Cuando se dio a conocer en las redes sociales la “Epic
Mediterranean Gran Fondo”, en Oropesa, tenía tan buena pinta que el mismo día
que abrieron inscripciones muy rápidamente se fueron agotando las 2.500 plazas disponibles.
Menos mal que estuve atento, y tras una búsqueda rápida de sitios de interés en
la provincia de Castellón, vi enseguida que ofrecía muchas posibilidades, y
decidí inscribirme…esa misma noche anunciaron que se habían cubierto todas las
plazas.
Pero debido a las visicitudes provocadas por la Covid, han
tenido que pasar más de dos años para que por fin pudiera celebrarse el evento
y puedo decir que la espera a merecido la pena.
La Provincia de Castellón, una vez que te alejas unos pocos
kilómetros de la costa, toda es pura montaña, y aunque a falta de grandes
puertos, la “oferta” de rutas con importante acumulación de desnivel es muy
variada.
Al celebrarse la prueba en Domingo, me permitía la
posibilidad de tener un par de días previos de “aclimatación”, aunque en esta ocasión he querido ser
prudente, y no pasarme planificando las rutas, pero por supuesto, sin dejar de
visitar los sitios más reconocidos en el mundillo ciclista.
Así, este era el programa:
Ruta 1: Marina D'Or-Cabanes-Desierto de las Palmas-Benicassim-Marina
D'Or
71
km. + 865 m.
Ruta 2: Lucena del Cid-Mas del Moro-Pto Remolcadores-Mas de
la Costa
84
km. + 2.050 m.
Ruta 3: Marina D’Or-Peñíscola-Parc Natural Serra d'Irta
(gravel) -Ermita de Sta Llúcia- Marina D’Or
101
km. + 810 m.
Ruta 4: Mediterranean Epic Gran Fondo
203
km. + 3.450 m.
Nada más llegar a Marina D’Or, para “soltar piernas” tras
las 7 horas de viaje, me puse manos a la obra en busca del Desierto de las
Palmas, puerto subido en varias ocasiones en la Vuelta a España, saliendo
dirección Cabanes, y entrando enseguida en el “Parc Natural del Desert de les
Palmes” a través de una agradable y suave subida, hasta tomar el desvío por el
carril bici paralelo a la Autovía de La Plana, volviendo a bajar por la urbanización del
Campo de Golf de Castellón apareciendo prácticamente a pie de puerto.
La subida, tal como anunciaba el cartel indicador, larga
pero suave (7,8 km al 4,7%), por lo que se hizo sin mayores dificultades,
manteniendo un buen ritmo. Por lo rápido que bajé hasta Benicasim, me pareció
que esta otra vertiente debe tener algo más de dificultad.
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Cima del Desierto de las Palmas |
Y para finalizar, paseíto por la vía verde que une Benicasim
con Oropesa, atravesando túneles y cortados, por el borde del Mar, quedándome
muy buen sabor de mi primera ruta en tierras castellonenses.
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Vía verde del Mar (Benicasim-Oropesa) |
El principal objetivo del viaje, aparte de la prueba, era
visitar el temido Mas de la Costa, final de etapa en las Vueltas de 2016 y
2019, aunque ya, después de haber subido el Zoncolan, ningún puerto puede
asustarme.
El recorrido, con inicio en la localidad de Figueroles,
incluía un bucle desde Lucena del Cid, en el que se pasaban otros dos puertos,
Mas del Moro y Remolcadores, ambos larguísimos (17 km y 14 km, respectivamente),
pero muy tendidos, por lo que la subida era fácil aunque acumulando unos buenos
1.400 m. de desnivel, atravesando paisajes similares a los de la costa
malagueña.
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Inicio del Puerto de Remolcadores |
De vuelta en Lucena del Cid, y tras un par de kilómetros de
bajada, encontraba el desvío hacia Mas de la Costa, donde se conserva una
pintada muy ilustrativa de lo que esperaba: “Aquí empieza al Infierno”.
Por el tipo de carretera y entorno, me recordaba a Los
Reales de Sierra Bermeja, aunque no me quiero ni imaginar cómo habrá quedado la
zona tras el devastador incendio de este verano, y por la pendiente, quizá lo
más parecido sea la parte dura de La Pandera, sumando 500 m de desnivel en
escasos 4 km.
Hubo que hacer un esfuerzo grande, pero en la cima, la
satisfacción de haber añadido otro buen puerto a la lista.
CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Lucena del Cid-Mas del Moro-Pto Remolcadores-Mas de la Costa
Para el “sector de tarde” tenía previsto ir desde el Hotel a
Peñíscola y volver atravesando el Parc Natural Serra d'Irta en “modo gravel”,
incluyendo la subida a la Ermita de Santa Llúcia, pero decidí recortar algo
acercándome en coche hasta Torreblanca, ya que por la mañana ya había gastado
bastante.
La ida, por la N-340, resultó aburrida, pero una vez
atravesada Peñíscola, literalmente por medio de su fortaleza, el panorama
cambió radicalmente, empezando a costear hasta encontrar el camino de la Sierra
de Irta, una de las sierras litorales más vírgenes de la costa valenciana, donde
abandoné el asfalto hasta aparecer ya en Alcossebre.
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Peñíscola |
De inicio, una fuerte subida hasta la Torre Badum, situada
en lo alto de un acantilado, para descender por un tramo en zigzag de hormigón,
hasta la costa, circulando justo al borde de la orilla varios kilómetros.
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Parque
Natural Sierra de Irta |
Como no me había traído las ruedas de gravel, se me empezó a
hacer largo el tramo, al encontrar zonas bastante rotas. Pero poco a poco fui
avanzando hasta conseguir salir de la tierra, sin ser consciente de que aún me
quedaba lo más duro…
Había consultado la altimetría de la subida final a la
Ermita de Santa Llúcia, pero no debí prestarle mucha atención, porque me
resultó no mucho menos dura que Mas de la Costa, con continuas rampas por
encima del 15%, que me hicieron sufrir más de lo que esperaba.
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Subida a Ermita de Santa Llúcia. |
Al llegar a la Ermita, además de su espectacular
localización, me sorprendió encontrar
restos de pintura de final de etapa de la Vuelta, comprobando después que
efectivamente aquí terminó la etapa 5ª de la Vuelta 2017.
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Ermita de Santa Llúcia. |
Menos mal que había decidido acercarme en el coche, y solo
me quedaba bajar, porque no quiero ni pensar lo que hubiera supuesto haber
tenido que meterme 30 km más hasta el hotel...
Y para rematar, la Mediterranean Epic.
Como últimamente las
pruebas no es que me estuvieran saliendo muy bien, venía en plan cicloturista y
no tenía marcado ningún objetivo, más que acabar decentemente. Pero, al empezar
a rodar, vi que las piernas respondían, a pesar de lo hecho el Viernes y el
Sábado, subiendo muy cómodo los primeros puertos (Cabanes, Serratella y
Tirig-Catí), y estando metido en buenos grupos en los llanos, de forma que en
el alto de Culla, justo a mitad del recorrido, y ya con 2.000 m de desnivel
subidos, mantenía una media de 25 km/h, por lo que pensé que bajar de las 8
horas era viable. El bocadillito de tortilla de patatas que pillé en el
avituallamiento me ayudaría.
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Puerto de Serratella |
El siguiente puerto, el Coll de Vidre, de más de 16 km,
enlazado con el de Chodos, corto, pero el más duro en porcentajes, hizo que la
media bajara a 24 km/h, aunque ya todo lo difícil estaba hecho. O eso creía,
porque a la salida de Atzenia, en un repecho me quedé descolgado del grupo en
el que estaba, y no se veía nadie cerca detrás. Hice un tramo de unos 10 km de
subes y bajas en solitario, pero aún quedaban 40 km para meta, por lo que
empecé a pensar que me iba a costar llegar, al empezar a encontrar además aire
fuerte en contra, justo cuando me alcanzó una grupeta a la que me pude adaptar
y que me llevó ya hasta Cabanes, donde estaba la última subidita.
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Coll de Vidre |
Volví a quedarme, pero ya solo quedaban 10 km y casi todo de
bajada, así que ya solo era cuestión de ver cuánto aumentaba la media,
faltándome muy poco para alcanzar los 26 km/h…no es que ande mucho, pero hacer
203 km y 3.450 m de desnivel en menos de 8 horas, tampoco está al alcance de
cualquiera…
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Llegada a meta |
CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Mediterranean Epic Gran Fondo
En conclusión, fin de semana largo muy satisfactorio, por
los sitios nuevos conocidos, y por volver a haber tenido buenas sensaciones en
una prueba, así que habrá que seguir insistiendo…
Esta propaganda que me llegó estando allí, seguro que me
motivará a volver a la Comunitat Valenciana próximamente…