Si la forma de resumir 2017 fue con una selección de doce puertos subidos, uno cada mes, el balance de 2018 lo hago destacando doce rutas, que me han resultado “especiales” por motivos diversos, lo que ha sido complicado, ya que han salido más de 230, y ha habido que descartar muchas buenas.
Enero
Guadalupe-Pico Villuercas-Cañamero-Guadalupe (Monasterio). Cáceres
Como de costumbre, el año lo empecé en Cáceres, y una visita
familiar al Monasterio de Guadalupe, me permitió hacer una “escapada” por la
zona y volver a intentar el ascenso al Pico Villuercas, de lo que ya había
desistido en dos ocasiones anteriores debido al mal estado de la carretera,
pero ahora sabiendo que tenía “vía de escape” para la bajada por la vertiente
de Navezuelas, a través de la pista que hormigonaron hace unos años.
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Monasterio de Guadalupe
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La subida muy larga, pero sin grandes pendientes, sería
ideal para el cicloturismo, pero lamentablemente, la carretera está peor aún de
lo que recordaba, casi impracticable para bici de carretera en muchos tramos.
Aún así, persistí, porque ya estaba en un punto en el que volver iba a ser más
problemático, que seguir subiendo, hasta que con bastante esfuerzo conseguí
alcanzar el desvío a Navezuelas. Dudé si dejarlo ya, pero viendo que el asfalto
mejoraba algo, me animé a hacer los dos kilómetros que quedaban hasta la cima,
aunque justo en el tramo final, me encontré una espesa niebla, que me impidió
ver qué vistas había y sacar fotos.
Tras el descenso, por la pista de hormigón, relativamente cómodo a pesar de las continuas herraduras de 180 º, vuelta a la “casilla de salida”, por Cañamero, y atravesando el bonito desfiladero del Ruecas, para terminar justo en el Monasterio, donde esperaba la familia.
Febrero
Vuelta a La Cabra desde Alhendín.
La primera gran ruta del año fue en Granada acompañando a la
grupeta jerezana-lebrijana, en una “Vuelta a la Cabra”, saliendo desde
Alhendín, aunque iba con prisa y ya desde Ontivar, tuve que seguir por mi
cuenta. El resultado, 123 km y 2.400 m, a casi 23,5 Km/h de media, que no está
mal para ser invierno. Curiosamente, según Strava, en los 24 km de subida a la
Cabra hice RP por 7 segundos.
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El grupo, terminando la subida
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Como siempre que está presente Javi Quesada, tenemos un buen reportaje fotográfico y video resumen.
CLIC AQUÍ PARA VER VIDEO: La Cabra.
Marzo
Panes-Collada de Hoz-Potes-Fuente De (Cantabria)
En Marzo surgió la posibilidad de pasar unas
“minivacaciones” en Cantabria con la familia, “casualmente” coincidiendo con una de las pocas Marchas que se celabraban
en estas fechas en la península, el Desafío Oscar Freire, en Torrelavega, que
no siendo tan exigente como otras que se disputan en la región, como los 10.000
del Soplao o la Cantabrona, no estaba mal para “debut” en 2018, y tenía el
aliciente de contar con la participación de D. Miguel Indurain como” artista”
invitado.
Aunque el objetivo principal era ir a los Machucos, y me
salió un etapón descomunal, con 5 puertos y más de 3.000 m de desnivel, me
quedo con la “recreación” del final de Etapa en Fuente Dé, de la Vuelta 2012,
en la que Contador hizo la célebre gesta de atacar a 50 km de meta logrando la
victoria…
Salí, desde Panes, buscando Sobrelapeña, donde arrancaba de
forma suave el Collado de la Hoz, donde
se produjo el ataque. Iba pensando en cómo fue posible hacer hueco en ese
terreno, pero en Lafuente, encontré la
explicación en la rampa al 10 %
que hay a la salida, y que se prolonga durante 1 km. Tras el descenso, ya en la carretera hacia
Potes, un cartel indicador de “Parador de Fuente Dé a 38 km” sabiendo que todo
picaba hacia arriba… qué bien me hubiera venido haber tenido "labor
de equipo" como Contador, porque la
verdad es que los kilómetros pasaban muy despacio.
Picos de Europa desde Fuente Dé
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Por fin en Camaleño, comenzaba
la subida final, pero todavía quedaban 16 km. En Espinama, ya solo
quedaban 4 km, para la meta, los más exigentes, y tras el último esfuerzo la
recompensa de disfrutar del maravilloso entorno de los Picos de Europa que
rodea este enclave…
Abril
Después del viaje a Cantabría, no tenía marcados eventos
importantes ni nuevos grandes retos hasta Julio, pero aún así, la Primavera de
2018 resultó muy fructífera, con bastantes buenas rutas por rincones que tenía
pendientes o revisitando otros por los que hacía tiempo que no iba. Uno de los
sitios a los que tenía ganas de volver, era el Yelmo, en la Sierra de Segura, y
aprovechando el habitual viaje a Linares por Semana Santa, pude hacerlo.
La salida desde La Puerta de Segura, para hacer una primera
parada en el Castillo de Segura de la Sierra, acumulando ya unos buenos metros
de desnivel, y desde donde me percaté que la cima del Yelmo estaba nevada. Tras
bajar por el mismo sitio, tomé un “atajo” hacia El Robledo, entrando
directamente en faena. Los primeros kilómetros, tal como recordaba, por medio
de un pinar, enlazando curvas de herradura, y ganando altura de forma
constante, con alguna rampilla a más del 10 %. Tras cerca de 10 km, estaba
ya en el cruce, desde el que empieza el tramo final, de 3 km, a cerca del 10 %
de media. Me animó bastante comprobar, que el estado del firme era perfecto (la
última vez que pasé, había mucha gravilla, lo que complicó bastante la bajada),
y además, empezaba a aparecer nieve acumulada en las cunetas.
Las vistas desde la cima, todo un espectáculo, reafirmándome
una vez más, lo ideal que es Jaén para la práctica del cicloturismo…”Quien no
lo conoce, no sabe lo que se pierde”.
El Yelmo (Sierra de Segura) 2018.
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Mayo
El primer Gran Fondo de la temporada al que me inscribí, fue
La Gran Fondo Costa de Almería, en Mojácar,
y el viaje de ida me permitió hacer una rutilla previa para conocer el
Marchal de Enix, puerto de 16 km, con inicio
a nivel del mar desde Aguadulce, y cima a 1.020 m, muy prometedor sobre
el papel.
Desierto de Tabernas.
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El punto de salida, en pleno Desierto de Tabernas, que a
parte del “rollo peliculero”, la verdad es que impresiona. En los primeros
kilómetros, di un rodeíto por Gádor,
para después bajar hasta Almería capital y tomar ya la carretera de la Costa
hasta Aguadulce.
Puerto de El Marchal. Almería.
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Los puertos que arrancan en la costa, como Peñas Blancas, o
el Repetidor de Mijas, suelen ser espectaculares, y este de El Marchal no iba a
ser menos. No muy duro, salvo alguna rampa al principio, y con bonitas vistas del
Mediterráneo en gran parte de la subida, para coronar en plena Sierra de Gádor.
Junio
Estando en Almería, se disputó la Etapa del Giro de Italia, en
la que Froome puso todo patas arriba en el Col de la Finestre…lo que me motivó
para volver a subir la vertiente no asfaltada del Collado del Alguacil en la
primera ocasión que tuve, precisamente como “auto regalo” de cumpleaños.
Collado del Alguacil
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Muy temprano y con bastante frío para ser 1 de Junio, ya
estaba dirección al Pantano de Quentar, hasta el desvío de Tocón, donde
comienza la pista, que sigue estando en bastante buen estado, salvo por algún
tramito de grava que obliga a pasar con mayor precaución.
El puerto, no tiene grandes rampas, salvo en el tramito que hay asfaltado poco antes de coronar, pero con 16 km por tierra, se hace largo.
La bajada, con mucha precaución acordándome de la caída que
tuve la vez anterior, para llegar a Güejar Sierra y dirigirme a Hazallanas,
comprobando que los primeros kilómetros siguen siendo igual de duros.
Subida
a Borreguiles. Junio 2018.
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Iba con la idea de subir hasta el Radiotelescopio, ya que
quería pasar entre las imponentes paredes de nieve, que había visto que había
tras la limpieza de la carretera. Así, superado Hazallanas, seguí por la
carreta vieja hacia la Hoya de la Mora, pasando el Collado de las Sabinas,
rebasando la barrera desde donde empieza “de lo bueno, lo mejor”.
Pero lo cierto es que iba ya justillo llegando a Borreguiles, con cerca de 3.000 de desnivel acumulado, y además, empezó a formarse niebla notando como bajaba considerablemente la temperatura, así que decidí que ya estaba más que satisfecho, y tras recrearme un poco en la nieve, me tiré para abajo, terminando con 103 km.
En 2019, volveré al Alguacil, para preparar uno de mis
principales objetivos, el asalto al mismísimo Col de la Finestre…
Julio
Aribe-Ochagavia-Pto Larrau-Col Bagargui-Col Azpegi (Navarra-Pais Vasco francés)
Con la “excusa” de la participación en La Indurain, el
objetivo del viaje a Navarra era tener “mi dosis de Pirineos” este año.
La prueba estuvo bien, aunque un percance mecánico pudo
haberlo fastidiado todo, pero el plato fuerte era reconocer el recorrido de la
Irati Xtrem, la gran prueba que se realiza en la zona, aunque decidí hacerlo en
sentido inverso, ya que la vertiente francesa de Larrau ya la subí el año
pasado, después de la participación en la QUEBRANTAHUESOS 2017…
La salida, en vez desde Ochagavia, la fije desde Aribe,
subiendo en primer lugar el alto de Aubarreá, que al ser fácil, permitía ir
preparando el cuerpo para lo que esperaba. (118 km y 3.400 m de desnivel).Pasado Ochagabia, por la carretera de los Valles Orientales, terreno de aproximación al Port de Larrau, hasta llegar al cruce de Isaba, donde empieza realmente la subida, afortunadamente, nada que ver con la que ya conocía, y que califican como la más dura de los Pirineos. En la parte final, paisaje de alta montaña y viento molesto, hasta llegar al túnel que sirve de paso de una vertiente a otra.
La bajada, entre la niebla, hasta la localidad de Larrau, para de forma inmediata, comenzar el Col de Bagargui, la mayor dificultad del día, aunque como la mayoría de los puertos de los Pirineos comenzaba de forma amable remontando el valle de un río.
A partir del 4ª kilómetro, la cruda realidad...el típico cartel con los datos, indicaba un 12 % de media, comenzando una auténtica tortura. El 5ª un 12,5 %...el 6ª un 13%...el 7ª un 11,5 %...aquí se cumple lo que suelo decir, de que un puerto es muy duro, cuando las rampas del 10 % resultan descansitos…
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Col de
Errozate. Julio 2018
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Tras una hora de subida (para 9,5 km), por fin estaba en la cima, desde donde
se sucedieron varios tramos de subidas y bajadas, hasta llegar a la cima del
col de Errozate, comenzando un vertiginoso descenso, que pensando en que esto
es por donde se subía en la Irati, me impresionó bastante.
De forma inmediata empezaba el último escollo, el Col de Azpegi, ya bastante más cómodo que los anteriores, aunque debido al cansancio ya acumulado, también costó lo suyo. Desde la cima, ya terreno favorable hasta el coche, aunque cualquier repechito ya dolía mucho, llegando al límite, pero con la sensación de haber hecho algo extraordinario.
CLIC AQUÍ PARA VER: NAVARRA “XTREM” 2018
Agosto
En Agosto decidí realizar uno de mis “retos” más singulares
hasta la fecha, una vuelta por etapas a la Provincia de Cádiz. Fueron cinco
recorridos, todos con mucho interés, acumulando 650 Km y 8.400 m de desnivel en
26:45 h, quedándome con el trayecto “Castellar de la Frontera-Benalup”, por
discurrir por mi zona menos habitual de paso.
Se preveía Levante y calor, pero lo cierto es que por la
mañana temprano hacía bastante fresco, y el viento apenas se notaba,
encontrándome incluso con niebla al empezar a subir el Puerto del Bujeo, tan
espesa por momentos, que pensé que me impediría hacer fotos en condiciones del
Paso del Estrecho, uno de los “objetivos” de la jornada.
Llegando a la cima, me animó ver lucir el sol, y ya en el
Mirador, me sorprendió el espectáculo de la niebla cubriendo por completo la
franja de mar, asomando África al fondo.
Mirador del Estrecho. Agosto 2018
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Después del rápido descenso hasta Tarifa, el siguiente
destino era Bolonia, pasando junto a las Playas de Valdevaqueros y Punta
Palomas, muy apetecibles, y llegando a través de una pista de uso militar,
alternativa a la carretera convencional, y que resultó durilla, con unas
cuantas rampas a más del 10 % de pendiente.
No hace falta insistir mucho en lo especial que resulta este
enclave, por la espectacular duna que caracteriza a la playa, y por la
integración de las ruinas de Baelo Claudia, ejemplo paradigmático del urbanismo
del Imperio Romano en la Península, pero si además, lo enlazas directamente con
la Punta del Faro Camarinal, a través del carrilito de tierra que permite el tránsito
hacia la “Playa de los Alemanes”, la impresión resulta aún mayor, y es que sin
duda, el Parque Natural del Estrecho, es de lo más singular de la Provincia.
El siguiente objetivo era Vejer, continuando por la costa,
desde Zahara de los Atunes a Barbate. De las posibles subidas, elegí la menos
habitual, la que se coge desde la zona del Palomar de la Breña, que tiene sus
buenas rampas, y obliga a pasar algún otro tramito de “sterrato”, para entrar
por la zona más alta, donde se ubican los tradicionales Molinos. Tras el
descenso, y tomar el desvío hacia Benalup, ya solo 20 km por delante hasta la
“meta” en los que pude mantener bien el ritmo, sumando
132 km y 1.600 m de desnivel.
La experiencia resultó muy buena, y ya tengo pensado
repetirla en la provincia de Jaén. Espero que sea posible en 2019.
CLIC AQUÍ PARA VER: VUELTA “RANDONEE” A CÁDIZ
Septiembre
Esta temporada Portugal ha vuelto a tener mucho
protagonismo, pero es que está tan cerca y organizan tantos eventos buenos, que
es difícil resistirse. Con la excusa de
participar en la GFNY Portugal, en Cascais, muy cerca de Lisboa, decidimos
organizar el viaje en familia y con amigos, alargando un poco las vacaciones de
Verano, con lo que me pude dar el
“capricho” de hacer una salida partiendo desde pleno centro de la Capital.
Una vez atravesada la zona metropolitana, por supuesto
gracias a las indicaciones del GPS, la idea era pasar por Sintra, otro de los
sitios turísticos más destacados de la zona, por sus espectaculares Palacios,
para llegar hasta el Cabo da Roca, también lugar frecuente de visitantes,
por sus acantilados.
De vuelta, no sin dificultades, al equivocarme en algunos
cruces, y metiéndome por tramos de Autopista, conseguí llegar a la “Avenida
Marginal”, pasando por la Torre de Belém, sitio bastante icónico y parando en
el nuevo Mirador del Ponte 25 de Abril”, con su característica silueta similar
a la del Puente de San Francisco. (Al fondo, el Monumento a “Cristo Rei”, copia
del de Río de Janeiro).
Ponte 25 de Abril. Lisboa.
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Salieron unos buenos 98 km, y cerca de 1.500 m, de desnivel,
números de “media montaña”.
Octubre
En Octubre ya tocaba bajar el nivel de exigencia, pero sí me
permití alguna excepción como una ruta con salida en Olvera con la peculiaridad
de pasar por 3 provincias, Cádiz, Málaga y Sevilla. El inicio por la ctra de
Antequera hasta la localidad malagueña de Almargen, para tomar el desvío hacia
Cañete de las Torres, ascendiendo el Puerto de la Sopa, de 6 km al 5% de media,
que da paso a la sierra del Padrastro.
Desde Cañete, dirección a Teba por una carreterita que había
sufrido las consecuencias del gran temporal que había padecido la zona días
antes, encontrando mucho barro acumulado, lo que no me impidió llegar a la
subida al Castillo, con alguna rampa durilla, pero sin mayores complicaciones.
Castillo de Teba.
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Después de echar algunas fotos, de nuevo hacia Almargen, en
sentido contrario, hasta el cruce hacia El Saucejo, y de allí a Algámitas ya
por la provincia de Sevilla. Dudé si hacer la subida al Peñón, pero pensé mejor
dejarlo para otro momento en el que haga falta entrenamientos más exigentes, a
parte que el Puerto del Zamorano por sí mismo, ya tiene bastante entidad.
Desde la cima, bajada rápida hasta Pruna, volviendo a pasar
el cartel de “Provincia de Cádiz” antes de empezar la subidita final hasta
Olvera, saliendo en total 103 km, y cerca de 2.000 m. de desnivel.
Noviembre
Una salida improvisada, aprovechando un viaje de trabajo a
Jaén, se convirtió en una de las más “épicas” del año. La idea era subir la
Pandera, para no pasar 2018 sin hacerlo, saliendo desde Martos. Por variar,
opté por hacer la subida desde Los Villares, pasando previamente por Jamilena, encontrando en este
trayecto una subida que no conocía (“Los Petrolos”, según el segmento de
Strava) y que resultó bastante dura, con rampas a más del 13 % bastante
mantenidas, preludio de las de la Pandera.
Atravesado Los Villares, conforme iba superando el Puerto
Viejo, empecé a encontrar encapotado el cielo, pero no podía sospechar aún lo
que me esperaba…
Pasado el desvío, y tras la primera rampa al 15%, empezó a
bajar la niebla, que se iba haciendo más espesa conforme ascendía. En la curva
donde empieza el “martirio chino”, ya apenas se veía, y unos metros después
empecé a encontrar nieve en las cunetas.
Lo sensato, teniendo en cuenta que no llevaba ropa de abrigo,
hubiera sido dar media vuelta, pero confiando en que arriba encontraría
plásticos o cartones para la bajada, no desistí y me planté en la cima, de
forma un tanto agónica, como siempre, y con la preocupación de ver cómo me las
apañaba para bajar…el termómetro marcaba 5º, pero con la nieve, la niebla y a 1.800 m. de altura, la sensación térmica era
más fría aún…Me puse a buscar algo que ponerme, y vi a una familia en la nieve
con unos sacos. No dudé en pedirle si tenían alguno de sobra, y para mi
sorpresa, lo que me ofrecieron fue bajarme en su furgo hasta el cruce de
Fuensanta. Les dije que no quería molestar, pero insistieron, así que cargué la
bici y para abajo…Tras volver a montar, todavía me quedaba un buen tramo de
bajada, y ahí comprobé de lo que me había librado, porque pocas veces he pasado
tanto frío, llegando a tiritar tanto, que me costaba controlar la bici. Por fin
ya en Fuensanta, entré algo en calor, terminando sin más dificultades, y muy agradecido por la ayuda…como dice el
amigo Paco “Braga”, “¡Viva la gente de Jaén!”.
La Pandera. Noviembre de 2018.
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Diciembre
Quedaba solo regresar al coche, y tomar la última imagen del día junto al Nuevo Palacio de Congresos, que tiene bastante interés desde el punto de vista de la Arquitectura actual.
Y para cerrar
el círculo, la última ruta del año, por la provincia de Cáceres, al igual que
la primera, con salida en esta ocasión desde Plasencia, y solo con leer el
título, por los sitios de paso, cualquiera puede imaginarse que ha sido algo
excepcional, aunque nunca se haya estado en la zona.
Nada más de
salir del núcleo urbano, las primeras pedaladas ya por pleno valle del Jerte,
que aunque en esta época está “pelado”, sigue siendo un lugar especial.
Tramo final de la subida a Piornal
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En realidad,
el sentido de la marcha hubiera sido mejor al contrario, pero pesó más las
ganas de añadir al CV, la subida a
Piornal desde Casas del Castañar, aunque finalmente resultó un poco “sosa” por
el tipo de carretera. Menos mal que conforme se ganaba altura las vistas iban
siendo cada vez mejores, porque si no, sus 17 km al 5% de media, se hubieran hecho muy largos.
Todo lo
contrario que la vertiente de Garganta de Olla, que ya conocía de subirla en
varias ocasiones, pero que me resultó más bonita aún bajándola, con un paisaje
plenamente otoñal.
Descenso de
Piornal hacia Garganta de Olla
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Quería pasar
por el Monasterio de Yuste, aunque solo pude asomarme por una ventana de la
valla, antes de poner rumbo de vuelta a Plasencia atravesando la comarca de la
Vera, pasando por Jaráiz y Pasarón, y
tocando el Valle del Tiétar, que recuerda bastante al del Jerte, aunque no vi cerezos.
Vista desde
el Santuario de Nª Sª del Puerto.
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La ocurrencia
final, subir al Monasterio de Nª Sª del Puerto, a las afueras de Plasencia,
endureciendo un poco más la etapa, pero sirviendo de colofón, disfrutando buenas
vistas sobre la ciudad y su entorno.
Quedaba solo regresar al coche, y tomar la última imagen del día junto al Nuevo Palacio de Congresos, que tiene bastante interés desde el punto de vista de la Arquitectura actual.
Palacio de
Congresos de Plasencia
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La calidad en 2018, viendo este resumen, no ha estado mal, pero
en cantidad, he vuelto a superarme sin buscarlo: 23.400 km (algo más de media
vuelta al mundo) y 274.000 m. de desnivel acumulado (31 “everesting”) y el mapa cada vez más teñido, que es lo que más me motiva...
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Mapa de Actividades tras 2018
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De lo que no estoy 100 % satisfecho es del rendimiento, ya que hasta el año pasado, la mejora era constante, y en este he tenido la sensación de quedarme "estancado". No sé si el motivo es la acumulación de esfuerzos, el no realizar entrenamientos específicos, algún kilillo de más que no hay forma de quitarse, o simplemente que ya uno tiene una edad...
Para 2019, los objetivos principales ya están fijados: en Marzo,
la Vuelta al Teide, y en Julio, la Etapa del Tour en los Alpes, y con el
aliciente de estrenar máquina…ya iré contando.