miércoles, 28 de junio de 2023

Roma 2023

 

Teníamos claro que el viaje de vacaciones este año iba a ser a Italia, ya que la madre y la hija querían visitar Roma. Les dije que esperaran para organizarlo a ver si por casualidad me clasificaba para el Mundial de Gravel, pero tras el "fracaso rotundo" en La Indomable y en la Ranxo, había que plantear un plan B. Y así, buscando alguna prueba interesante por la zona centro de Italia, encontré la Nova Eroica Buoconvento, uno de los eventos que organiza L'Eroica, pero que en lugar de estar reservado exclusivamente para bicicletas vintage, en esta nueva versión las gravel serían las protagonistas.

El viaje sería de cinco días, los tres primeros en Roma y los dos últimos en Pompeya, ya que queríamos aprovechar para ver también las famosas ruinas.

Para la primera noche, como volábamos muy tarde, cogí el hotel junto al mismo Aeropuerto, por si no llegábamos a tiempo de recoger el coche de alquiler, así que por la mañana la primera ruta decidí que fuera Fiumicino-Roma, ya que estaba impaciente por ver el Coliseo.





Los entornos de las grandes ciudades suelen ser muy hostiles para la bici, pero mirando recorridos por la zona en Wikiloc, pude sacar un track que tenía pinta de no ser muy complicado, incluyendo varios tramos de carril bici o ciclovías. Poco después de la salida,  se pasaba por las Ruinas de Ostia Antica, aunque desde el exterior del recinto no pude ver nada, tratando a continuación de atravesar un espacio considerado Reserva Nacional, teniendo que dar marcha atrás en la barrera de acceso, cuando un Carabinieri me regaño al verme tratando de saltarla. Como "todos los caminos llegan a Roma", no debería haber tenido problema para continuar por otro sitio,  pero en un desvío me equivoqué y acabé metido en la Autoestrade. Haciendo alguna 'pirula' pude volver a enlazar con el trayecto, ya en la periferia de Roma, que la verdad es que deja bastante que desear por la escasa calidad en general de las construcciones modernas.

Tras muchos semáforos, por fin el primer contacto con ruinas, cruzando el Circo Máximo, para enseguida divisar el Coliseo precedido por el Arco de Constantino, una visión que sin duda se me quedará grabada para siempre, y que por tenerla ya mereció la pena todo el viaje. No quise entretenerme mucho porque de todas formas para la tarde teníamos contratada una visita guiada con Arqueólogo, en la que lo veríamos todo con detalle.


Espacio del Circo Máximo



Arco de Triunfo de Constantino


El Coliseo

La vuelta, por una carretera secundaria sin mucho trafico que resultó agradable, aunque cuando pensaba que estaba todo hecho, entre supuestamente en la Regina ciclarum, pista ciclabe que une Roma con la costa siguiendo el curso del río Tiber, pero que el primer tramo que encontré en realidad era un sendero a través de un cañaveral, que cada vez se cerraba más, haciendo dificilísimo el paso. Conseguí atravesar, y llegar al mar, pero arañado por todas partes.

Fuimicino costa

CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Roma (pre Nova Eroica Buoconvento)


Después del traslado a Roma y una primera degustación de auténtica comida italiana,  visita al Panteón, sin duda el edificio romano mejor conservado, y que asombra por el perfecto estado de su inmensa cúpula de hormigón...cuesta  imaginar como pudo construirse con tanta perfección, hace 1.900 años. 

El Panteón

Posteriormente, la visita programada, que pese a durar tres horas, con bastante calor, resultó muy interesante, visitando los Foros imperiales, el Palatino, y el Coliseo, que desde dentro impresiona aún más, sobre todo, comprobando que pasados cerca de dos mil años, su estructura y funcionalidad es similar a la de cualquier estadio moderno importante.

Interior del Coliseo

Al día siguiente tenía la prueba, así que muy pronto me puse en camino hacia Buonconvento.

El gravel se ha puesto de moda estos últimos años, pero los italianos la verdad es que nos llevaban bastante ventaja y lo demuestra los cerca de 1.500 inscritos que había.

Salida de la Nova Eroica Buonconvento


Por allí estuvo un ilustre como es Vincenzo Nibali, aunque solo en un paseo que habían organizado el día antes, por lo que no pude verle.

La carrera en sí, muy parecida a la Strade Bianchi, de hecho, pasamos a escasos 15 km de Siena, por lo que seguro que compartimos alguno de los tramos de sterrato, que la verdad, son una pasada, por lo bien que los conservan, no encontrando ni una piedra más grande de la cuenta en los cerca de 60 km que hicimos.

Tramo de sterrato

Tengo que decir, que tras volver de la Ranxo, estuve con problemas estomacales un par de semanas, encontrándome muy débil en las salidas previas, pero afortunadamente, el cuerpo parecía responder y pude hacerla sin sufrir demasiado, pese a los 2.100 m de desnivel acumulado a base de repechos (19 los reconocidos por la aplicación del Garmin Connect).


En total 130 km, en algo menos de 6 horas, quedando clasificado el 196 de la general (41 M 40), lo que está bastante mejor que en las pruebas anteriores, ya que aquí seguramente el nivel de los participantes era más normalito.

Llegada a Meta

CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Nova Eroica Buoconvento 2023


De vuelta a Roma, vista al Vaticano y paseo por el Trastevere, dónde cayeron unas buenas pizzas. El secreto está en la masa, aunque los ingredientes también influyen, sobre todo la salsa de pomodoro.

El día siguiente tocaba traslado a Pompeya, pero antes había que hacer una rutilla con salida desde Roma. Aprovechando que allí amanece como dos horas antes, a las 6:00 se puede estar pedaleando con luz más que suficiente, y con escaso tráfico, por lo que era un gusto circular por el centro, pasando de nuevo por el Vaticano, el Castell de Santa Angelo, o la Ribera del Tiber, aunque la Fontana de Trevi, a las 6:30, ya estaba llena de turistas...

Plaza del Vaticano

Castel Sant Angelo

Ribera del Tiber

Fontana de Trevi

Tras pasar de nuevo por El Coliseo, la idea era llegar a Castel Gandolfo por la antigua vía Appia, dónde se conservan algunos tramos de la calzada original, que verdaderamente costaban pasar aún yendo con la gravel, recordándome por momentos a la Paris Rubeaix.

Calzada romana Vía appia

Una vez que se pierde la vía, desvío ya por carretera, iniciando una subida que resulta exigente, y que al ser por lo visto una ruta de peregrinación o algo, tenía señales de prohibido bicis, por lo que iba preocupado por si en cualquier momento, me pararían.

No fue el caso, y pude llegar hasta la plaza donde está el Palacio que sirve de residencia al Papa en verano, aunque lo más interesante fue la vista sobre el lago Albano.

Palacio Papal de Castel Gandolfo

Lago Albano


El regreso a Roma, casi todo favorable, con una última parada en la plaza del Pópolo, cerca de la que estábamos alojados. 

Plaza del Popolo

CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Castel Gandolfo por Vía Appia


Nada más llegar, a recoger y poner camino a Pompeya, aunque antes quisimos entrar en las Termas de Caracalla, otras de las ruinas romanas más emblemáticas y que son verdaderamente impresionantes por su dimensión y el lujo con el que fueron concebidas.

Ruina de las Termas de Caracalla

Y ya en Pompeya, directamente visita a las ruinas, de las que solo cabe decir que son únicas...ahora cualquier sitio arqueológico va a saber a poco en comparación. A parte de haber recuperado la trama completa de la ciudad, y numerosas edificaciones, lo más sorprendente sin duda son los restos de las decoraciones interiores de las viviendas, aunque también destacan detalles del urbanismo como los pasos de peatones y las fuentes públicas.

Interior de Domus de Pompeya

Urbanismo de Pompeya


Pero lo que más llama la atención en la zona sin duda es El Vesubio, que con su imponente presencia, domina toda la zona de la Bahía de Nápoles, así que al día siguiente, la ruta estaba clara...

Opté por hacer un recorrido circular, que bordea todo el parque Nacional del Vesubio, teniendo una panarómica de 360 grados sobre el volcán, saliendo justo enfrente de las ruinas, sí bien es verdad que en su cara Norte se pierde un poco la referencia.

Ruina de Pompeya desde Vía Plinio

Cara Norte del Vesubio


A la altura de Herculano, la otra ciudad arrasada por la erupción del 79 d.C se inicia la subida, de unos 10 km, y que llega prácticamente al cráter, a donde ya solo se puede acceder a pie y con entrada, que no tuve forma de conseguir, porque había que comprarla online y estaban todas agotadas. Vi una cancela abierta e hice el amago de colarme, pero pensé que podía meterme en un lío y decidí desistir, aunque sí que cogí unos cuantos fragmentos de lava de recuerdo.

Gran Cono del Vesubio


Tras la bajada, me tuve que enfrentar al caos de tráfico que hay en la zona, y que ya habíamos comprobado la noche anterior al haber decidido ir a cenar a Nápoles, que incomprensiblemente está totalmente descuidada, resultando horrible por momentos (solo se salvaron las pizzas del restaurante Il presidente).

Pero me sorprendió que los conductores sí que parecían respetar a los ciclistas e incluso muchos con los que me cruzaba me pitaban saludando, hasta que en una rotonda, un nota me gritò "Forza Napoli" y entonces lo comprendí...llevaba puesta la ropa celeste de "Mi Grupeta", que coincide con los colores del Nápoles, y es que la pasión que tienen allí por el fútbol es exagerada, y de hecho en la región se ha celebrado por todo lo alto la consecución del campeonato de liga esta temporada, encontrando en todas las ciudades las principales calles decoradas para la ocasión con cintas de colores azul y blanco y fotos  de los jugadores actuales y sobre todo, de Maradona, que sigue siendo su D10s.



Decoración por la victoria del Nápoles en la liga italiana 2022-23


Tras la anécdota, el plan para ese día era ir de excursión a la isla de Capri, famosa por sus paisajes, y por haber sido convertida en destino turístico de lujo, aunque por poco no llegamos a tiempo de coger el ferry por culpa de nuevo del tráfico...1 hora para hacer 30 km... y por fin en el puerto, pago del "impuesto revolucionario": 40 € el parking.

Ya allí, vuelta completa a la isla en barco turístico, que resulta muy agradable, viendo todos los sitios de interés y los numerosos yates que navegaban por allí, aunque, por lo que nos mereció la pena, fue por poder ver la villa Malaparte, uno de los iconos de la arquitectura contemporánea  aunque solo algunos frikis la valoremos...

Villa Malaparte en Capri

Tras la vuelta al puerto de Sorrento, la tarde la completamos recorriendo la costa Amalfitana, muy similar por ejemplo a la Costa Brava, pero que con la estrechez de las carreteras, y el intenso tráfico, cruzándonos con numerosos autobuses que apenas cabían, fue muy estresante.  Sí nos pudimos relajar en Amalfi, cenando en la plaza principal y probando los típicos sorbetes de limón de la zona, siendo la vuelta a Pompeya bastante más tranquila.

Esto me sirvió además para reconocer la zona, ya que el último día quería hacer algo por allí  y no tenía claro que opción elegir. Finalmente, visto que la zona de Sorrento convenía evitarla, decidí hacer una ruta circular pasando por Amalfi, con doble paso por los Montes Lattari, cordillera situada entre Nápoles y la costa Amalfitana. 

La ida, subiendo por Corbara, con impresionantes vistas de nuevo sobre el Vesubio, y bajando por Maiori, para llegar enseguida a Amalfi...qué fácil resultó hacer este trayecto en bici, en comparación con el día antes en coche, y escasamente en media hora más. 

El Vesubio desde la subida a Corbara


Vista de Amalfi 


Duomo de Amalfi


Las vistas de los acantilados eran un espectáculo, pero la pega fue que en todos los miradores tenía el sol de cara y era complicado  hacer fotos decentes, pero una idea se puede hacer...



Costa Amalfitana

La vuelta, subiendo por Argerola, por unos enormes zigs zags para coronar en un túnel en el que indicaba prohibido bicis, pero que tuve que pasar porque no vi otra opción. Sólo quedaba bajar, de nuevo con las vistas sobre el golfo de Nápoles, y los kilómetros finales peleando con el tráfico, consiguiendo terminar justo a tiempo para el desayuno...


CLIC AQUÍ PARA VER RUTA: Costiere Amalfitana

Tocaba volver al aeropuerto, con lo que se terminaban las mini vacaciones de verano, que han resultado verdaderamente intensas, disfrutando a la vez de lo mejor y de lo peor de Italia, país al que volveremos todas las veces que sea posible.

Y ahora a pensar en lo próximo…




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