravesando túneles y cortados, por el borde del Mar, quedándome muy buen sabor de mi primera ruta en tierras castellonenses.

Vía verde del Mar (Benicasim-Oropesa)



El principal objetivo del viaje, aparte de la prueba, era visitar el temido Mas de la Costa, final de etapa en las Vueltas de 2016 y 2019, aunque ya, después de haber subido el Zoncolan, ningún puerto puede asustarme.

El recorrido, con inicio en la localidad de Figueroles, incluía un bucle desde Lucena del Cid, en el que se pasaban otros dos puertos, Mas del Moro y Remolcadores, ambos larguísimos (17 km y 14 km, respectivamente), pero muy tendidos, por lo que la subida era fácil aunque acumulando unos buenos 1.400 m. de desnivel, atravesando paisajes similares a los de la costa malagueña.


Inicio del Puerto de Remolcadores


De vuelta en Lucena del Cid, y tras un par de kilómetros de bajada, encontraba el desvío hacia Mas de la Costa, donde se conserva una pintada muy ilustrativa de lo que esperaba: “Aquí empieza al Infierno”.



Por el tipo de carretera y entorno, me recordaba a Los Reales de Sierra Bermeja, aunque no me quiero ni imaginar cómo habrá quedado la zona tras el devastador incendio de este verano, y por la pendiente, quizá lo más parecido sea la parte dura de La Pandera, sumando 500 m de desnivel en escasos 4 km.

Hubo que hacer un esfuerzo grande, pero en la cima, la satisfacción de haber añadido otro buen puerto a la lista.


CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Lucena del Cid-Mas del Moro-Pto Remolcadores-Mas de la Costa


Para el “sector de tarde” tenía previsto ir desde el Hotel a Peñíscola y volver atravesando el Parc Natural Serra d'Irta en “modo gravel”, incluyendo la subida a la Ermita de Santa Llúcia, pero decidí recortar algo acercándome en coche hasta Torreblanca, ya que por la mañana ya había gastado bastante.

La ida, por la N-340, resultó aburrida, pero una vez atravesada Peñíscola, literalmente por medio de su fortaleza, el panorama cambió radicalmente, empezando a costear hasta encontrar el camino de la Sierra de Irta, una de las sierras litorales más vírgenes de la costa valenciana, donde abandoné el asfalto hasta aparecer ya en Alcossebre.


Peñíscola

De inicio, una fuerte subida hasta la Torre Badum, situada en lo alto de un acantilado, para descender por un tramo en zigzag de hormigón, hasta la costa, circulando justo al borde de la orilla varios kilómetros.

Parque Natural Sierra de Irta





Como no me había traído las ruedas de gravel, se me empezó a hacer largo el tramo, al encontrar zonas bastante rotas. Pero poco a poco fui avanzando hasta conseguir salir de la tierra, sin ser consciente de que aún me quedaba lo más duro…

Había consultado la altimetría de la subida final a la Ermita de Santa Llúcia, pero no debí prestarle mucha atención, porque me resultó no mucho menos dura que Mas de la Costa, con continuas rampas por encima del 15%, que me hicieron sufrir más de lo que esperaba.


Subida a Ermita de Santa Llúcia.

Al llegar a la Ermita, además de su espectacular localización,  me sorprendió encontrar restos de pintura de final de etapa de la Vuelta, comprobando después que efectivamente aquí terminó la etapa 5ª de la Vuelta 2017.

Ermita de Santa Llúcia.

Menos mal que había decidido acercarme en el coche, y solo me quedaba bajar, porque no quiero ni pensar lo que hubiera supuesto haber tenido que meterme 30 km más hasta el hotel...



Y para rematar, la Mediterranean Epic. 

Como últimamente las pruebas no es que me estuvieran saliendo muy bien, venía en plan cicloturista y no tenía marcado ningún objetivo, más que acabar decentemente. Pero, al empezar a rodar, vi que las piernas respondían, a pesar de lo hecho el Viernes y el Sábado, subiendo muy cómodo los primeros puertos (Cabanes, Serratella y Tirig-Catí), y estando metido en buenos grupos en los llanos, de forma que en el alto de Culla, justo a mitad del recorrido, y ya con 2.000 m de desnivel subidos, mantenía una media de 25 km/h, por lo que pensé que bajar de las 8 horas era viable. El bocadillito de tortilla de patatas que pillé en el avituallamiento me ayudaría.

Puerto de Serratella


El siguiente puerto, el Coll de Vidre, de más de 16 km, enlazado con el de Chodos, corto, pero el más duro en porcentajes, hizo que la media bajara a 24 km/h, aunque ya todo lo difícil estaba hecho. O eso creía, porque a la salida de Atzenia, en un repecho me quedé descolgado del grupo en el que estaba, y no se veía nadie cerca detrás. Hice un tramo de unos 10 km de subes y bajas en solitario, pero aún quedaban 40 km para meta, por lo que empecé a pensar que me iba a costar llegar, al empezar a encontrar además aire fuerte en contra, justo cuando me alcanzó una grupeta a la que me pude adaptar y que me llevó ya hasta Cabanes, donde estaba la última subidita.

Coll de Vidre


Volví a quedarme, pero ya solo quedaban 10 km y casi todo de bajada, así que ya solo era cuestión de ver cuánto aumentaba la media, faltándome muy poco para alcanzar los 26 km/h…no es que ande mucho, pero hacer 203 km y 3.450 m de desnivel en menos de 8 horas, tampoco está al alcance de cualquiera…

Llegada a meta


CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Mediterranean Epic Gran Fondo


En conclusión, fin de semana largo muy satisfactorio, por los sitios nuevos conocidos, y por volver a haber tenido buenas sensaciones en una prueba, así que habrá que seguir insistiendo…

Esta propaganda que me llegó estando allí, seguro que me motivará a volver a la Comunitat Valenciana próximamente…



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